Hoy os traemos un nuevo
autor, del que catalogamos su manera de escribir como, apasionante.
Para todos nosotros
siempre es agradable dar la bienvenida a un autor nuevo que confía en poder
emprender esta marcha a nuestro lado, confiándonos sus obras, y su ilusión y es
por eso que estamos agradecidos y deseosos de hacer cosas grandes y bonitas con
cada uno de ellos.
Os dejamos una breve
descripcion de Francisco, BIENVENIDO COMPAÑERO:
"Nació en 1985 en
Gijón, Asturias, y desde muy pequeño empezó a devorar todo libro que cayera en
sus manos, lo que le arrastró a una espiral de perdición: de los cuentos a las
historias de mitología y leyendas, de ahí a la fantasía heróica, la novela
histórica, los juegos de rol y la literatura de terror, y después a intentar
crear sus propias historias. Actualmente se dedica a la (nada) lucrativa
profesión de guía turístico en paro y a aburrir a cualquiera que quiera
escucharle."
CÓMO ATRAPAR UN HADA
No sé cómo comenzó la conversación, ni quién tuvo
la idea de capturar al hada. A estas alturas, ya da igual.
Sí recuerdo que era una noche de verano, cálida y
plagada de mosquitos; recuerdo que los tres estábamos sentados alrededor de
unas cervezas en el porche del único bar de aquel pequeño pueblo, donde siempre
acabábamos pasando las vacaciones aunque, era el lugar más aburrido del mundo.
Liam había traído un antiguo libro sobre hadas y otros seres que había
encontrado hurgando en el desván de la casa de sus abuelos, y nos lo estábamos
pasando de mano en mano, señalando los párrafos que nos llamaban la atención o
haciendo bromas sobre alguna ilustración especialmente rara, con esa mezcla de
incredulidad y temor reverencial que se da en presencia de algo antiguo y
misterioso. Fue entonces cuando llegamos al capítulo dedicado a los rituales:
invocaciones, exorcismos, ataduras: todo lo necesario para imponer la voluntad
del hombre sobre las fuerzas del mundo feerico. Fue entonces cuando Stephen
recordó una historia que había oído
hacía tiempo, que decía que acostarse
con un hada era una experiencia tan embriagadora que hacía que todos los demás
placeres del mundo se volviesen grises e insulsos en comparación.
La conversación siguió por otros derroteros, las
botellas de cerveza vacías se multiplicaron sobre nuestra mesa. El libro estaba
entre ellas, abierto en la página del ritual de atadura, y la historia de
Stephen, con sus promesas de lujuria, flotaba en el aire como humo.
Y entonces cometimos el peor error de nuestras
vidas. Decidimos poner el ritual a prueba.
Encontramos el sitio perfecto en un lauredal que
crecía a las afueras del pueblo, lejos de las casas y de la carretera. Allí,
bajo el anzuelo de hueso de la luna, rodeados del susurro de las hojas,
trazamos los símbolos arcanos sobre la tierra y recitamos en alto las
plegarias.
No ocurrió nada. Ninguna ráfaga de viento, ningún
sonido de ultratumba, ninguno de los signos que aparecen en los libros y las
películas para señalar que se habían despertado fuerzas sobrenaturales. Los
tres nos miramos, sintiéndonos un poco ridículos y volvimos a nuestras casas,
acordando reunirnos allí a la medianoche
siguiente, tal y como indicaba el libro.
A la noche siguiente, antes de ir al lauredal, nos
encontramos en el bar, para templar con alcohol y bromas la sensación de haber
hecho el pardillo. Ni por un momento se nos ocurrió comentar la posibilidad de
que el ritual hubiese tenido éxito ¡Claro que no! Aquello eran patrañas. Pero
aun así había una extraña inquietud en el ambiente; nos reíamos con demasiada
fuerza, engullíamos nuestras bebidas con demasiada ansia, como si quisiéramos
acallar algo que nos atemorizaba.
Fuimos al lauredal entre tropezones, apoyándonos
unos en otros y riendo a carcajadas… hasta que llegamos al claro del ritual y
nos quedamos mudos de asombro.
Habíamos atrapado a un hada.
No parecía un hada en absoluto. No tenía nada de
especial ni de mágico a primera vista: Llevaba una chaqueta hecha jirones con
las palabras “Sanatorio mental de Brichester” estampadas en la espalda, su
largo cabello negro estaba desgreñado y lleno de hojas, y nos miraba con una
expresión aturdida en sus ojos amarillentos. Pero parecía incapaz de salir del
círculo mágico que habíamos dibujado la noche anterior, y cuando Stephen la
roció con limaduras de hierro, ella gritó y su piel desnuda enrojeció y se
cubrió de sarpullidos.
Teníamos a nuestra hada, entonces. Lo impensable
había ocurrido. Y algo diabólico empezó a adueñarse de nosotros. La historia de
Stephen daba vueltas y vueltas en nuestras cabezas embotadas por el alcohol
mientras nos mirábamos, sonrientes, y empezamos a caminar hacia ella…
El libro, sin embargo, no nos había advertido sobre
dos detalles muy a tener en cuenta: el primero, que capturado no es sinónimo de
indefenso. Y el segundo, que las hadas están llenas de trucos. Ésta no necesitó
de hechizos sofisticados ni ningún tipo de magia.
Le bastó con los anzuelos entrelazados en su
cabello y sus dientes de cristal roto.
Cuando hubo acabado con nosotros, tomó de cada uno
varios trofeos, para que recordásemos que no se debía jugar con lo que no se
comprendía. Liam y Stephen no sobrevivieron a aquello, yo no tuve tanta suerte.
Se llevó mis ojos. Se llevó mi lengua. Se llevó mi
cordura. Se llevó mis noches de sueño.
Nunca olvidaré la lección. Nunca podría. Todas las
noches, cuando los demás pacientes duermen y nadie puede oírme gritar, ella viene
a recordármela. Se tumba a mi lado y canta a mi oído durante toda la noche.
Grandisimo corto, hacia tiempo que no leía algo tan original.
ResponderEliminarMe ha encantado el corto. Está bien escrito, es una historia diferente y el final, genial. Me encantaría leer algo más de este chico.
ResponderEliminarBueno bueno bueno, que grandísima historia al principio tenía pena del hada y ahora realmente creo que las miraré con otros ojos, realmente un relato innovador y muy bien contado. Enhorabuena.
ResponderEliminar¡Gracias a todos! Para un escritor, hasta para los aficionadillos como yo, siempre es agradable despertar alguna sensacion en los lectores. Espero poder colaborar pronto con más historias para el nido de cuervos
ResponderEliminarIntenso, sorprendente y un desenlace inquietante. Me ha gustado que sea un hada y no cualquier otro ser mitologico, siempre he pensado que tenian algo de macabro.
ResponderEliminarBueno, las hadas se han Disneyficado mucho con el tiempo, pero en las leyendas medievales eran descritas como unos seres terroríficos, y esa es la esencia que he intentado capturar.
ResponderEliminarEstá muy bien!!!
ResponderEliminarAl fin he podido leer algo tuyo. Enhorabuena. Genial !!!
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