miércoles, 16 de julio de 2014

CÓMO ATRAPAR UN HADA (FRANCISCO COSTALES)

Hoy os traemos un nuevo autor, del que catalogamos su manera de escribir como, apasionante.

Para todos nosotros siempre es agradable dar la bienvenida a un autor nuevo que confía en poder emprender esta marcha a nuestro lado, confiándonos sus obras, y su ilusión y es por eso que estamos agradecidos y deseosos de hacer cosas grandes y bonitas con cada uno de ellos.

Os dejamos una breve descripcion de Francisco, BIENVENIDO COMPAÑERO:


"Nació en 1985 en Gijón, Asturias, y desde muy pequeño empezó a devorar todo libro que cayera en sus manos, lo que le arrastró a una espiral de perdición: de los cuentos a las historias de mitología y leyendas, de ahí a la fantasía heróica, la novela histórica, los juegos de rol y la literatura de terror, y después a intentar crear sus propias historias. Actualmente se dedica a la (nada) lucrativa profesión de guía turístico en paro y a aburrir a cualquiera que quiera escucharle."


CÓMO ATRAPAR UN HADA

No sé cómo comenzó la conversación, ni quién tuvo la idea de capturar al hada. A estas alturas, ya da igual.

Sí recuerdo que era una noche de verano, cálida y plagada de mosquitos; recuerdo que los tres estábamos sentados alrededor de unas cervezas en el porche del único bar de aquel pequeño pueblo, donde siempre acabábamos pasando las vacaciones aunque, era el lugar más aburrido del mundo. Liam había traído un antiguo libro sobre hadas y otros seres que había encontrado hurgando en el desván de la casa de sus abuelos, y nos lo estábamos pasando de mano en mano, señalando los párrafos que nos llamaban la atención o haciendo bromas sobre alguna ilustración especialmente rara, con esa mezcla de incredulidad y temor reverencial que se da en presencia de algo antiguo y misterioso. Fue entonces cuando llegamos al capítulo dedicado a los rituales: invocaciones, exorcismos, ataduras: todo lo necesario para imponer la voluntad del hombre sobre las fuerzas del mundo feerico. Fue entonces cuando Stephen recordó una  historia que había oído hacía tiempo, que  decía que acostarse con un hada era una experiencia tan embriagadora que hacía que todos los demás placeres del mundo se volviesen grises e insulsos en comparación.

La conversación siguió por otros derroteros, las botellas de cerveza vacías se multiplicaron sobre nuestra mesa. El libro estaba entre ellas, abierto en la página del ritual de atadura, y la historia de Stephen, con sus promesas de lujuria, flotaba en el aire como humo.

Y entonces cometimos el peor error de nuestras vidas. Decidimos poner el ritual a prueba.

Encontramos el sitio perfecto en un lauredal que crecía a las afueras del pueblo, lejos de las casas y de la carretera. Allí, bajo el anzuelo de hueso de la luna, rodeados del susurro de las hojas, trazamos los símbolos arcanos sobre la tierra y recitamos en alto las plegarias.

No ocurrió nada. Ninguna ráfaga de viento, ningún sonido de ultratumba, ninguno de los signos que aparecen en los libros y las películas para señalar que se habían despertado fuerzas sobrenaturales. Los tres nos miramos, sintiéndonos un poco ridículos y volvimos a nuestras casas, acordando reunirnos allí  a la medianoche siguiente, tal y como indicaba el libro.
A la noche siguiente, antes de ir al lauredal, nos encontramos en el bar, para templar con alcohol y bromas la sensación de haber hecho el pardillo. Ni por un momento se nos ocurrió comentar la posibilidad de que el ritual hubiese tenido éxito ¡Claro que no! Aquello eran patrañas. Pero aun así había una extraña inquietud en el ambiente; nos reíamos con demasiada fuerza, engullíamos nuestras bebidas con demasiada ansia, como si quisiéramos acallar algo que nos  atemorizaba.

Fuimos al lauredal entre tropezones, apoyándonos unos en otros y riendo a carcajadas… hasta que llegamos al claro del ritual y nos quedamos mudos de asombro.

Habíamos atrapado a un hada.

No parecía un hada en absoluto. No tenía nada de especial ni de mágico a primera vista: Llevaba una chaqueta hecha jirones con las palabras “Sanatorio mental de Brichester” estampadas en la espalda, su largo cabello negro estaba desgreñado y lleno de hojas, y nos miraba con una expresión aturdida en sus ojos amarillentos. Pero parecía incapaz de salir del círculo mágico que habíamos dibujado la noche anterior, y cuando Stephen la roció con limaduras de hierro, ella gritó y su piel desnuda enrojeció y se cubrió de sarpullidos.
Teníamos a nuestra hada, entonces. Lo impensable había ocurrido. Y algo diabólico empezó a adueñarse de nosotros. La historia de Stephen daba vueltas y vueltas en nuestras cabezas embotadas por el alcohol mientras nos mirábamos, sonrientes, y empezamos a caminar hacia ella…

El libro, sin embargo, no nos había advertido sobre dos detalles muy a tener en cuenta: el primero, que capturado no es sinónimo de indefenso. Y el segundo, que las hadas están llenas de trucos. Ésta no necesitó de hechizos sofisticados ni ningún tipo de magia.

Le bastó con los anzuelos entrelazados en su cabello y sus dientes de cristal roto.

Cuando hubo acabado con nosotros, tomó de cada uno varios trofeos, para que recordásemos que no se debía jugar con lo que no se comprendía. Liam y Stephen no sobrevivieron a aquello, yo no tuve tanta suerte.

Se llevó mis ojos. Se llevó mi lengua. Se llevó mi cordura. Se llevó mis noches de sueño.


Nunca olvidaré la lección. Nunca podría. Todas las noches, cuando los demás pacientes duermen y nadie puede oírme gritar, ella viene a recordármela. Se tumba a mi lado y canta a mi oído durante toda la noche.

8 comentarios:

  1. Grandisimo corto, hacia tiempo que no leía algo tan original.

    ResponderEliminar
  2. Me ha encantado el corto. Está bien escrito, es una historia diferente y el final, genial. Me encantaría leer algo más de este chico.

    ResponderEliminar
  3. Bueno bueno bueno, que grandísima historia al principio tenía pena del hada y ahora realmente creo que las miraré con otros ojos, realmente un relato innovador y muy bien contado. Enhorabuena.

    ResponderEliminar
  4. Francisco Costales5 de agosto de 2014, 20:59

    ¡Gracias a todos! Para un escritor, hasta para los aficionadillos como yo, siempre es agradable despertar alguna sensacion en los lectores. Espero poder colaborar pronto con más historias para el nido de cuervos

    ResponderEliminar
  5. Intenso, sorprendente y un desenlace inquietante. Me ha gustado que sea un hada y no cualquier otro ser mitologico, siempre he pensado que tenian algo de macabro.

    ResponderEliminar
  6. Francisco Costales8 de agosto de 2014, 14:24

    Bueno, las hadas se han Disneyficado mucho con el tiempo, pero en las leyendas medievales eran descritas como unos seres terroríficos, y esa es la esencia que he intentado capturar.

    ResponderEliminar
  7. Al fin he podido leer algo tuyo. Enhorabuena. Genial !!!

    ResponderEliminar