viernes, 31 de marzo de 2023

Serendipity

Tomados de la mano volvieron a hacer el camino de vuelta a la entrada de la casa, que era donde habían llegado anteriormente. Margaret los esperaba con cara de pocos amigos y, con esa misma expresión los dejó entrar.

Dentro hacía una temperatura agradable, por lo que ambos se quitaron las chaquetas y las colgaron en el perchero. El joven pensó que su acompañante se veía terriblemente espectacular y pudo ver en Margaret como le corroía la envidia.

Pasad, la cena está casi lista comenzó a caminar hacia el interior y ellos, por supuesto, le siguieron el paso. Mi chef personal lo ha cocinado todo, pero les he mandado a casa y ahora todo solo se está calentado.

Aquello era, obviamente, para demostrar que ella era superior a ellos, aquello no le resultó nada distinto al instituto, por lo que eso le confirmaba que ella no había cambiado en esos años, sino que seguía siendo la misma interesada que se divorciaría en apenas un año y se quedaría con la mitad de la fortuna de su marido. Sentía pena por el pobre hombre que había confiado en ella.

Mi marido aún no ha llegado, tenía entrenamiento hoy.

Los había llevado al salón en el que había servidas dos copas de vino y una cerveza. Margaret, toma la copa de vino y le entrega a Adriel la cerveza.

Gracias al pronunciar aquella palabra con aquella voz su cuerpo experimentó una especie de impulso nervioso debido a ese tono.

Livi, como no sé lo que te gusta no te he servido nada, ¿qué deseas tomar? - Aquel tono no era para nada amable, era más bien para sacarla de su lugar.

Una cerveza estaría bien, gracias. 

Cuando se marchó a por la cerveza, respiró profundo porque no le gustaba nada que la llamara Livi, así era como la llamaba cuando estaban en el instituto y realmente lo odiaba. Por momentos se preguntaba por qué estaba ahí soportando aquello, pero lo hacía porque una mala palabra podría arruinar todo su negocio, ya que Margaret lo arruinaría sin contemplaciones en cuanto ella diera un paso en falso. Odiaba tener que tragar cuando lo que quería era decirle cuatro cosas a la cara, pero solo tenía que sonreír y ser agradable, solo que tendría que ser agradable con un demonio.

Adriel tomó su mano, porque veía que algo no iba del todo bien y sabía que la joven necesitaba calma total. Cuando ella sintió la piel del joven rozar la suya se sintió visiblemente más calmada, porque creía que al menos había alguien que sabía lo que ella estaba sintiendo en ese momento. El joven entrelazó los dedos con los de ella, lo cual la tranquilizó un poco, lo que la terminó de calmar fue sentir como acariciaba el dorso de la mano con el pulgar casi como si de una pluma se tratara.

Margaret llegó con la cerveza y la tomó cuando se la entregó.

Gracias el tono era amable.

Antes de que la señora de la casa pudiera decir algo, la puerta de entrada se escuchó, por lo que todos dejaron la bebida sobre la mesa, ya que suponían, ambos, que era el nuevo marido de Margaret. Cuando la muchacha se alejó sintió el aliento del muchacho en su nuca.

Lo estás haciendo muy bien susurró solo para que ella se enterara, haciendo que su cuerpo recibiera una descarga igual que la anterior.

Lo intento contestó la joven mientras que miraba al frente.

Pronto pudieron ver doblar la esquina a los recién casados, ya que apenas llevaban dos semanas casados. Ambos llegaban sonriendo, él porque parecía estar alegre de conocerlos, ella miraba Liv con una sonrisa de estar intentando que le tuviera envidia. Se los presentó, Derek parecía alguien bastante alegre y amable, todo a lo contrario a Margaret.

¿Entonces tu eres la que hizo todo el diseño floral de la boda? Preguntó el hombre para después dar un sorbo a su copa de vino.

Si, espero fuera de su agrado contestó con mucha educación.

No solo de mi agrado, les gustó a todos los asistentes a la boda comentó sonriéndole. Varios de mis amigos se van a casar próximamente y me pidieron su contacto, espero que no le moleste.

Para nada, será un placer hacer sus diseños

Margaret se levantó de forma abrupta, sorprendiéndonos a todos anunciando que iría a poner la cena en la mesa, lo cual hizo que Derek se pusiera en pie también para ir a ayudarla. Ellos se ofrecieron, pero negaron su oferta alegando que eran invitados. Adriel conocía a Margaret, por lo que sabía que podría estar espiándolos, no podían salirse de su papel.

Eres un hacha trabajando comentó Adriel en tono amable.

Parece mentira que no sepas que soy una máquina dijo divertida.

Empezaron a intercambiar comentarios divertidos y cuando llegó Margaret los vio riendo.

La mesa ya está preparada el tono de ella era molesto.

Ambos se pusieron en pie y tomaron sus botellines de cerveza, los cuales aún no estaban terminados. Siguieron a la señora de la casa hasta el comedor. Al llegar tomaron asiento en los sitios asignados para ellos.

Todo tiene muy buena pinta Magui comentó Adriel.

Liv pensó que parecía un comentario inocente, pero contando con que le había dicho que la comida la había preparado el cocinero, no entendía realmente a que venía ese comentario, a no ser que fuera para sacarle rabia. Por un segundo ella lo miró como si quisiera partirlo por la mitad y sin saber porque su cuerpo sintió un alivio tremendo.

Sabes que no he cocinado yo hermanito

Por eso lo digo, de haberlo hecho tu moriríamos intoxicados.

Lejos de molestarse Derek comenzó a reír, ganándose así una mirada desaprobatoria por parte de su esposa.

No te enfades cariño, sabes que tu fuerte no es cocinar y está bien intentó calmar el hombre, lo cual hizo que ella pusiera una mejor cara, pero se notaba que el enfado no se le iba a pasar tan rápido.

Durante un rato, estuvieron hablando de cosas triviales. Se encontraba más cómoda que cuando había llegado, se notaba que se encontraba más a gusto, más tranquila. Él le transmitía esa tranquilidad, lo cual la hacía ser consciente de que alguien a quien no conocía casi le había transmitido más tranquilidad que cualquiera de las personas que conocía. No le parecía raro, pero si que era la primera vez que le pasaba y se sentía diferente.

La cena estaba realmente rica, entendía porque habían contratado a ese cocinero, se notaba que sabía lo que hacía.

Bueno, hacía tiempo que mamá y papá querían verte, espero que pronto podamos hacer una reunión familiar comentó Margaret y en su rostro se veía que lo iba a hacer para fastidiarlo.

Era obvio que lo hacía para eso, por que según le había dicho él se había ido para no volver, pero estaba claro que eso no iba a seguir siendo así por mucho tiempo.

Por supuesto, luego te daré mi número no lo había parecido, pero en el tono del muchacho había un deje de molestia que al parecer solo ella percibió.

¿Cuánto tiempo lleváis juntos? Preguntó Derek.

La semana que viene hacemos ya un año contestó Liv sonriendo y sonrojándose ligeramente.

Al ver eso Adriel supo que no era actuado, por lo que algo tenía que haber pensado para sonrojarse de esa forma tan específica.

¿Lo vais a celebrar? ¿Vivís ya juntos?

Magui ni que nos estuvieras interrogando pronunció el muchacho casi molesto por tanta pregunta seguida -. Si y no, aun no hemos hablado de vivir juntos y creo que es algo sobre lo que solo nosotros tenemos voz y voto.

En un tiempo, como él ha dicho no hemos hablado de ello, porque hay muchos factores que analizar aún.


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Por fin pudieron subirse al coche, se escusaron diciendo que tenían que trabajar al día siguiente, cosa que no era mentira, pero sino no Margaret no los iba a dejar ir.

Tengo que hablar contigo sobre algunas cuestiones las palabras del muchacho le pillaron desprevenida.

Continuara…