viernes, 15 de diciembre de 2023

Serendipity

 

Después que pasara la noche, la tormenta había parado, solo quedaba la lluvia que seguía repiqueteando en las ventanas. Tomaron el desayuno con tranquilidad mientras que jugaban con Adina, ya que, según ella, aquello era como una fiesta del té.

La muchacha miró su muñeca para saber que hora era, eso no pasó desapercibido para Adriel.

¿Tienes que abrir la floristería? Preguntó el muchacho en ese tono que le hizo recorrer una descarga eléctrica por toda la columna.

No, hoy solo tengo que hacer arreglos.

¿Puedo hacerlos contigo? Preguntó la pequeña.

Si papá quiere puedes y te enseñaré a hacer coronas de flores.

La pequeña se dirigió enseguida hacia su padre con ojos ilusionados.

Papi, por fi, papi, por fi.

Liv tuvo que morderse los labios para no reír de ternura, la pequeña se encontraba dando saltitos frente a su padre, con sus manitas juntas, repitiendo las mismas palabras. Adriel dirigió su mirada hacia ella como si le estuviera preguntando si podía, a lo que ella asintió. ¿Cómo no iba a querer? La idea había sido suya.

Claro cariño. Al escuchar a su padre ahogó un gritito.

Voy a vestirme.

Mientras decía aquello ya estaba corriendo en dirección ha su habitación. El muchacho se dio la vuelta hacia ella y suspiró, no como si aquello le hubiera costado, sino un suspiro de «que tierna es mi hija».

Ha utilizado a la perfección la técnica del «papi por fi», ha sido impecable, le doy un 1000/10 la risa de ella lo hizo reír a él también.

No suelo consentirla, pero a veces cuando pone esa carita y dice esas palabras no me puedo resistir. Confesó riendo ligeramente.

Tampoco hubiera podido resistirme a tanta ternura.

Antes de que se dieran cuenta la pequeña ya había vuelto al salón, ya estaba vestida y preparada. Por supuesto les instó a que se vistieran rápido para poder ir lo antes posible, se la notaba demasiado emocionada por lo que iba a hacer.

Mientras que Liv se vestía en el baño, la pequeña se encontraba frente a la puerta haciéndole un sinfín de preguntas sobre la floristería, sobre flores o sobre lo que iban a hacer cuando llegaran. Eso le gustaba porque era una niña curiosa, que le interesaba aprenderlo y saberlo todo. Le recordaba un poco a ella en ese sentido. Le contestó a todo lo que le había preguntado explicándole con detalle todo.

¿Tienes alguna pregunta más? Liv miró hacia el suelo al abrir la puerta.

Si, ¿cuándo nos vamos? La risita de Liv no se hizo esperar, lo cual hizo reír a la pequeña.

Pronto, no hay prisa pequeña.

No soy pequeña, soy ya una niña mayor. ⸺Expresa decidida mientras que se pone en pie.

Llevas razón, te compensaré un día enseñándote a hacer un bizcocho.

En ese momento supo que había acertado en la compensación porque vio sus ojos iluminarse y como sonreía. La vio alzar el puño con el meñique arriba.

¿Prometido?

Prometido. Tomó el meñique de la pequeña con el suyo para hacer su promesa de meñique.

Ese momento tan tierno fue observado desde lejos por Adriel, lo cual hizo sonrojar a Liv al verse pillada por él.

 

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El viaje hasta la floristería había sido tremendamente interesante, ya que los tres iban cantando canciones infantiles. Al revés de lo que pudiera se pudiera suponer, había sido para Liv algo demasiado divertido, como si fueran una familia que el domingo se iba ha hacer su actividad divertida de la semana o, al menos, eso es lo que ella se imaginaba, no tenía padres, no sabía si eso realmente se hacía así.

Subieron primero a la casa para que ella pudiera ponerse ropa cómoda, ya que padre e hija la llevaban. Se notaba que la pequeña estaba tremendamente eufórica y que estaba deseando que la llevaran a la floristería.

Mientras que se cambiaba la lluvia apretó, tanto que Liv decidió que entrarían por la puerta del local que daba al edificio y que entraba directamente a su taller. Antes de salir la pequeña fue al baño.

Si sigue lloviendo así todo el día os quedaréis aquí.

Gracias.

Era una tontería negarse o intentar hacerlo, porque si salían con esa lluvia podrían pasar muchas cosas y era mejor que su hija estuviera segura, así que no se morirían por tener que quedarse allí.

Menos mal que siempre llevo una muda para ella por si se mancha. La risa del muchacho hizo que volviera el rostro hacia él.

No sabía porque razón esa risa y el tono en el que hablaba le provocaban esas pequeñas descargas eléctricas en todo su cuerpo.

Continuara…

 

Los tres bajaron a la floristería. Adina se había sorprendido demasiado al ver todas las flores que había. La pequeña, sin tocar nada, empezó a observarlo todo y a preguntarle para que servía cada cosa que veía.

Mientras que preguntaba, ella iba preparando en la mesa de trabajo todo lo que necesitaban para hacer los arreglos y los bocetos, tanto de los que haría ella, como de los que haría Adriel. Muchas veces le sorprendía, porque el siempre le decía que nunca había trabajado en ello, pero se le daba demasiado bien hacer los arreglos, como si fuese todo un profesional.

Subió a la pequeña a la mesa para que se sentase, la mesa era grande así que no había problema con ello. Liv empezó a enseñarla a hacer coronitas de flores, lo cual se le hacía un poco difícil, pero ella no dejó de intentarlo. Las flores de las coronas eran de material falso, pero muy bueno y parecían flores reales.

Con ese material era con el que ella hacía ese tipo de trabajos y se lo especificaba bien a la novia. La única boda que había realizado el trabajo de las coronas con flores de verdad, estas acabaron atrayendo a todas las abejas. Esa era la anécdota que siempre les contaba a todas las novias y al final todas cambiaban de opinión. Por supuesto, la que las querían, les decían que no se molestase que las encargarían por otro lado y por supuesto ella rechistaba por ello. Cada persona quería en su boda un tipo de cosa y eran libres de ir a otro lugar a obtenerlo si no lo querían a la forma que ella lo hacía.

Cuando llegó la hora de comer, les quedaba todavía un poco de trabajo, pero subieron para hacer la comida, ya que iban a tardar mas de una hora en terminar lo que tenían que hacer.

Hicieron unas pizzas precocinadas en el horno mientras que veían en la televisión unos dibujos. Adina parecía casi hipnotizada por ellos y, pese a ser dibujos para niños, ambos adultos tenían que admitir que eran bastante entretenidos de ver. La tormenta seguía, no tanto con truenos, pero si que cada vez llovía mas fuerte y el cielo se encontraba casi negro, como si fuera de noche.

Mientras que ambos fregaban o mas bien, uno fregaba y el otro secaba, la pequeña se quedó dormida en el sofá. Se habían dado cuenta al volver, así que Liv sacó una manta del baúl de la esquina del salón, se acerco a la pequeña desdoblándola y, posteriormente, la cubrió con ella.

Ambos adultos, buscaron algo que ver en la televisión mientras que la pequeña descansaba, ya que para ella aquello era demasiado emocionante.

Es una niña preciosa, muy lista y muy entusiasta. ⸺Pronunció la joven mientras miraba hacia la pantalla.

 Se parece mucho a su madre, aunque ella decía que se parecía mucho a mi. Contestó de vuelta.

 No le faltaba razón, al menos físicamente, casi es tu viva imagen. Si no quieres contestar no tienes porque, pero, ¿qué le pasó a su madre? La pregunta salió temerosa, ya que no era una pregunta agradable de hacer y tampoco de preguntar.

 Bueno, es bastante complicado el tono de voz en el que lo había dicho había sonado apesadumbrado. Si supongo que se refería a que físicamente es igual a mí, pero hay días que me sorprende al hacer algún gesto de los que hacía su madre. Ya la has visto es muy preguntona, casi tanto como tú.

 Las chicas listas hacemos muchas preguntas.

Al terminar de pronunciar esas palabras, el ambiente se llenó de una pequeña risa de Liv, la cual era así de pequeña para que no se despertara Adina.

 

»»————-  -————««

 

Cuando terminaron todos los arreglos, volvieron a subir arriba. Decidieron que verían alguna película para pasar el resto de la tarde. La pequeña, muy sabiamente había elegido las películas de dibujos de cierto guerrero del dragón.

Cenaron viendo las películas también, para los dos ver disfrutar así a la niña era una gozada y más porque ellos también disfrutaban de la película. Verla practicar poses de Kung-fu como en la pantalla era sumamente tierno. En ese rato vieron todas las películas de la saga completas.

La pequeña fue llevada a la cama de la habitación de invitados, en la que dormiría con su padre. Ella se dedicó a recoger todo mientras que él la dormía. Desde la cocina los escuchaba a los dos hablar, mas bien, como él le contaba un cuento y ella le cuestionaba sobre algunas de las cosas que le contaba. Pronto dejó de escuchar las preguntas, por lo que enseguida apareció Adriel en la cocina.

 Se ha quedado dormida.

 Le ha costado mucho, hoy estaba demasiado eufórica.

 Es una de sus sagas favoritas en la vida rio mientras que se acercaba a ella. Le ha emocionado mucho el ayudarnos con los arreglos.

 Lo sé y aprende muy rápido, me ha dejado muy sorprendida.

Durante unos segundos, ella se quedó callada, pero lo que quería decir le quemaba en la garganta.

 Supongo que ahora deberemos de seguir con el trato, porque me extrañaría que tu hermana no les dijera a vuestros padres que tienen una nieta.

 Ya se lo ha dicho, me han estado llamando todo el día y enviándome mensajes para que vayamos a visitarlos, que quieren explicaciones. La verdad es que no quiero molestarte y de nuevo implicarte en esta situación. ⸺Las palabras del muchacho eran muy sinceras.

Lo haré encantada, seguiremos ayudándonos el uno al otro.

El la abrazó por la espalda mientras que fregaba y recargó su cabeza en el hombro de ella. Liv podría haber jurado que su corazón se había saltado un latido, pero ahora latía tan fuerte que pensaba que él podría escucharlo.

Continuara…

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