¿Qué tal amigos de lo insólito? Mi nombre es Pablo C. Millán y me uno al blog Vuelo de Cuervos con el afán de inaugurar una nueva sección: La hemeroteca del miedo.
Creo que no hace falta definir lo que es una hemeroteca, pero por si acaso solo debemos acudir al gran oráculo de las letras. No, no me refiero a Wikipedia sino a la RAE. Según el diccionario de la lengua española, hemeroteca es una biblioteca en la que principalmente se guardan y sirven al público diarios y otras publicaciones periódicas. Es ese mi propósito en este espacio, rescatar noticias algo bizarras que han aparecido en la prensa que entendemos como seria, algo complicado hoy día. Seguro que lo primero que os viene a la cabeza tras leer esto, y sobre todo a los que peinen algunas canas, es el semanal satírico “Noticias del Mundo”, precursor en papel cuché de lo que hoy día sería “El Mundo Today”. En aquella desquiciante publicación que hacía alarde del periodismo más descabellado nos encontrábamos con titulares de lo más asombroso: desde el niño murciélago que fue descubierto en una cueva hasta una madre bicéfala que, como no podía ser de otra manera, había dado a luz a un hijo de dos cabezas. En definitiva, sucesos absurdos narrados con unas pinceladas de sarcasmo y mala uva que conseguían arrancar una sonrisa al lector. Pero, como ya indicaba unas líneas antes, yo quiero ir más allá. Porque qué sucede cuando semejante noticia aparece en los medios de comunicación de nuestro día a día: noticiarios televisivos de Antena 3, Tele 5, TVE o periódicos como El Economista, ABC, El Mundo, entre otros…
Por tanto, ¿qué es lo que encontraréis en lo sucesivo de este apartado? Pues conoceréis a una dulce anciana que, tras matar y descuartizar a su marido, se dedicó a pasear su cabeza durante seis años en su bolso; subiréis a bordo de un avión que se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia tras ser invadido por unas ratas; seréis testigos del curioso menú de un restaurante donde servían cabezas humanas… todas esas cosas y otras muchas más.
Para inaugurar este espacio he seleccionado una noticia que llamó mi atención hace algo más de una década. Medios de comunicación como Europa Press, ABC y La Razón se hicieron eco de ella el 27 de mayo del año 2010 cuando la policía búlgara decidió retirar de circulación el número de teléfono '0888 888 888' después de que sus tres últimos propietarios fallecieran de manera inesperada con edades comprendidas entre los 31 y los 48 años.
El primero en fallecer tras serle asignado dicho número fue el ex director general de la empresa de comunicaciones Mobitel, Vladimir Grashnov, en 2001. El informe oficial indicaba que fue el cáncer quién se lo llevó, aunque hay quienes rumorearon que en realidad había sido envenenado por un rival de negocios. Tras la muerte de Grashnov, el número fue reasignado al jefe de la mafia búlgara, Dimitrov Konstantin. Un par de años después, Konstantin moría asesinado en un viaje a Holanda para vigilar sus redes de narcotráfico. El número, de nuevo sin propietario, fue a parar al teléfono del empresario Konstantin Dishliev que fue asesinado a tiros en un restaurante en Sofía, Bulgaria.
En fin, ¿auténtica maldición o trágica coincidencia? Quién sabe. Lo cierto es que desde que tengo memoria siempre han existido leyendas urbanas relacionadas con números de teléfonos malditos y los pesares que estos acarreaban a sus propietarios. Quién no ha oído hablar sobre el famoso número del diablo, el 666. ¿Sabéis que según cuenta la leyenda si marcáis ese número os contestará el mismísimo diablo con ánimo de llevarse vuestra alma?
Sin embargo, estos no son los únicos ejemplos, pues hace poco más de tres años otro extraño suceso, esta vez alentado por las redes sociales, se hacía eco en nuestra sociedad. Me refiero al también número de teléfono maldito +81435102539. En esta ocasión las redes sociales tuvieron mucho que ver en la propagación de la leyenda. Y es que este número telefónico, cuyo perfil de WhatsApp contenía una perturbadora imagen de una mujer de ojos saltones y desagradables facciones, también parecía arrastrar otra maldición. Supuestamente la persona o entidad detrás del número, quien se hacía llamar ‘Momo’ (nada que ver con el personaje de la célebre novela de Michael Ende) era capaz de hablar en varios idiomas y entablar una conversación. Aquellos que decidieron escribirle comprobaron como aquel ser disponía de información relevante de la vida todos y cada uno ellos: amigos, familia, aficiones, lugares que solían frecuentar… etc. Incluso se comentó que un usuario de WhatsApp recibió de Momo imágenes de niñas asesinadas entre las cuales se encontraba la de su propia hermana pequeña.
Lo cierto es que nunca quedó demasiado claro la procedencia de este número ni la verdadera identidad de quien operaba tras él. Se especula que era japones. Incluso las autoridades policiales de distintos países alertaron que podían ser hackers maliciosos los que estuvieran detrás de la perturbadora identidad de este ser. En cuanto a la imagen de la inquietante mujer, se descubrió que tenía su origen en una escultura de un museo ubicado en el distrito de Ginza, en Tokio, llamado ‘Vanilla Gallery‘; lugar conocido por hacer exposiciones de arte alternativo y a menudo de tipo terrorífico. En el 2016 abrieron una exposición sobre fantasmas y espectros, en la que destacaba esta escultura humanoide llamada “mujer-pájaro” de la que Momo tomó su imagen. Hoy en día el número ya no se encuentra relacionado con ninguna cuenta de WhatsApp, pero la historia sigue circulando por Internet.
Otro caso curioso fue el del número +18018200263. ¿Qué sucedía a aquellos que marcaban este número originario de Utah en Estados Unidos? Pues que además de llegarles una factura telefónica de infarto podían escuchar una psicofonía de lo más inquietante: el sonido de unas gotas de agua discurriendo por lo que podría ser un desagüe y por último un grito aterrador.
El mundo del cine, como no podía ser de otra manera, no ha sido ajeno a este fenómeno y nos ha regalado algunas películas más o menos interesantes con teléfono diabólico de por medio. ¿Quién no recuerda a la pequeña Carol Anne de Poltergueist que tras descolgar su teléfono de juguete decía aquel mítico: “Ya están aquí”? Luego el teléfono volvería a sonar para traernos a la terrorífica Samara de Ringu. Incluso a nivel patrio nuestro José Luis López Vázquez también tuvo sus más y sus menos con una cabina telefónica en una fabulosa película de Antonio Mercero.
En fin, no quiero extenderme más. Espero que hayáis disfrutado de estas líneas y pensáoslo dos veces antes de contestar a un teléfono desconocido; que ya no solo os pueden hackear la cuenta sino el alma.
¡Nos vemos en la próxima!
Fotos: Fotograma
de la película “The Ring” y captura de Twitter (@policia)
Artículo escrito
por Pablo C. Millán
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