viernes, 5 de julio de 2024

EL RINCÓN DE VICTORIA. EL MUNDO NATURAL QUE NOS RODEA II

«CÓMO MANTENER UNA TARÁNTULA» de Victoria Sastre Sastre

Aunque a veces nos sorprenda, las tarántulas son unos de los animales más vistosos y comunes en las colecciones zoológicas. Se diferencian de otros artrópodos por no poseer alas ni antenas. Su cuerpo se encuentra dividido en un prosoma y un opistosoma respectivamente.

Las arañas pertenecen al orden Araneae, dentro de este orden existen varios subórdenes, como Mygaloporphae, que incluye unas 2.200 especies de arañas. De entre ellas, la familia de los terafósidos (las tarántulas).

Las tarántulas son unos animales sorprendentes que desde siempre me han gustado, llegando a tener una extensa colección en su día. En España y en otros países del mundo, hay una gran afición al respecto, y hoy me gustaría hablaros de sus hábitos y de su correcto mantenimiento por si alguien se quiere iniciar en este interesante mundillo.

Dependiendo de la especie y de las condiciones de mantenimiento, muchas tarántulas alcanzarán su edad adulta entre los 2 y 9 años. La esperanza de vida de los machos es mucho más corta, pues su vida acaba muy cerca de este momento, al alcanzar la madurez. En cambio, las hembras pueden ser muy longevas, Baerg (1958) declaró el caso de una hembra de la familia Theraphosidae que fue capturada con una edad aproximada de 10-12 años y vivió más de 16 años en cautividad. Otros casos, hablan de hembras de hasta 30 años de edad.

Cada vez que las tarántulas mudan, éstas crecen. En este proceso se desprenden de su exoesqueleto pues les queda “pequeño”. Cuando mudan se ponen “boca arriba”. Es un momento delicado y vulnerable donde no se las debe molestar. Las tarántulas jóvenes mudan en más ocasiones, hasta 4 veces al año; no obstante, a medida que crecen, experimentan menos procesos de muda, y muchas veces, al alcanzar su tamaño adulto, no vuelven a mudar más. Muchas de ellas dejan de comer hasta 15 días antes de mudar. Es una formar de preparar su cuerpo.

Muda de Tarantula

A las tarántulas les molesta la luz directa y son animales mucho más activos de noche. Se recomienda mantenerlas individualmente para evitar el canibalismo y no mantenerlas junto a otras especies. Las tarántulas pueden ser, sobre todo, terrestres o arborícolas, y es fundamental adaptar el terrario a la naturaleza de cada especie. Por ejemplo, para una tarántula arborícola es más recomendable un terrario vertical para que pueda así trepar. Se dice, que para saber si el terrario ofrece un espacio adecuado, se debe observar su longitud y que éste sea igual a tres veces el tamaño de la araña con las extremidades extendidas.

La seguridad en el terrario es importante, sobre todo si disponemos de especies más venenosas o de machos, ya que estos últimos son más escapistas porque tienen el instinto de buscar hembras para reproducirse.

Es importante que dispongan de lugares donde poder ocultarse como, por ejemplo, cuevas o refugios, aunque muchas veces también se entierran en el sustrato o hacen sus propias galerías. Hay que procurar evitar elementos que no tengan ninguna función específica, ya que podrían causar una acumulación de suciedad y con ella la aparición de ácaros.

Los mejores sustratos son aquellos absorbentes que no generan polvo. Algunos ejemplos son la turba, la tierra, la vermiculita y la fibra de coco.

La mayoría de los terrarios debe tener una humedad de entre 50-90% dependiendo de las necesidades de la especie. Se puede utilizar un higrómetro en cada instalación para controlarlo. Aunque hay géneros más o menos tolerantes a la humedad, siempre hay que informarse de cada especie. Es una buena opción ofrecer el agua en envases planos.

La ventilación no debe ser excesiva, ya que las tarántulas carecen de tracto respiratorio superior y sólo tienen pulmones.

Las temperaturas de entre 23 hasta 27ºC suelen ser adecuadas para la mayoría de las tarántulas. En especies de zonas áridas puede ser necesario aumentar la temperatura ambiental a 31ºC. En algunos lugares es necesario aportar una fuente de calor extra con lámparas. Es más importante la estabilidad térmica que la existencia de una temperatura precisa.

Su fuente principal de alimentación son los insectos y una variación de éstos es beneficiosa para su salud. Lo mejor es utilizar insectos vivos criados en cautividad para evitar intoxicaciones.

Para valorar que una tarántula no se encuentra bien, se suele apreciar la aparición de movimientos lentos, la pérdida de apetito o la ausencia total de éste (anorexia). También se puede observar la pérdida de sangrado (hemolinfa) por la existencia de una herida. Un cambio más sutil y difícil de apreciar en ocasiones, es el cambio de apariencia del exoesqueleto, que adquiere un color más apagado, opaco y una textura irregular.

Sin lugar a dudas, ¡unos animales estupendos!

Bibliografía:
Temario de <<Cuidador de Zoológico>> MasterD
Bellmann, H. (2011). Nueva guía de campo de arácnidos (1ºed). España: Ediciones Omega, S.A.
Cleton, F. y Verdez, J. M. (2004). Tarántulas: Introducción, guía y reproducción (1ºed). Madrid: Autor-Editor
Herández, V. J. (s.f.). Invertebrados terrestres. Introducción a las especies ibéricas, baleares y canarias (2ºed). España: Guía desplegables Tundra nº16
Striffler, B. F. (2005). Grammostola rosea: la tarántula chilena y otras especies afines (1ºed). España: Reptilia Ediciones
Rankin, W. (1995). Manuales de terrario. Tarántulas y escorpiones (1ºed). España: Hispano Europea
Von Wirth, V. (2006). Tarántulas fascinantes y exóticas (1ºed). España: Hispano Europea
Rankin, W. (1995). Manuales de terrario. Tarántulas y escorpiones (1ºed). España: Hispano Europea

Fotos: Imágenes sacadas de Pinterest.

Artículo escrito por Victoria Sastre Sastre

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