viernes, 29 de abril de 2022

¡Comunicado oficial!

Nuestro amigo y compañero cuervo Aitor nos ha dejado, falleció anoche, tenía una vida por delante y una hija que iba a aprender de él la maravillosa persona que era. Tanto el equipo de Vuelo de Cuervos, como el de Arima Editorial, nos sentimos desolados. Aitor era para todos nosotros un maravilloso compañero, y para mí en el plano personal un gran colega y amigo, que me brindó toda su ayuda cuando el y Lorena me permitieron unirme a la familia de los cuervos para vivir una etapa muy bonita de aprendizaje y crecimiento. 

De Aitor aprendí mucho, él tenía un gran talento para escribir y en sus venas corría una enorme pasión por la literatura. En el ámbito personal también era una persona muy rica culturalmente, con la que podías hablar de mil y un temas distintos y disfrutar cada conversación.

Aitor era, y es, un ejemplo de vida y superación, porque llevaba muchos años luchando contra un cáncer y jamás perdió ese deseo de luchar y de seguir adelante. 

Estamos seguros de que, allá donde esté, tendrá grandes conversaciones con todos aquellos autores a los que admiraba, ahora se dará cuenta de lo mucho que admirábamos los demás su talento literario. 

Se ha ido un autor, un compañero y un amigo pero, sobre todo, una persona que merecía más vida.

Te añoraremos siempre y ni tu nombre, ni tu obra, se olvidará jamás.

 

Te quieren tus amigos y compañeros de Vuelo de Cuervos

viernes, 22 de abril de 2022

Concurso de Relatos para Autores Noveles (Relatos Finalistas)

Aquí tenéis los dos relatos finalistas del Concurso de Relatos para Autores Noveles que lanzamos a mediados de noviembre y se cerró a final de enero. El primero es «Pensamientos desde el paraíso» de Xabi Garza. El segundo es «Vivo» de Sara Pizarro Romero. Dos relatos que gustaron mucho al jurado, entre una participación de más de cincuenta relatos recibidos.

Cartel para el «Concurso de Relatos para Autores Noveles» realizado por María Pizarro

«Pensamientos desde el paraíso» de Xabi Garza

Cuando murió mi padre todo se empezó a desmoronar. Su marcha sobrecogió a todos y las circunstancias que rodearon su muerte todavía más. Santiago Armentia, un buen hombre, o eso creíamos. Una vida entera dedicada al trabajo, poco a su mujer y casi nada a su hijo; pero los imperios no se crean solos y mucho menos crecen sin dedicarle tiempo, el mismo que queríamos que nos dedicara a nosotros.

Mi padre paraba poco por casa y cuando estaba lo recuerdo discutiendo por teléfono sobre algún pedido o con algún proveedor. Nunca me faltó de nada, buena ropa, buenos alimentos, lo último en tecnología, etc. Sólo me faltó su cariño, su complicidad y su implicación.

A menudo uno cree que todo lo puede el dinero, pero nadie puede comprar el amor sincero y puro. El tipo de amor que se le supone a un buen padre. Eso lo eché de menos infinidad de veces y mi madre, por supuesto, también.

Durante años pensé que su matrimonio fue por mi culpa. Si mi madre no se hubiera quedado embarazada... Ella hipotecó su vida para darme una buena niñez, ardua tarea cuando sufres depresión crónica, algo de lo que me enteré demasiado tarde. Si echo la vista atrás, me cuesta recordar una sonrisa suya. Siempre limpiando la casa, ordenando todo, cocinando y procurando que, con el dinero que mi padre generaba, no me faltara nada. Hubo un tiempo en que mi padre le dijo que nos podíamos permitir contratar a alguien para que se ocupara de las tareas del hogar. Mi madre se negó en rotundo y ahora entiendo el porqué. Mientras hacía todo aquello su mente se evadía y dejaba de pensar, por un momento, en lo vacía y ausente que se sentía. Mil veces le dije que le dejara, que nos fuéramos ella y yo a cualquier lugar. Un lugar apartado, sencillo, pero nuestro, donde poder vivir tranquilos y felices. Ella siempre repetía lo mismo: —Ay, cariño mío. ¿A dónde quieres ir? No digas tonterías. Además, yo soy feliz si tú eres feliz, mi vida. Hubo un tiempo en que me lo creí, aunque duró poco. Sus labios pronunciaban palabras que sus ojos desmentían.

Pasaban los días y yo seguía creciendo y madurando, aunque fui muy consciente de la situación desde bien pequeño. Mi padre, siempre en la oficina, y mi madre en casa procurando mi porvenir. ¡Qué típico, qué tópico!

No tardé mucho en deducir que él tenía una amante que le procuraba su ración de sexo necesario haciendo que las arcas de la empresa se vieran afectadas, mientras mi madre le lavaba los calzoncillos y le hacía la cena cada puta noche. Todo salió a la luz cuando fue encontrado muerto rodeado de un gran charco de sangre en medio de la calle frente al Hotel Hilton.

La policía concluyó que discutieron y, fruto del forcejeo, mi padre se abalanzó por el balcón de la habitación. Por supuesto, ella lo negó todo. Bueno, todo no, admitió ser su amante, sólo eso. Alegó que bebieron y que se quedaron dormidos. Le dijo al juez que no recordaba nada de lo ocurrido y el abogado alegó enajenación mental transitoria para ver si rascaba algo. Homicidio involuntario siempre es mejor que asesinato, pero en ambos casos la consecuencia es la misma: la cárcel.

Después, todo fueron días grises. Mi madre nunca lo superó. Lloraba sin parar, al principio escondiéndose de mí, después ni siquiera lo podía controlar o directamente ni siquiera quería hacerlo. Le dolió más la mentira que la infidelidad. Ella, que lo hipotecó todo, su juventud, sus sueños, sus ilusiones; y él… Todo fue mentira, todo una gran y perversa mentira.

A pesar de mis súplicas duplicó las dosis de orfidal que combinaba con diazepam. Tan solo dos semanas después del fallecimiento de mi padre, mientras yo pasaba el fin de semana en Navarra, encontraron a mi madre muerta en la bañera. El análisis forense fue concluyente, sobredosis de ansiolíticos.

Una tremenda pena. O quizá no tanto. Bien visto yo soy el heredero universal de ambos, y mojito en mano tumbado bajo el sol en una playa caribeña las cosas se ven «de otro modo».

Cuando supe que mi padre tenía una amante me cabreé tanto con él que decidí hacerle pagar por todo aquello, por los años de dedicación de mi madre que mi progenitor no valoró en absoluto. La fatídica noche les seguí, les hice llegar una botella de Moët Chandon a la habitación, cortesía del hotel, que previamente me había encargado de «aderezar». Al rato, no me fue difícil hacerme con una tarjeta maestra y entrar en la habitación. Allí, ajeno a todo, reposaba mi padre, tumbado en la cama medio desnudo. Lo cargué como un saco de patatas, lo saqué al balcón, lo apoyé en la barandilla y un pequeño empujón y la gravedad hicieron el resto. Después, al volver al interior de la habitación, miré con desprecio a aquella puta, pero contuve mis instintos; al fin y al cabo, ella también tendría su penitencia.

El plan salió según lo previsto, pero mi madre lejos de sentirse libre se volvió irascible. Le echaba de menos, aunque fuera un grandísimo hijo de puta. Nunca lo entendí. Cansado de la situación y de ver a mi madre consumirse lentamente, no pude más que acelerar el inevitable proceso. Me procuré una buena coartada y justo antes de marcharme cambié la última tableta de analgésicos que quedaban en la caja por otra con el doble de dosis. Las matemáticas nunca fueron su fuerte, pobrecita. Qué pena.

En fin, que aquí estoy, solo, disfrutando del paraíso mientras la brisa del mar Caribe seca mis inexistentes lágrimas.

 «Vivo» de Sara Pizarro Romero

Las personas ya deberían saber que nada es fácil en esta vida; que lo que rápido viene, rápido se va; o que todo siempre pasa por alguna razón... Puedo mencionar más frases como ejemplo de lo que quiero decir, pero sería en vano, ignoran las advertencias. Aquí una muestra de ello:

—Hola, ¿me invitas a un trago?

—¡Claro, lindura! —A una persona se le acerca una mujer guapa y con una actitud desbordante en un bar, le coquetea, le sonríe y ¡pum! Ya está comiendo de su mano. Como dije, nadie hace caso a las frases hechas. Parece que el ser humano se expusiera al peligro adrede. Ha bajado la guardia y eso facilitará mi trabajo.

Copas y más copas, el tipo está hecho un trapo. Me susurra al oído que le encanta cómo me veo. Trata de besarme y meterme mano, pero no le dejo. Trabajar, beber y coger*[1], parece que es lo que todo el mundo quiere en estos tiempos.

Es hora del siguiente paso.

—¿Vamos a tu casa, cariño? —me balbucea.

—Claro. Tú solo relájate, amor. Verás que te va a gustar.

Salimos del bar y, con dificultad, lo llevo hasta mi auto*[2]. Conduzco por unos veinte minutos hasta un lugar baldío: la parte trasera de uno de los viejos cementerios de esta ciudad. Habilité anticipadamente una casucha que estaba abandonada desde hacía años.

—¿Aquí vives? —No le respondo. Lo ayudo a entrar y lo lanzo cual despojo sobre el colchón sucio que puse en medio del lugar.

Me subo sobre él, con las piernas abiertas y mis rodillas a cada lado de su cuerpo. Me meneo frenética sobre su miembro, que quiere escapar de sus pantalones. Sus manos aprietan mis muslos e intentan con torpeza arrancarme la ropa. Le abro la camisa y acaricio su pecho, me tomo el tiempo para contemplarlo, sintiendo su piel suave y caliente bajo mis yemas. Él se levanta y me mordisquea el cuello. Dejo que disfrute algunos minutos antes de llegar a la parte central de la noche. Lo jalo*[3] del cabello hacia atrás y me acerco a su oído, le ronroneo como una gatita y le susurro lentamente:

—He aquí un tributo. —Él se paraliza al instante. El inicio del mantra tiene ese poder—. Entrego su alma como pago al Señor Oscuro, quien me brindó una vida a cuidar, y me quedo con su corazón como alimento para el beneficiado. Gracias le doy por su infinita bondad…

Veo el terror en sus ojos al sacar un cuchillo muy afilado que dejé escondido debajo del colchón y corto su garganta de un certero tajo. Su yugular cercenada deja escapar la sangre a borbotones, formando un charco rojo a nuestro alrededor. En minutos, él deja este mundo. Me acerco al rincón donde dejé los materiales que necesito y comienzo con mi labor.

Termino por hoy casi dos horas después, guardo mis herramientas y el paquete que debo llevar. Entro al auto que dejé estacionado a varios metros y espero. A los minutos, el cuchitril empieza a arder. Los vecinos pensarán que alguien quema basura, como usualmente hacen en esta zona. Nadie sospechará que es una medida para eliminar mis huellas y para terminar de deshacer lo que queda del cuerpo carcomido por el ácido que le eché.

Obviamente no debo encontrar tributos cerca de casa, no debo levantar sospechas, por lo que voy a diferentes ciudades. Demoro*[4] unas cuatro horas en regresar. Dejo el paquete en la congeladora*[5] y voy a bañarme. Debo preparar el desayuno. ¡Quiero sorprenderlo!

 

*****

 

Solo por contactarme, tu alma ya me pertenece. Y para seguir viendo crecer al niño, para atarlo a tu mundo, cada seis meses deberás pagar con un alma y alimentarlo con un corazón humano.

 

—Despierta, bebé. —Es increíble poder ver sus ojos todos los días, sentir sus abrazos y escuchar cuánto me ama. Él es el amor de mi vida.

Hace cuatro años mi pequeño fue desahuciado por la maldita leucemia linfoblástica. Él lloraba mucho, no quería morir. Todos decían que debía resignarme, que mi hijo, mi pequeño de cinco años, ya no sufriría más. Dios no escuchaba mis ruegos, Él no quería salvarlo. Y en mi desesperación hice un trato con un demonio que se hace llamar el Señor Oscuro.

—¡Hola, mami! —Sus ojos reflejan alegría al ver la bandeja a su lado— ¿Podré desayunar hoy en mi cama? ¡Gracias, mamá!

Toma el vaso grande y se lo bebe sin más, sin importarle el olor de la sangre o los coágulos que se forman desde hace un rato. Es sorprendente ver su hambre por el corazón humano y que yo nunca haya sentido náuseas al ver que lo come crudo, cortado en cuadraditos, como jugo*[6] o como un grumoso puré.

Soy capaz de hacer lo inimaginable por mi hijo, aunque trabaje duro robando corazones de personas inocentes por toda la eternidad y me convierta en un ser maldito sobre La Tierra. Nada de eso importa. Él ahora tiene nueve años, está bien y es feliz. ¡Está vivo!



Notas de traducción:

[1] coger: follar 2] auto: coche [3] jalo: agarro [4] Demoro: tardo [5] la congeladora: el congelador [6] jugo: zumo


Artículo escrito por Jesús Mesado Sánchez e ilustración de María Pizarro

miércoles, 13 de abril de 2022

¡Especial: Entrada número 200! - Entrevista a nuestros cuervos II

Hoy, os traemos un artículo muy especial para nosotros, que hace años habríamos creído imposible alcanzar, pero que gracias a la enorme labor y entrega de cada uno de mis compañeros cuervos semana tras semana, hemos llegado a la entrada número 200 del blog. Si nos lleváis siguiendo desde hace tiempo, seguramente recordaréis el «¡Especial: Entrada número 100!», en el que nuestro querido director Jesús Mesado, nos entrevistó a todos los cuervos. Pues bien, ahora una servidora ha tomado prestada esa entrevista y le voy a conceder la oportunidad de responder tanto a Jesús, como a mis tres queridos compañeros: Cristina de la TorreElías Santos y Pablo C. Millán, que por aquel entonces aun no eran parte de esta gran familia.

Me gustaría aprovechar, para agradecer a cada uno de mis compañeros su profesionalidad y el buen rollo que tenemos, no cambiéis nunca. Sin más dilación aquí tenéis la entrevista.

Pregunta: ¿Qué te llevó a entrar en el mundillo artístico y literario?

Cristina: Creo que no hay una sola razón. Siempre he sido una persona con una inmensa curiosidad por aprender cosas nuevas, por probar nuevas experiencias y amante del arte en general y de la literatura en particular. Así que supongo que el mundo de las letras fue algo que siempre quise explorar y donde he ido adentrándome poco a poco.

Elías: Como ilustrador, mi primer contacto con el arte fue un poco como el de todo el mundo, es decir, de pequeño, que te ponen ahí a dibujar en el colegio y tú experimentas libremente con los lápices de colores. La diferencia es que en mi caso aquello se terminó convirtiendo en una droga. Dibujar para mí se volvió adictivo, pasó a ser algo que no podía parar ni controlar. Era una sensación extraña, casi como si mi mano tuviera vida propia e hiciera ella todo el trabajo. Dibujaba constantemente y cuando me ponía a ver series de animación o cómics de la época, la cosa se agravaba porque inmediatamente después sentía como la necesidad de dibujar lo que veía, inventándome mis propias historias. Ante este panorama pronto comprendí que tenía que dedicar mi vida al arte.

Pablo: Desde niño he sido muy aficionado a la lectura, de comics y novelas. Pasatiempos que sembraron en mí el gusanillo de la escritura con el transcurso de los años. Aunque no fue hasta bien pasada la treintena cuando vi mi primer relato publicado en papel.

Jesús: Desde niño mi sueño era algún día ser escritor y, comencé a escribir historias con nueve años, siempre he tenido muchísima imaginación. Después en la adolescencia y en la veintena, me inicié en el mundillo de los juegos de Rol (principalmente como Director de Juego) y durante en las noches escribía fanfics de diferentes series de anime o videojuegos. Cuando tenía veintinueve años, atravesé una etapa depresiva que duró meses y fue la escritura la que me hizo superarla. Entonces, decidí que podría luchar por escribir historias más especializadas para algún día publicarlas y, fue Lorena Gil Rey con Vuelo de Cuervos, quien me abrió algunas puertas.

P: Háblanos un poco de ti para que los lectores te conozcan. ¿A qué te dedicas fuera del ámbito artístico y literario? ¿Y Cuáles son tus hobbies?

Cristina: En mi vida muggle, como me gusta llamarla, soy profesora de inglés; un trabajo que disfruto bastante, ya que siempre intento que mis alumnos se lo pasen genial en clase mientras aprenden. Además, soy mami de una pequeña futura paleontóloga amante de los dinosaurios, los unicornios, la fantasía y los superhéroes. También tengo un podcast sobre cine y literatura llamado «Always in Wonderland» en el que charlo con dos personitas tan locas como yo sobre cosas que nos apasionan.

Elías: Formo parte del equipo de una editorial almeriense llamada Ediciones Arcanas, donde creo y maqueto portadas, y también trabajo como freelance en todo tipo de proyectos artísticos que me van llegando. En cuanto a mi tiempo libre lo dedico sobre todo a jugar videojuegos, es otro mundo que me apasiona.

Pablo: Trabajo como asesor comercial en el sector financiero, algo que poco o nada tiene que ver con el sector artístico, aunque es lo que paga las facturas. Respecto a mis aficiones, me encanta la lectura, el cine, viajar siempre que el bolsillo lo permita y los videojuegos.

Jesús: Pues enfoqué mis estudios en aprender a manejarme con los ordenadores, así que podría decirse que después de tantos años soy informático, algunas clases particulares también doy cuando me es posible. Aunque, la mayoría de mis trabajos han sido de cara al público. Respecto a mis hobbies, durante muchos años principalmente han sido los juegos de rol y los videojuegos, pero por desgracia últimamente apenas puedo disfrutar de ambos.

P: ¿Crees que se le da a la cultura la importancia que merece? ¿Qué harías para que la tuviera si estuviera en tu mano?

Cristina: Rotundamente NO. En la pandemia quedó más que demostrado que la cultura es lo primero a pasar a segundo plano ante las adversidades, siendo sin embargo lo más necesario a veces para mantener la cordura.

Si estuviera en mi mano, supongo que empezaría por acercarla más a los más jóvenes. Ellos son el futuro y es en quienes debemos reforzar más la concienciación. En los colegios la cultura se acerca de una forma aberrante, con literatura aburrida para los peques y música teórica a la que no quieren acercarse.

El arte debería ser más práctico. Poner a los niños a experimentar con música, instrumentos, dibujo, poesía, cuentos,... pero eso conlleva un esfuerzo que pocos están dispuestos a asumir.

Elías: Para nada se le da la importancia que merece y más en una sociedad donde se premia la mediocridad. La cultura abre la mente, te enriquece y te hace ser libre, y eso no interesa. A la sociedad no le interesa que pensemos, no quiere que seamos diferentes, ni críticos,  solo necesita fotocopias, gente de «calidad media» con roles predeterminados que simplemente sea productiva y siga ordenes sin rechistar. Así si una de esas copias no es útil es muy fácil reemplazarla por otra que sí lo sea pero no haga preguntas. 

La verdad es que no sé muy bien que se podría hacer para romper éste circulo vicioso en el que hemos entrado, pero lo que tengo claro es que habría que empezar por la base: nuestros hijos. Básicamente animarles a que sean ellos mismos, incitarles a que exploren sin miedo a equivocarse, defender que sean diferentes, impulsar su creatividad, etc. Y aparte, habría que reconocer a la cultura como un bien de primera necesidad.

Pablo: No, definitivamente no. Hace poco leí por ahí que había un proyecto de relegar prácticamente al olvido la asignatura de Filosofía, desapareciendo del cuadro de materias optativas ofertadas. Creo que la educación y la cultura van unidas de la mano y flaco favor se hace a las nuevas generaciones si aquellos que legislan suprimen poco a poco de las aulas las disciplinas de humanidades. Mi miedo es que esta medida se extienda de forma paulatina al resto de asignaturas de letras, que para mí son la piedra angular de nuestra identidad cultural. Cosas que yo haría, pues trataría de fomentar aún más la creación de talleres literarios entre los más jóvenes. 

Jesús: Desde luego que no se le da la importancia que merece. Vivimos en una sociedad en la que la mayoría de sus individuos no se dan cuenta del inmenso valor que tienen los libros, el arte, entre otras muchas cosas y que para muchas personas pasan desapercibidas. Si estuviera en mi mano, haría todo lo posible porque en las escuelas a los niños se les enseñará la literatura y el arte como algo esencial, demostrándoles que se puede disfrutar mucho.


Cristina de la Torre

P: ¿En qué proyectos literarios te has embarcado desde que iniciaste? ¿Y mantienes la misma ilusión con la que comenzaste en esto?

Cristina: Pues he hecho varias cosillas, pero, si soy sincera, espero que lo mejor esté por llegar. Empecé haciendo trabajillos de corrección en proyectos solidarios y escribiendo para algunos blogs. Mi primer relato, «Reflexión», fue publicado en una antología solidaria llamada «Más Macabras», un proyecto feminista en el que me hizo mucha ilusión trabajar que contaba con una pedazo de portada hecha por nuestra cuervo especialista en pinceles, María Pizarro.

El año pasado, publiqué mi segundo relato, «Sonrisas», que puede comprarse en Amazon de forma digital y que incluye el audio relato.

Ahora estoy más enfocada en la corrección y en otros proyectos, ya que tengo poquito tiempo para dedicarle a la escritura. Aunque espero de corazón volver a ello algún día no muy lejano. Creo que jamás perdería la ilusión por crear de una forma u otra.

Elías: Sería muy largo enumerarlos todos. Desde mi inicio profesional, hace ya como una década, gran parte de mi trayectoria artística ha estado relacionada con el mundo literario, a eso suma que llevo alrededor de unos seis años trabajando para una editorial y entenderás que ya he perdido la cuenta de cuantos libros llevo ilustrados. Eso sí, mantengo la misma ilusión que el primer día porque, como ya os comentaba más arriba, para mí el arte es una droga y terminar un nuevo trabajo es la dosis que me calma.

Pablo: Por el momento he ceñido mi actividad como autor a los relatos, lo que me ha llevado a participar en distintas antologías; la última «Dark West», publicada este año por la editorial Suseya, donde comparto autoría con buenos colegas de las letras.  Respecto a la segunda pregunta, desde luego que mantengo la misma ilusión con la que comencé a escribir, sobre todo si algún lector me hace saber que ha disfrutado en mayor o menor medida con algunos de mis retoños literarios. Y lo más importante es tener siempre en mente nuevas aspiraciones.

Jesús: Pues comencé con pequeños relatos de terror, pero fue en 2015 cuando logré publicar los dos primeros en dos antologías: «En los albores del Miedo» de Dolmen Editorial y «Hijos del Mal» de Egarboook. También comencé a publicar relatos en la revista de Vuelo de Cuervos y durante unos años participé en casi una treintena de antologías de Microrrelatos, la mayoría con la editorial Diversidad Literaria, con quien también he colaborado en varios y diversos proyectos literarios.

Aunque, fue en septiembre de 2017 cuando cumplí mi sueño de publicar mi primer libro: «El Samurái de Vallecas», cual lo hice de manera autopublicada y que no tiene nada que ver con el terror. Luego, en octubre de 2018 publiqué su continuación «El Samurái de Vallecas 2: El Camino hacia la Victoria», debido a la acogida que tuvo el primer libro.

P: ¿Cuál es tu libro favorito? ¿Y tu película favorita?

Cristina: «El señor de las moscas» y «La vida es bella».

Elías: Hay un relato corto postapocalíptico escrito por Harlan Ellison que siempre recomiendo, se llama «No tengo boca y debo gritar». Es muy retorcido. En él se juntan el terror y la ciencia ficción de forma perfecta, y son géneros que siempre me han fascinado. Además hicieron un videojuego basado en ésta historia, una aventura gráfica del 95, que salió bastante maja y creo que el libro también fue adaptado a cómic así que tenéis donde elegir. En cuanto a la peli favorita, tengo muchas, pero si alguna destaca por encima de todas podría ser Jurassic Park. No sé cuantas veces habré visto esa película y lo mejor es que nunca paro de disfrutarla.

Pablo: ¡Uf!, ¿Solo una película o libro favoritos? Lo siento, pero en esto no me mojo, tengo decenas en ambos campos. Te enumero un puñado de cada. De películas: El padrino, El exorcista, Alien, La guerra de las galaxias, Tiburón, Rocky, En busca del arca perdida, Los siete samuráis, Los santos inocentes, Psicosis, El caballero oscuro, Akira, Celda 211, Los otros, La caza, La chaqueta metálica… y podría nombrar cien más. ¿Libros? La historia interminable, Carrie, El silencio de los corderos, Libros de sangre, Muerte en el Nilo, Estudio en escarlata, Los pilares de la Tierra, Olvidado Rey Gudú, El club Dumas, Rimas y leyendas de Bécquer… y además añado a esta selección series de televisión como Mindhunter, Dexter, CSI Las Vegas, Perdidos, la ochenteras V y Miami Vice, Breaking Bad, Peaky Blinders… y, por supuesto, Bola de Dragón (sé que esto te ha tocado la fibra, Jesús).

Jesús: Pues libro favorito como tal no tengo, pero si tengo que decantarme por uno al que tengo mucho cariño, es el Libro de Nod. Este libro está basado en el archiconocido Mundo de Tinieblas que desarrolló White Wolf allá por los años 90 para sus juegos de rol. En concreto, formaba parte de su universo de Vampiro, y era como la biblia de los hijos de Caín.

Respecto a mi película favorita, es sin dudas «El Club de la Lucha» de David Fincher, basada en la novela que escribió Chuck Palahniuk. He de decir que el libro es una maravilla literaria, que por supuesto he leído varias veces, pero la película creo que la he podido ver más de trescientas o cuatrocientas veces y no me cansa, al contrario, la disfruto aún más.

P: ¿Estás actualmente trabajando en algún proyecto artístico o literario? Si es así, cuéntanos un poco en que consiste dicho proyecto.

Cristina: Ahora mismo tengo la escritura algo aparcada (a excepción de lo que escribo para este blog), ya que me estoy centrando más en retomar la lectura. He pasado por un periodo de bloqueo lector con el que estoy batallando y al que empiezo a ganar terreno. Y el poquito tiempo que me sobra, ahora mismo lo estoy centrando en el podcast.

Elías: Estoy trabajando en varias cosas que si os las digo tendría que mataros inmediatamente después ¡ja, ja! No, bueno, ya sabéis, son proyectos que hasta que no se revelan no puedes hablar de ellos, pero en su mayoría son cosas relacionadas con libros. Aparte tengo movidas personales en mente, quiero meterme en el mundo de la creación de videojuegos y estoy trabajando duro para conseguirlo, preparando muestras, participando en proyectos indie, etc. Está siendo muy divertido.

Pablo: Sí, después de un parón de casi un año, por motivos profesionales y académicos, a los que se ha unido una pequeña crisis creativa, estoy volcado con el borrador de mi segunda novela. Si todo va bien, para finales de verano debería de estar lista. Luego tocará dejarla reposar, corregirla y moverla por las editoriales, aunque sin prisa. Por otro lado, mi primera novela, terminada desde hace un par de años, debería de ver la luz el año próximo.

Jesús: En la actualidad llevo un tiempo con un bloqueo de escritura, digamos que no estoy atravesando una buena etapa en lo personal. No obstante, tengo al menos dos proyectos que si la cosa va bien tendrían que ver la luz este año. Al menos uno si lo hará seguro, el otro no lo tengo tan claro. El primero es una antología de relatos ambientada en Japón que coordiné junto a Lorena Gil Rey en la que contendrá dos relatos míos, el otro es un proyecto más personal con una serie de relatos propios de terror la gran mayoría, pero también toco otros temas. Y hasta ahí puedo decir.


Elías Santos

Ahora vamos a centrarnos en vuestra faceta como cuervos.

P: ¿Qué significa para ti Vuelo de Cuervos?

Cristina: Para mí, Vuelo de Cuervos significa alas. Creo que es una bonita metáfora. Al ser un cuervo y haberme convertido en una de estas oscuras aves, también he recibido la oportunidad de expresarme y de volar junto a personas increíbles. Dejar libres al viento las ideas que rondan mi cabeza a menudo.

Elías: Para mí Vuelos se ha convertido en un lugar donde descubrir nuevas e interesantes obras y autores, gracias a mis compis, y un rinconcito donde poder explayarme sobre un tema que me encanta; los videojuegos.

Pablo: Vuelo de Cuervos es la familia que me abrió las puertas en este mundillo y los primeros en darme una oportunidad. Con Vuelo de Cuervos, tanto en su revista como en sus antologías digitales, hice mis primeros pinitos en la escritura y conocí a gente maravillosa de la que aprendí mucho.

Jesús: Para mi Vuelo de Cuervos fue como una puerta que se me abrió cuando yo quería dar mis primeros pasos para publicar, y estando perdido, encontré una persona que me ha guiado, me ha ayudado, y, sobre todo, ha confiado en mí. Por eso este es ahora mi hogar, los cuervos son una familia para mí, una familia que aún tiene mucho camino que recorrer juntos.

P: Háblanos un poco de tu función dentro de Vuelo de Cuervos y cuéntanos como sueles gestionar tu trabajo para el blog.

Cristina: Mi trabajo en el blog empezó siendo como reseñadora de clásicos. Sin embargo, debido a este bloqueo lector, me empecé a centrar más en la sección de entrevistas, en la que me gusta conectar con personas que me parecen interesantes. Tengo previsto darle una vuelta de tuerca a esta sección próximamente, pero prefiero no desvelar nada aún. Además, estoy en proceso de crear una nueva sección sobre cine. Pero paso a paso. Mis alas tienen muchas ganas de seguir volando en varias direcciones dentro de este vuelo.

Elías: Mi cometido es hablar de videojuegos. Concretamente lo que hago es completar todo aquel juego que me llama la atención, sea novedad o no, y después expongo mis impresiones. Lo que comúnmente se conoce como análisis de videojuegos. La idea es simplemente hacer llegar la opinión personal de un videojugador normal y corriente, y si luego eso a alguien le sirve para descubrir algún título o para salir de dudas de si comprar un juego o no, pues mejor que mejor.

Como esto no es una página especializada en videojuegos lo que intento es enfocar mis textos hacia un público más amplio, evitando jerga muy específica o no dando por hecho que ya sabéis todo de algún título, aunque sea muy famoso. Y mi forma de trabajar es tener un esquema de los temas que quiero hablar (normalmente son historia, jugabilidad, gráficos y música) y a partir de ahí pues trato de abordar lo que más destaque, mencionar los puntos débiles y mojarme diciendo si recomiendo la obra o no.

Pablo: Dentro del blog llevo una sección de artículos algo bizarros a la que he ltitulado “Hemeroteca del miedo” donde recopilo y comentó noticias escabrosas, extrañas y con cierto toque paranormal que han aparecido en la prensa convencional. Suelo presentar un artículo cada dos o tres meses, pues con el trabajo y la novela estoy bastante atareado.

Jesús:  Pues yo comencé escribiendo un relato para la tercera revista de Vuelo de Cuervos, relato que iba acompañado de una magnifica ilustración de mi amigo e ilustrador JLF Caronte. Luego seguí participando en los siguientes números con un relato y una pequeña sección de juegos de rol. Al mismo tiempo, entré a formar parte de la directiva, primero como «Coordinador de Eventos, Marketing y Estrategias Comerciales» lo cual me permitió organizar con ayuda de algunos compañeros unos pocos eventos en Madrid. 

En septiembre de 2020, me convertí en el director del blog de Vuelo de Cuervos y fue cuando iniciamos esta última etapa con los cuervos actuales. Respecto a mi papel en esencia ha sido coordinar las publicaciones y marcar los plazos de entrega de los artículos y estar pendiente que semana tras semana se publiquen contenidos nuevos. Por ahora, no me puedo quejar, ya vamos camino de que algunos cuervos cumplan dos años en los que no han dejado de aportar con su gran entrega y profesionalidad. También destacar, que he participado en el blog con algunos artículos, me centré mucho en hablar de videojuegos, ya que nadie lo hacía hasta la llegada de Elías.

P: Desde Vuelo de Cuervos se ha remarcado en muchas ocasiones que uno de sus principales objetivos es ayudar a las personas que acaban de iniciarse en el ámbito artístico o literario para darse a conocer. ¿Piensas que es importante que los autores o ilustradores más noveles tengan esa oportunidad?

Cristina: Por supuesto. Creo que este es un mundo difícil en el que se necesita un poquito de luz a veces. Un pequeño foco que te alumbre o que guíe tu camino. O que, simplemente, te ayude a conocer a gente en el camino. Y me parece genial que este espacio les haga un hueco.

Elías: Por supuesto, soy de los que piensan que toda ayuda es poca, con este tema. Hoy en día con las redes sociales los autores ya tienen ante sí una ventana de exposición al mundo brutal, pero también es verdad que hay que saber sacarles partido y que destacar entre tanto ruido es muy difícil. Así que, en ese sentido, un lugar más «íntimo» como Vuelos pues puede venir de perlas por lo que me parece súper importante.

Pablo: Por supuesto que hay que dar una oportunidad a los más nóveles. Afortunadamente existen iniciativas como el propio blog Vuelo de Cuervos y pequeñas editoriales, como el caso de Arima, que depositan su confianza en nuevas promesas que de otra forma les habría sido difícil comenzar.

Jesús: No solo creo que es importante, creo que es algo esencial y que deberían poner en práctica en otros blogs. Ya que creo firmemente, que la gente que acaban de empezar en el mundillo de las letras o el dibujo, son las que más ilusión y ganas le van a poner. Vuelo de Cuervos nació con esa filosofía y seguirá hasta sus últimos días con ella.


Pablo C. Millán

P: ¿Cuál es el recuerdo más especial que tienes de Vuelo de Cuervos?

Cristina: Quizá sea un poco tonto, pero los recuerdos más especiales que tengo son, en primer lugar, cuando María pensó en mí como candidata para entrar en Vuelo y me lo propuso. Me hizo una ilusión tremenda, ya que conocía el blog desde hacía años y me hacía mucha ilusión además volver a trabajar con ella. En segundo lugar, recuerdo con mucho cariño cuando me metisteis en el grupo de WhatsApp, bajo la advertencia de que era un grupo algo loco en el que se decían muchas tonterías. Y que nada más entrar, tras presentarme y conocer al equipo, me sentí como en casa. Se les coge mucho cariño muy rápido. Son una familia de cuervos maravillosa.

Elías: No llevo mucho tiempo por aquí así que aun no me ha dado tiempo a forjar momentos memorables. Lo que sí que recuerdo con cariño es el día de mi primera publicación. Fue especial, como todas las primeras veces. Estaba nervioso y con muchas ganas, además de que me sentí súper arropado por mis compis y fue todo muy gratificante.  

Pablo: Recuerdo con nostalgia la primera vez que tuve la oportunidad de conocer en persona a varios de los integrantes de la entonces revista en una quedada en Madrid hace unos años con motivo de un evento literario que se celebró en Fnac.

Jesús: Tengo muchos, es imposible enumerarlos todos, pero hay tres muy especiales: Ver publicada la revista número 3 con mi primer relato. El siguiente fue el evento que hicimos en Julio de 2016 en Madrid, que bautizamos con el nombre de «Corvus et Draco», que lo organizamos junto con el grupo La Cofradía del Dragón. Aparte del éxito que supuso, todos los cuervos que estábamos en aquellos días trabajamos muy duro y también personas amigas nuestras que ayudaron también sin pedir nada a cambio. El tercero es cuando arrancamos la nueva y última etapa de Vuelo de Cuervos, con Miriam, María, Josema y Óscar como nuevos cuervos y un servidor asumía el papel de director del blog.

P: ¿Qué esperas en el futuro de tu trabajo y el de tus compañeros dentro de Vuelo de Cuervos?

Cristina: Espero seguir mucho tiempo volando con ellos, eso sin duda. Y espero poder tener más proyectos dentro y fuera de Vuelo de Cuervos donde poder seguir creciendo todos.

Elías: Pues en general espero que esto vaya para largo y que poco a poco el proyecto siga creciendo humildemente. Eso significará que hay interés por la cultura y que no todo está perdido.

Pablo: Espero aportar mi granito de arena de manera regular, bien con Hemeroteca del miedo u otra sección cuando se me agoten las ideas. A la familia que forma el blog le pido que continúe alimentando la llama de este proyecto que lleva tantos años apostando por los nuevos autores, concretamente escritores e ilustradores.

Jesús: Yo espero que sigamos haciendo muchas cosas juntos, y que sigamos siendo una familia unida, de las que se cuidan unos a los otros. No me importa tanto cuán lejos lleguemos, sino que todos disfrutemos de lo que hacemos por amor a la cultura. Si ellos están contentos y se sienten a gusto, yo me sentiré satisfecho como director.

P: Y para concluir con esta entrevista, que le dirías a aquellas personas que no se atreven a dar el paso para aventurarse escribir o dibujar pero en el fondo de su corazón lo están deseando.

Cristina: Que vida sólo hay una y que debemos hacer lo que nos gusta. Que ya bastante mal está el mundo para que no nos atrevamos a crear y a probar lo que nos gusta. Que la vida pasa y que en el futuro tienen dos posibles caminos: en el que recuerden esas experiencias, buenas o malas, y sonrían echando la vista atrás; y en el que al mirar hacia esa dirección se les haga un nudo en el pecho por el arrepentimiento de no haberlo intentado. ¡Carpe diem!

Elías: Pues les diría que vayan a por ello de cabeza. Que no piensen en el que dirán o si valgo para esto o no. Lo sé, es complicado gestionar todo eso y el proceso creativo es difícil de cojones, pero frustrarse, entrar en cólera porque algo no te sale, dudar, etc, también es parte del trabajo. Incluso de los callejones sin salida se aprende algo. Como decía Adam Adamowicz (artista conceptual de Skyrim) «nunca un diseño es una pérdida de tiempo, aunque solo sirva para indicarte que ese no es el camino.» No tengáis miedo a fallar, y si el problema es que ahora mismo no puede ser por temas de la vida (hijos, economía y tal) no os preocupéis que, como se suele decir, nunca es tarde. Más adelante podría ser vuestro momento, la cosa es que lo intentéis las veces que haga falta.

Pablo: Les diría que fuera miedos. Hay que subirse al tren cuando pasa y probarse a uno mismo. Les recomendaría que se presentaran a pequeños concursos literarios; que hay bastantes para micro relato y relato corto, una buena manera de perder el miedo y lanzarse a la piscina antes de acometer empresas más ambiciosas, como la creación de una novela. Y a los ilustradores les aconsejaría lo mismo. Y, por supuesto, a unos y otros les plantearía que mandaran sus trabajos al blog Vuelo de Cuervos, porque no se me ocurre manera mejor de estrenarse en el ámbito artístico.

Jesús: Si tenéis sueños, perseguirlos hasta que se cumplan. Luchar por ellos y no os rindáis jamás. Si os gusta escribir o dibujar, practicar todo lo que podáis, seguramente os caeréis muchas veces, pero volver a levantaros y tarde o temprano llegará vuestra oportunidad. Confiad en vosotros mismos siempre.

Jesús Mesado Sánchez

Muchas gracias por responder.

Y aquí concluimos este especial de la entrada 200. Espero, que nos veamos en el siguiente especial y, por supuesto, espero que sigáis disfrutando de mis reseñas literarias y mis artículos.

Artículo y entrevista realizada por Miriam Ojeda Portero

viernes, 8 de abril de 2022

Vuelos Ilustrados 23: Hilos de colores (Elena Ferrándiz)

Hace unos meses, concretamente entre villancicos navideños, en Vuelo de Cuervos hicimos un apartado con nuestras recomendaciones literarias. El plan era dar ideas a los lectores que visitan asiduamente nuestras publicaciones, para que en esas fechas señaladas contaran con la opción de regalar un libro a sus seres queridos. Nunca me cansaré de decir, que el mejor regalo, siempre es una nueva historia en la que zambullirse. 

Yo elegí dos de mis descubrimientos del año y, hoy, os vengo a reseñar de una forma más extensa uno de ellos.

Preparad la mente y que no os engañe la dulzura de la portada, puesto que aborda un tema tan duro como es el Alzheimer.

SINOPSIS:

Una niña recibió como regalo de su abuela un libro para que conociera sus recuerdos. Ella se encargaba de cuidarla, y también de mostrarle todos los colores que se convertían en hilos para tejer un hermoso vestido. Ahora, ese vestido se está llenando de agujeros por los que están perdiendo los recuerdos. Y la nieta se ha convertido en la cuidadora de su abuela... No es una historia triste sino esperanzadora.

FICHA TÉCNICA:

Autora/Ilustradora: Elena Ferrándiz
Editorial: Nórdica
Nº de páginas: 64 páginas
Encuadernación: Cartoné
Tamaño:  230 x 310 mm
Fecha publicación: N.º 1 edición (6 septiembre 2021)
ISBN: 978-84-18930-13-3 

RESEÑA:

Elena Ferrándiz se está convirtiendo en una de las ilustradoras fetiches en Nórdica Editorial, ya que cuentan con su trabajo frecuentemente. En mi caso, he tenido la gran suerte de poder leer «La cita», una de otras tantas obras ilustradas por ella, la cual también reseñé no hace mucho en Vuelo de Cuervos. Aunque ya conocía su gran talento, he de decir, que con estos últimos libros me ha terminado de enamorar por completo. 

En «Hilos de colores» abordaremos la enfermedad del Alzheimer vista a través de los inmensos ojos de una niña que recibe el libro bordado con las vivencias de su abuela.

Ese libro cuenta todo lo que su nieta necesita saber de sus raíces, tejidas con multitud de hilos de colores, que finalmente formarán un precioso traje.

Un día la abuela descubrirá un agujerito en dicho vestido, al que no le dará mayor importancia y, al cabo de un tiempo multitud de agujeros aparecerán, hasta que el vestido esté tan lleno, que los recuerdos cosidos con tanto amor, comenzarán a escaparse por ellos.

La autora nos muestra de una manera metafórica cómo los que padecen esta enfermedad, sienten que se resquebrajan sus recuerdos y, lo importante que es para ellas, tener el apoyo de sus familiares, que la ayuden pacientemente a remendarlos. 

Nos enseña lo valioso que es servir de apoyo a estas personas para que no olviden y, que el tiempo que les quede sean lo más felices posibles, ya que no debe haber nada más doloroso que ver como tu propia historia se desvanece ante tus ojos.

Me gusta la forma en la que también les da importancia a los cuidadores de dichas personas y, como ensalza la labor de quienes intentan tapar esos agujeros, a pesar de por ello, dejar de lado sus propias vidas. Es un abrazo simbólico a todos aquellos que sufren el deterioro de sus seres queridos.

Las ilustraciones a doble página con el característico estilo de la creadora, nos transmiten una delicadeza que pocos artistas pueden conseguir. Desde la brisa del verde jardín, el abrazo cálido de la nieta, hasta la soledad de la abuela, todas ellas te hacen empatizar y, te guían por momentos felices, y también tristes de lo que es el camino de la vida en sí.

Este libro es un regalo para el corazón, y sí, lo sé, suena muy ñoño, pero las veces que lo he leído, he sido incapaz de finalizarlo sin llorar. Es tan bonito tanto en ilustración, como en historia, que siento la necesidad de levantarme de mi butaca imaginaria y aplaudir tras ver una fantástica obra de teatro, de esas que te llenan el alma.

Un libro que invita a la reflexión en los adultos y que ayudará a entender a los más pequeños, que, aunque las personas mayores en ocasiones olvidan quienes son, siempre encontrarán en ellos su indiscutible amor.

Gracias Elena Ferrándiz, y como siempre a la fabulosa editorial Nórdica por dar visibilidad a un tema tan complejo, ya no solo para los niños y niñas, si no para el conjunto de una sociedad que parece querer restarle importancia. 

SOBRE LA AUTORA/ILUSTRADORA:

Elena Ferrándiz vivió su infancia en San Fernando, Cádiz, rodeada de lápices de colores. Estudió Bellas Artes en la Universidad de Sevilla y desde entonces ha trabajado como ilustradora para numerosas editoriales y publicaciones. Asimismo, ha publicado varios libros ilustrados de los que es también autora. Libros llenos de metáforas y guiños visuales, en los que imagen y palabra se unen para dar salida a su particular universo.

Fotos: Nórdica Editorial

 Reseña escrita por María Pizarro