J.J.
LUCAS Y NUESTRO ENTREVISTADOR AITOR HERAS RODRÍGUEZ.
En el año 2023 un virus surgido de la nada arrasó la supremacía
del ser humano en la Tierra. En apenas unas horas, el denominado virus
“Verónica” se convierte en pandemia y muta a los seres humanos de forma
salvaje. Un pequeño grupo de supervivientes permanecen fortificados y aislados
en un área próxima a la ciudad de Nueva York, bajo el mando del coronel
Newseth.
Han pasado los años y la situación parece ya irreversible, pero el
hallazgo de Thomas, que ha sobrevivido junto a su familia durante cinco años
escondido en una solitaria granja, cambiará para siempre el porvenir de los
supervivientes y, quizá, el de toda la raza humana.
Renaissance, La caída de los hombres es una novela de zombies aún
más sofisticada de lo acostumbrado, donde aparecen aspectos tan actuales como
la ecología o la posibilidad terrorífica de una pandemia que en apenas un solo
día acabe con casi toda la humanidad.
"Primeramente agradecerle a J.J. Lucas el lujazo de haber
disfrutado de esta entrevista en su compañía, arropados por una persona con una
gran humanidad y humildad, la entrevista se nos hizo corta y esperamos que en
las sucesivo nos pueda conceder de nuevo unos minutos más de su tiempo para
volver a hablar de lo que más nos gusta a todos nosotros, escribir."
Pregunta: Lo primero de todo, ¿qué significa para ti la
literatura?
J. J. Lucas: ¿La literatura para mí? Para mí es lo que quiero que
sea mi trabajo. Y no te voy a decir lo típico de que es un campo en el que todo
el mundo se puede expresar, porque ya hay demasiada gente que se expresa en el
mundo de la literatura, y yo creo que sobran, o sobramos, no lo sé, bastantes
autores, y creo que la literatura, tristemente, hoy por hoy, se está
convirtiendo en un negocio. Y eso es para mí la literatura.
P: ¿Quién es J. J. Lucas?
JJL: J. J. Lucas es un fanático, un friki con las letras en
grande, con letras de neón y explotando, que ha leído desde muy pequeño
literatura que no era para niños, que ha visto cine que no era para niños, y
que, al cabo del tiempo, todo eso, me ha ayudado a convertirme en autor, que es
lo que estoy persiguiendo.
P: ¿Qué relación tienes con internet o las redes sociales?
JJL: Internet lo tengo como un medio a la hora de escribir
fundamental, sin el cual no sé cómo los autores han podido sobrevivir todos
estos siglos de atrás. Y las redes sociales lo tengo, pues como… empecé con
ello de una forma obligada para la difusión del libro, pero luego te encuentras
con gente que de otra manera no la habrías conocido, y la verdad es que te
alegras, y lo tengo bastante activo, las cuentas de las redes sociales,
precisamente por eso, porque te encuentras a gente interesante que quizá… tu
vecino, la persona con la que tienes roce físico, no podrías conocer. Algo que
es curioso porque es justo lo que se achaca a las redes sociales, que lo que
hace es alejarte de la gente. Y a mí, sin embargo, me está acercando.
P: ¿Cómo y cuándo te iniciaste en la escritura?
JJL: Con nueve años. Con nueve años comencé a escribir un libro,
sobre una leyenda escocesa, del año mil quinientos o mil seiscientos, y llegué
a escribir bastantes páginas, pero bueno, lo dejé. A esa edad eres un niño, lo
dejé, y la verdad es que siempre había tenido esa espinita clavada y mira, al
final me ha salido bien.
P: ¿Hubo algo o alguien en especial que te impulsaran a escribir?
JJL: Sí, dos nombres. Uno es Arthur C. Clarke, que he leído libros
suyos, y con llegar a ser la milésima parte de lo bueno que era él, me
conformaría. Y luego, me ha encantado siempre la obra tanto, digamos, en el
miso rollo, K. Dick, siempre le he idolatrado. Luego autores así, de, quizás,
españoles, me ha encantado Delibes, me ha encantado Ortega y Gasset, me ha
encantado Pío Baroja. Siempre he leído mucho, y ellos entre todos, porque creo
que las influencias no deben hacerte escritor, sino que tú debes aportar algo
más, como hicieron ellos. Si no, para eso, ya están ellos.
P: Ya que mencionas que has sido un gran lector, ¿qué esperas,
como lector, en una novela o relato corto?
JJL: Más que lo que espero, es lo que no espero. Lo que no quiero
es que me engañen, eso es lo que no me gusta. No me gusta que me engañen, que
me vendan grandes faustos detrás de grandes editoriales, y que luego se
esconda, dentro de un nombre lleno, un relato vacío. Eso es lo peor, eso es lo
que no soporto y creo que, además, los lectores es lo que deberían mirar más,
“No me hagas esto” a “quiero esto”, porque cuando te enfrentas a un libro no
sabes a lo que te enfrentas.
P: ¿Qué importancia crees que tienen los premios en la vida de un
escritor?
JJL: Ninguna. Ninguna importancia.
P: Y para ti, entiendo que no son importantes.
JJL: Para nada. El premio es que alguien a quien no conoces, a
quien no has visto en tu vida, compre un libro tuyo y diga que le ha gustado.
Eso es el verdadero mérito. Los premios, al fin y al cabo… Yo no he presentado
nunca un relato mío a ningún premio, yo sabía que valía para la literatura
P: Me gustaría que me hablases de tus gustos literarios e
influencias. Ya me has comentado algo de Phillip K. Dick, Arthur C. Clarke, los
grandes maestros de la ciencia ficción.
JJL: Richard Matheson, Cormack McCarthy, “La carretera”, son
libros que a mí me han ayudado mucho. Y autores que, quizá, no sean tan
conocidos, pero que son buenos, pues como pueda ser en España Víctor Blázquez,
el enorme Víctor Blázquez que tenemos, o, en su día, otros autores que no han sido
reconocidos, que no se conocen, como Alberto Muñoz, que era un fenomenal
escritor, pero bueno… Me ha influenciado todo tipo de cine y literatura, no
sabría decirte tampoco, realmente, “este o el otro”.
P: ¿Qué sientes al tener en la mano tu propio libro?
JJL: Es extraño. Es extraño. Es extraño porque nunca piensas que
una idea tuya, que tú crees que es buena, evidentemente, la propia
autocomplacencia del ser humano, nunca piensas que eso le pueda llegar a
importar a alguien. Y cuando ves que sí, es como… lo dirán muchos, es como
tener una criatura hecha por ti.
P: Por lo que me ha comentado, entiendo que te ha gustado leer
desde siempre, no eres un lector tardío.
JJL: No, no, no, desde siempre. De hecho, en el colegio, cuando
decían “leed tal libro”, yo ya lo había leído, y al final me decían que leyera
yo el que quisiera. Pues, por ejemplo, en el instituto, en mi primer año,
presenté un trabajo sobre “2001: Odisea en el espacio”, cuando los demás
estaban leyendo “Azules contra grises”.
P: Hay editoriales que afirman que ahora se lee mucho menos que
antes. ¿Crees que esto es cierto?
JJL: No. Lo que pasa es que está más diversificado. Hay
demasiados… Ten en cuenta que la literatura es, ahora mismo, el sector con más
intrusismo del mundo. Escriben… Para cocinar, cocinan cocineros. Ejercer la
judicatura, la ejercen abogados. Escribir, escribe prácticamente todo el mundo,
toreros, periodistas, futbolistas, Belén Esteban, y seres humanos en general.
P: ¿Cómo crees que han influido las nuevas tecnologías en el mundo
editorial?
JJL: Bueno, pues el e-book es un recurso más, además en la época
en la que estamos, de crisis económica, porque son mucho más baratos. El
problema es que al lector le gusta el “efecto trofeo”. Tener el libro. En un
libro se puede guardar una fotografía, se puede apuntar algo bonito, algo que
es para ti mismo. El e-book… A un libro no le afectan los virus, no se borra.
P: Pero eso en cuanto el lector. ¿Y en cuanto y a lo que es el
propio mundo editorial?
JJL: Pues, el mundo editorial lo ignoro, no soy editor. Pero a la
hora de escribir es fundamental por el tema consultas, distancias de escenarios
reales. Yo, por ejemplo, soy un escritor que me esfuerzo en leer cosas de
física. Lo que hago, por ejemplo, si un francotirador dispara una bala a
kilómetro y medio, la bala tiene que sonar, tiene que llegar a los dos segundos
exactos. Para eso sí ayuda.
P: ¿Qué es lo que más te gusta de ser escritor?
JJL: Estar delante del ordenador. Me siento grande, viajo donde
quiero, y no tengo miedo delante del ordenador. Soy yo quien manda y… pero no
soy yo quien manda, como muchos autores, en eso no estoy de acuerdo, es que yo
juego a ser Dios. Yo soy un instrumento. Para mí la historia ya está escrita, a
mí me llevan los personajes a las situaciones, y no al revés. Por eso,
considero que no es realmente un escritor aquel que ya tiene la idea
preconcebida porque eso es ser un contador de historias, que no es lo mismo que
ser escritor.
P: ¿Qué esperas conseguir en el mundo literario?
JLL: Sé que es difícil, prácticamente imposible, pero quiero vivir
de ello. Eso es lo que espero, vivir de ello. Además hay muchos autores que
“nooo…”. Realmente lo que quieres es vivir de esto, porque es lo que me gusta y
lo que más me apasiona y es lo que mejor sé hacer. No hay nada, otro ámbito de
la vida, que sepa hacer mejor que escribir.
P: ¿Y cómo persona, qué esperas conseguir?
JLL: Enriquecerme. Enriquecerme siempre, conocer gente, vivir
experiencias, que es, al fin y al cabo, de lo que están formadas de las
personas.
P: ¿Qué consideras que es, dentro de la literatura, el éxito?
JLL: Un instrumento que, bien utilizado, te puede ayudar, pero
que, mal usado, te va a arruinar seguro.
P: ¿Cuál es tu opinión acerca del momento del mundo editorial, si
es que tienes alguna?
JLL: Tengo la opinión de que hay demasiado. Se hace demasiado, se
ha convertido demasiado en una industria de dinero, en la que no tiene cabida
grandes autores, y no hablo de mí. Conozco a grandes autores que no han podido
hacer nada, porque hay otros que están copando el sitio que les correspondería.
Algo muy típico en este país.
P: Tú crees que en el futuro se publicará sólo en internet?
JLL: No. Van a convivir siempre, el e-book no va a exterminar al
libro de papel. El libro de papel es demasiado importante y, además, hoy en día
hay mucha gente que trabaja delante de un ordenador, y no imagino a alguien
delante de un ordenador, llegando a casa y leyendo en otro ordenador.
P: ¿Qué significan para ti tus lectores?
JLL: Todo, lo son todo. A ellos me debo. Siempre les agradeceré,
esté en el nivel que esté, siempre les agradeceré que compren mi libro, que lo
lean, que opinen de él, que por la calle, como me ha pasado, me saluden y me
den la enhorabuena. Para mí, los lectores son todo. Sin ellos, no existiría. Ni
yo ni las grandísimas editoriales.
P: ¿Cuáles son tus proyectos futuros?
JJL: La segunda parte de Renaissance, por supuesto, y tengo varios
proyectos interesantes, porque además ahora, el haber publicado en una
editorial como Dolmen me abre las puertas a muchas editoriales, claro.
P: ¿Crees que los autores veteranos acaparan el panorama y taponan
a las nuevas generaciones?
JLL: Hay muchos que sí. Hay muchos que, además, viven de su
nombre. Te pongo un ejemplo. Hay determinados autores que si escribiesen una
guía de teléfonos, y en la portada pusiesen su nombre, se venderían doscientos
mil ejemplares antes de que nadie se diese cuenta. Al autor hay que juzgarle
por lo que escribe, no por lo que es. Yo puedo ser Ken Follet, y Ken Follet
puede escribir una mierda de libro. De hecho, lo ha hecho. De hecho, lo normal
es que lo haga.
P: Me gustaría hablar un poco de tu primera y última novela hasta
la fecha, Renaissance, la caída de los hombres. ¿Qué hay de ti en ella?
JLL: Todos mis miedos, mis frustraciones. Cuando un personaje es
valiente es porque, quizá, tú en la misma situación crees que no lo habrías sido.
Hay un poco de ti, pero, sobre todo, de gente que conoces. Es algo
involuntario, no es algo que tú quieras hacer, pero, evidentemente, nosotros
somos nuestras experiencias, la gente que nos rodea, y al final tienen que
salir.
P: Los infectados de tu novela no son los típicos zombies
romerianos, lentos y torpes. ¿Tenías claro que querías escribir algo distinto,
dentro del género Z, o fue surgiendo a medida que avanzabas?
JLL: Totalmente. Quería acabar con la idea del contagio, quería
acabar con la muerte del individuo, con su comportamiento, longevidad de la
especie, quería acabar con todo. Porque es una cosa que, en contra de lo que
otros piensen, a mí me parece que siempre hay sitio para la innovación.
Entonces, yo, para escribir lo mismo, me aburriría, y yo no soporto el
aburrimiento. Entonces he querido echar abajo muchas puertas que estaban
cerradas desde hace demasiado tiempo. Y, por lo que me dicen los lectores, que
son realmente los que juzgan y los importantes, lo he conseguido y lo he hecho
bien.
P: ¿Cómo te documentaste sobre uno de los grandes personajes de la
novela, la propia ciudad de Nueva York?
JLL: La ciudad de Nueva York, bueno, la conozco de todas las
películas, evidentemente. Soy un devorador, un cinéfilo convencido y que ejerce
y Nueva York es una ciudad en la que creo que la ventaja que tiene es que no
tienes que detenerte tanto a explicar como si fuera otra ciudad que no conoce
todo el lector. La ciudad, Nueva York, en todas las historias en las que
aparece, es un personaje más. Entonces creo que me ha ahorrado muchos
esfuerzos, aunque no es justo que yo me tenga que ahorrar esfuerzos, pero los
he podido dedicar a contar situaciones, que verdaderamente son las importantes.
P: ¿Y sobre todo el aspecto militar?
JLL: Yo leo muchísima literatura de batallas. Me interesa
muchísimo, sobre todo el tema de la Segunda Guerra Mundial. Creo que he leído
más libros que algunos profesores de universidad. Se ve reflejado, sobre todo,
en las escenas de acción. He leído libros como “Guerra absoluta”, “El soldado
olvidado”, “Bravo dos zero”, “Blackhawk derribado”, son libros increíbles todos
ellos, no sabría decirte cuál es el mejor de todos, y todos ayudan, y eso se
nota en la literatura. Yo… me gustan las armas. No me gusta el fin para el que
se construyen, no quiero que nadie tenga armas pero, tecnológicamente, las
admiro.
P: Un detalle a tener en cuenta en tu novela es la detallada
información que das acerca del pasado de los personajes. De hecho, creo que lo
haces con todos. ¿Tú consideras que eso es algo fundamental o que se debería
hacer?
JLL: Yo creo que en las novelas corales, como es ésta, si no damos
profundidad a los personajes, se convierten en una comparsa de gente que no
importa, que sabes que van a morir uno detrás de otro. Por eso, muchas veces,
hay películas, hay libros que están considerados como una obra imprescindible y
no lo son realmente porque sabes quién va a morir y quién no va a morir desde
el principio. En mi obra nadie sabe quién va a morir, todos los tienen su vida.
Y además, con ese pasado que tú les otorgas, que yo les otorgo, justificas sus
reacciones y sus decisiones. Es importantísimo. Hay muchísimas novelas y muchas
películas que no entiendes por qué deciden ciertas cosas. Aquí, en mi novela, a
poquito que conozcas al personaje lo vas a entender, por qué decide, si es más
egoísta, si es menos, su pasado, en qué le influye. Creo que todo el mundo
debería hacerlo.
P: ¿Crees posible que la raza humana sea, al final, causante de su
propia extinción?
JJL: Es indudable que la raza humana va a ser causante de su
propia extinción. Muchas veces nos equivocamos con “nos estamos cargando el
planeta”. No, no, no. Nosotros somos apenas un virus en la corteza del planeta.
No somos nada. El planeta, en cuanto quiera, se nos va a sacudir de encima,
pero vamos a ser nosotros. De hecho, si el ser humano quiere llegar a otro
planeta es por qué sabe que aquí tenemos las horas contadas, ya en este
planeta. Sí, sí, somos un arma, y de las más peligrosas del universo.
P: ¿Quiénes han sido los que más te han apoyado?
JJL: Mi madre, que con sesenta años se leyó el libro y le encantó.
Mi novia, que aguantó todas mis peroratas sobre el libro y “qué te parece esto”
y “qué te parece lo otro”, y mi hermano, mi hermano José, que ha sido mi primer
fan desde el principio, el primero que me ha criticado, y el primero que me ha
dicho “esto está bien”, “esto está mal”, y ha sido una pieza fundamental desde
el principio.
P: Una pregunta, esta me interesa a mí. En tu reseña biográfica de
Renaissance, haces mención a tus orígenes humildes y a que no pudiste estudiar
en la universidad. ¿Eso cómo te ha marcado como persona y como escritor?
JJL: Pues, como persona, creo que me ha dado una humildad que, de
otra manera, no habría tenido. Yo… hay gente que se avergüenza de ser de origen
humilde y yo, al contrario, yo nunca me avergonzaré… no puedo avergonzarme de
ser pobre o ser humilde. Podría avergonzarme de ser rico y haberlo conseguido
robando. De eso sí podría avergonzarme. Pero, supongo que los de abajo tenemos
más conciencia, y cuidamos más los pequeños detalles y sabemos disfrutar más de
la vida. Por eso, no me obsesiono con Renaissance, si vende mil o vende cien
mil. Lo que venga lo aceptaré como venga y, además, seré consecuente con quién
soy y, sobre todo, de dónde vengo.
P: Y para terminat, ¿cómo te ves en veinte años?
JJL: (Pausa) ¿Qué te parece si quedamos y lo comprobamos, dentro
de 20 años?
Entrevistador: Si estamos por aquí, venga. Pues esto es todo,
muchas gracias.
Nos despedimos de J. J. Lucas con un agradecimiento y un potente
apretón de manos.
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No conocía a este escritor , gracias por la entrevista y acercarlo al publico lector.
ResponderEliminarMe encanto el libro ..sigo esperando ,seguro que como muchos la continuación, que ha mencionado acerca de sus avances??..
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