Ilustración realizada por María Pizarro / artmpizarro
Con vuestro permiso y ya que este artículo es atemporal, os voy a llevar a un lugar muy especial para mí. La mayoría de los seguidores del cine hecho por el director del que hoy os voy a hablar lo conocéis y yo debo reconocer, que lo descubrí hace pocos años. Lo sé es un sacrilegio, tanto como aficionado al cine de ciencia ficción, como pajarraco que soy.
No voy a dar más vueltas en redondo como un buitre, son las dos de la madrugada y me encuentro en lo alto de aquel edificio en el que Rutger Hauer soltó ese mítico monólogo llamado "Lágrimas de lluvia" en la famosa Blade Runner. Sí, como os dije en el anterior Desplumando directores, hoy os voy a hablar del cineasta británico Ridley Scott.
¿No os pasado nunca eso de que creer que habéis visto pocas películas de un director en concreto y después te das cuenta que has devorado casi toda su filmografía? Pues eso me ha pasado con este hombre nacido en South Shields, Inglaterra. Y la segunda pregunta que me hago a mí mismo es: ¿Cómo voy a hablar de las diecinueve películas que he visto de este hombre sin que me cocéis a pedradas desde la calle?
Creo que lo mejor será centrarme esta vez en mis impresiones, sin destripar mucho las películas en sí y daros leves picotazos sobre mis predilecciones sobre el inmenso legado que este director está dejando en el cine…no os prometo nada.
Empecemos
por la primera película que vi. La más icónica de Scott y la que lo lanzó
definitivamente al estrellado, Alien, el octavo pasajero, pues no he visto su
primera película, Los duelistas. Terror y ciencia ficción se dan la mano en
esta espectacular cinta en la que una joven Sigourney Weaver interpreta a la
heroína Ellen Ripley, acertado cambio del director y típico en su cine el darle
mayor protagonismo a los papeles femeninos. ¿Qué pasaría si en un viaje
espacial se cuela un extraterrestre y os la lía parda? Básicamente esa es la
resumidísima trama, pero el director colmó esta película de innovaciones
particulares. Los sonidos de la nave en ciertos momentos de tensión, la subida
y bajada de la banda sonora en escenas determinantes, el juego de luces y la
atmósfera asfixiante que a mi particularmente siempre me ha acojonado del cine
del espacio. Evidentemente, no voy a olvidar la escena final de la película,
una de las más memorables de la historia del cine y protagonizada por el
reciente desaparecido John Hurt. Si no sabéis de lo que os hablo, no os gusta
el cine, siento ser tan radical.
Esperaos un momento…me pican las alas. No sé si es mi subconsciente o qué, pero ha sido recordar la escena de Hurt y me escuece todo como cuando un mosquito te da la lata. Bueno, ¿por dónde iba? ¡Ah, ya! No, esta vez, como todas, no os voy a hablar por orden de estreno, sino de visionado por mi parte. Deckard tendrá que esperar.
La sombra del testigo es la siguiente que vi. Cambio bestial con respecto a la primera, pues aquí nos situamos en Queens, en un thriller romántico protagonizado por Tom Berenguer, ascendido a detective en la policía de New York que debe resolver un crimen y proteger a la única testigo del mismo, la sensual Mimi Rogers. Una película sencilla, sin muchas pretensiones y que muestra los conflictos de un hombre felizmente casado que poco a poco se enamora de su protegida. Para pasar el rato, poco más.
La siguiente de la que os voy a hablar es Black Rain. Película de acción y suspense protagonizada por Michael Douglas y Andy García. Aquí Scott no cambia mucho de registro, pero la introducción de los Yakuza y la aventura de dos policías de Nueva York en el viejo Japón para escoltar a un asesino de la banda mencionada le da un aire exótico muy chulo. Cuando la huida del Yakuza se produce y todo se tuerce en un país desconocido para ambos, es cuando la película toma un cariz de puro entretenimiento. Aún recuerdo como se me cayeron varias plumas con la muerte de…tranquilos que no os destripo nada. No quiero olvidar la participación del gran Hans Zimmer en la banda sonora y que la película se llevó dos nominaciones a los Oscar por Mejor sonido y Mejores efectos de sonido…no veas como zumbaban las katanas, je je je.
Ahora nos sumergimos en un mundo de fantasía y cambiamos el tercio de nuevo. Legend es quizás la película que más se sale de la línea del autor. Aunque muchos la consideran una película de culto al estilo de Dentro del laberinto de Bowie, en la taquilla no tuvo un éxito considerable, pero los de la generación de los 80 la habéis visto sí o sí en la típica tarde de sábado o domingo con tus padres. Protagonizada por mi “adorado” Tom Cruise (ironía Modo On) y Mia Sara, el verdadero protagonista para mí que llena la pantalla es el legendario Tim Curry que muchos conoceréis por hacer del terrorífico Pennywise de Stephen King en It. Su papel como el Señor de las tinieblas es memorable y su atuendo una maravilla, causa principal por la que el film fue candidata a un premio de la academia al Mejor maquillaje. Permitidme que eluda el argumento, le tengo un poco de tirria a los unicornios desde que últimamente os saturan a los humanos con tanto merchandising, me quedo más con el amor de Deadpool por ellos.
La
siguiente filmación, os voy a ser muy sincero, hasta hace muy poco, no sabía
que era del gran Ridley. Thelma & Louise, una road movie fantástica. Me
encantó en su día esta película ideada y escrita por Callie Khouri que se llevó
el Oscar al mejor guion original. Allá por el 91 en pleno auge de dos actrices
de la talla de Geena Davis y Susan Sarandon, ambas protagonizan una historia
dura de violencia machista y que se sale de la norma actual. Generó mucha
polémica en su día por mostrar a dos heroínas desconocidas que se enfrentan con
armas al abuso de dos hombres en la típica escena del aparcamiento de un bar y
que luego delega en una revolución brutal de dos mujeres oprimidas por la
sociedad y que buscan un respiro en sus vidas cotidianas. Un clásico del cine
que ha inspirado otros films y se ha convertido en un hito del movimiento
feminista. La escena final es descomunal y te deja el alma tocada, un mensaje
directo al consciente y el subconsciente de aquella y por desgracia, esta
sociedad. Como anécdota popular y que todos sabemos, en esta película se dio a
conocer el actor Brad Pitt, icono sexual para las mujeres durante todos estos
años y que se ha convertido en un grandísimo actor que ha tenido que luchar por
su cuenta con ese estereotipo. Harvey Keitel completa este gran reparto como el
detective que investiga los asesinatos cometidos por estas dos mujeres
fugitivas. No os la perdáis.
Como
podéis ver, Ridley Scott navega sin ningún tipo de miedo por toda la gama de géneros
que puede ofrecer el cine y en la siguiente película deja constancia de ello.
Ahora nos subimos al barco del navegante más famoso y enigmático de la historia
de la humanidad, Cristobal Colón. Esta vez el papel principal cae en manos de
un genial Gérard Depardieu, mi eterno Cyrano. Completan el reparto Armand
Assante y de nuevo Sigourney Weaver en el papel de la Reina Isabel I. A estas
alturas, no creo que haga falta que os comente de que va 1492: la conquista del
paraíso. Pero no quiero dejar de lado tres cosas que destacan por encima de
todo en esta película, que son, por supuesto, la ambientación del nuevo mundo, el
vestuario y la banda sonora inconmensurable del griego Vangelis con su sencillo
Conquest of Paradise. Una pieza que obtuvo infinidad de premios y que según
supe en su día, la pieza orquestal esta cantada coralmente en latín macarrónico
(por favor, evitad el chiste fácil). Las localizaciones españolas tuvieron
lugar en Cáceres, Trujillo, Salamanca y Sevilla. El resto de la trama se llevó
a cabo en Costa Rica.
Pasamos
de largo por la película Tormenta blanca protagonizada por Jeff Bridges, pues no la he visto y me meto de
lleno en "La teniente O’Neill". Otra vuelta de tuerca en la variada carrera del
director que fue un desastre de taquilla y le valió a la por entonces archifamosa
Demi Moore para ganar un Razzie a la peor actriz de 1998. Por entonces aun
coleaba su desnudo en Striptease y de lo que más se habló de la cinta fue del
rapado al cero que se dio la actriz para protagonizar la historia de la primera
teniente del ejército de los Estados Unidos que entra en los SEAL de la Marina.
La lucha de una mujer en un mundo hermético de hombres donde el trato y las
humillaciones están a la orden de día, simplemente para demostrar que las
mujeres no están hechas para ese puesto. Por supuesto la soldado se deja la
piel para demostrar lo contrario, poco más. Siento decirlo, pero esta historia
me sonó al burdo intento de probar de nuevo la fórmula de Thlema & Louise
en otro escenario. No merece la pena que perdáis el tiempo con ella.
Y
sí, ahora llega uno de los dos platos fuertes que este director nos ha brindado
en su carrera. En pleno año 2000 llegó a nuestras pantallas una de las
historias más memorables del cine actual. Gladiator, nuestro amado Máximo
Décimo Meridio, el Hispano. El hombre que os la puso tiesa a más de uno en el
cine con otra de las declaraciones más brutales en la historia del cine de la
mano de Russell Crowe y ante el asqueroso emperador Cómodo, interpretado por el
genio Joaquín Phoenix, del que muchos consideran (entre ellos me encuentro) que
tuvo que ser su primer Óscar y no el que le han dado hace unos meses por Joker.
Ambos actores llenan la pantalla de una manera tan abrumadora que su odio mutuo
te llena la sangre de una furia indomable. La bella Connie Nielsen como hermana
del emperador y enamorada secreta del Hispano se ve en medio, luchando por la
salvación de su hijo, el heredero al trono.
Cómodo
mata a su padre, Marco Aurelio al principio de la historia al confesarle este
que su título se lo daría a Máximo. A raíz de ahí, la mujer e hijo del general
son asesinados y el escapa. Termina como esclavo y comprado a un antiguo
gladiador interpretado por el grandioso actor Oliver Reed, en su última aparición en la gran
pantalla tras su muerte. Con la lucha en la arena y pertrechado siempre sobre
un casco, Máximo se gana el cariño y la fama de toda Roma. Cuando se descubre
el pastel en esa escena icónica y esa frase que Crowe se negó repetidas veces a
pronunciar en la película: «Alcanzaré mi venganza en esta vida o en la otra»,
Cómodo prepara una batalla final en el albero con una escena brutal preparada
por Scott con unos tigres que te hiela la sangre.
Datos
curiosos a parte del coñazo que dio Crowe con el guion. Se innovó en la
fabricación de trajes y armaduras de poliuretano, más de 100 armaduras y 550
trajes. 27500 piezas de armaduras en tres meses. La construcción de muchos
escenarios al estilo del cine antiguo que Scott reconoció beber de cintas como
Ben−Hur o Espartaco, mezclado con las
técnicas por ordenador, hizo que esta obra épica del cine se haya grabado en la
retina y corazones de todos los mortales. Para colmo, sellamos con la célebre
banda sonora de Hans Zimmer cantada por la australiana Lisa Gerrard y que a
tantos escritores a acompañado en sus noches de desvelo, seguro. Por último, se
tuvo que recurrir al rodaje por ordenador de la última escena de Oliver Reed,
pues falleció durante el rodaje.
Los anacronismos se desbordan en este film, pues Scott quiso
contar una historia diferente de la Antigua Roma. Muertes como las del
emperador Marco Aurelio, los materiales de fantasía utilizados durante el
rodaje, adornos y demás, se salen del tiesto estricto de la historia real.
Evidentemente, todos estos datos, sumados a la calidad de la
película le valieron el Óscar al mejor largometraje y cuatro más. De las 119
nominaciones que tuvo en todo el mundo se llevó 48 premios. Una taquilla
mundial descomunal y el San Benito de ser el largometraje que alzó de nuevo a
la pantalla la historia del imperio más grande de la historia de la humanidad.
A continuación, no vamos a una película esperada por mi parte con muchísima ilusión. Volver a ver a Sir Anthony Hopkins en su papel más memorable era harina de otro costal. El Doctor Hannibal Lecter, el caníbal más adorable de la historia del cine que tan magistralmente creo Tom Harris en su obra original de El silencio de los corderos y que tan bien continuó en esta secuela. Sin embargo, el bueno de Scott se empeñó en joderme el final, cambiándolo totalmente y llenando mi cuerpecito emplumado de unas ganas irrefrenables de sacarle los ojos. Me mató, totalmente.
No
hay nada más malo en la película, pues Hopkins está a altura de las
circunstancias. La pena es que me faltó mi adorada Jodie Foster como la agente
del FBI Clarice Starling y que interpretó como pudo Julianne Moore. No había la
misma química. Destacar la aparición del increíble Gary Oldman en el papel del
multimillonario Mason Verger, con un maquillaje terrorífico tras la mutilación
y la paraplejia que el loco de Lecter le provocó. Éste ayuda a la agente y
sitúa al caníbal en la hermosa Florencia.
A
partir de aquí se vuelve a establecer esa conexión tan particular entre el
asesino y la agente, y mucho más después de que tras su tapadera en la ciudad
más hermosa del mundo, es descubierto por el inspector italiano Rinaldo Pazzi
(Giancarlo Giannini) que será recordado eternamente por su escena con Lecter.
No os digo más. Tenéis que ver la película y os aconsejo que si queréis
disfrutarla, no hagáis como yo y os pongáis todas las noches en la ventana de
un primero a leer por encima del hombro de un hombre la novela de Tom Harris.
El final, tan suculento y lleno de la magia macabra de Lecter con la cena junto
a Ray Liotta que hace del oficial del Departamento de Justica y Clarice,
merecía un respeto por parte del director. Lo siento Ridley, no te perdono.
Viajamos a la edad media. Concretamente a las cruzadas en el siglo XII, en el Sitio de Jerusalén de 1187. Os hablo de "El reino de los cielos". Rodada la mayor parte en Marruecos en distintos monumentos españoles de Huesca, Palma del Río, Ávila y Sevilla. Protagonizada por Orlando Bloom, herrero y bastardo del barón Godofredo de Ibelín (Liam Nesson) se embarca en la aventura de expulsar a los musulmanes de su asedio al Reino de Jerusalén. Sin embargo Nesson no llega a Tierra Santa y Balián (Bloom) hereda sus títulos.
Cuando
empieza a reconstruir su legado, recibe la visita de la enigmática reina Sibila
de Jerusalén (Eva Green), ya conocéis mi debilidad por esta humana. El caso es
que cautiva al tonto de Bloom y se la lía para que le ayude con el conflicto
con los musulmanes y entra en una vorágine brutal de engaños y conspiraciones a
la altura de aquella época. No te podías fiar ni del que te cambiaba el orinal.
De
nuevo, en esta película, Scott parte por la mitad la historia real y la mezcla
con la ficción…que le gusta a este hombre los anacronismos, por los picos de
todos mis cuervos. El caso es que la crítica sobre el film fue negativa ya que
no se dio rigor a la historia y las tramas te hacían las alas un lío. Más adelante
se sacó la versión extendida y se dio más coherencia a todo. A veces por
recortar las cosas pierden su valor original, pero ya se sabe la pasta por
delante de la calidad.
Cambiamos
el tercio. No vamos a Somalia de la mano de los soldados americanos de élite
con las Naciones Unidas en son de paz. "Black Hawk derribado" es una película bélica
que a poca gente que la haya visto, no le ha gustado. Ganadora de dos premios
Óscar: al mejor sonido y mejor montaje.
Protagonizada por Josh Hartnett, actor que siempre me ha gustado mucho y que ha
desaparecido del mapa desde hace un tiempo y mi Obi Wan Kenobi, el gran Ewan
McGregor. Basada en el hecho real reflejado en el libro de Mark Bowden nos
cuenta los hechos acontecidos durante el rescate de un primer helicóptero humanitario
que es derribado por los guerrilleros locales y un segundo armado de rescate, que también es abatido. Ahí es cuando comienza
la capacidad de supervivencia de un grupo de soldados en tierra hostil. Por su
estrecho territorio de acción la historia no pretende ser una épica cineasta
sino simplemente contar con veracidad lo ocurrido y tratar de llevar al
espectador a esos momentos tan duros en pleno conflicto.
Otra
de esas películas de guerra que llevan a reflexionar en la incapacidad humana
de entenderse unos con otros y no precisamente por el problema del idioma.
Nadie gana una guerra, nadie.
Aprovecho
el salto de películas, pues no he visto ni Los impostores ni Un buen año del
director inglés y me cambio de lugar para seguir hablando con vosotros. Esto de
tener plumas e ir toda la vida de negro es un poco molesto cuando el sol se
dedica a freírte las ideas encima de un edificio. Aquí, bajo la sombra de este
frondoso árbol estaré mucho mejor…odio el verano.
Por
dónde iba…¡Ah, ya! Nos vamos a 2007 y al estreno de "American Ganster". Repite
con Scott, Russel Crowe en el papel de un detective obsesionado con derrocar el
imperio montado por un narcotraficante de la talla de Denzel Whasington. En
plena guerra de Vietnam, se crea una batalla de cerebros entre un traficante
muy inteligente que intenta pasar totalmente inadvertido para la ley en las
calles de Harlem y un policía con problemas personales que busca el caso de su
vida.
Muy,
muy entretenida. Por eso prefiero evitaros la trama. Solo os diré que hay una
escena clave para desencadenar toda la investigación del agente Roberts que
interpreta Crowe y que nos da a entender el poder que nos proporciona el
anonimato en el mundo del crimen y como un simple traspié puede dar al traste
con toda tu vida, no solo por ser un delincuente. Será por ello que todos estos
artículos los firmo con el nombre de un humano…¿Os imagináis la que se podría
liar si averiguaran que soy yo el que escribe estas parrafadas y no el tal
Lamela?
Y
llega el momento más extraño de todos los vividos hasta ahora. Os voy a hablar
de una película que no estoy seguro al cien por cien de haberla visto. Creo que
sí, pero bueno al menos me arriesgaré a dejaros una pequeña pincelada de la
misma con datos básicos y consultados, porque sinceramente, no encuentro
recuerdo alguno en mi minúsculo cerebro. Os hablo de "Red de mentiras", un film
de espionaje al más puro estilo de la CIA co−protagonizada por Leonadro
DiCaprio, un agente de campo y su jefe Russell Crowe, que sí, parece que es el
Johnny Deep del bueno de Ridley. Basado en el libro de David Ignatius, nos
cuenta como un operativo va hasta Jordania siguiendo a una terrorista de los
más peligrosos del mundo y a través de un miembro de la organización que quiere
pedir asilo político a cambio de proporcionar mucha información de la célula.
Muy al estilo de la serie Homeland que tanto he amado durante años. Captación,
promesas y mentiras con tal de conseguir objetivos y altos cargos que joden a
los que se juegan la vida en el terreno con tal de no verse salpicados por
problemas gubernamentales y políticas exteriores corruptas. El pan vuestro de
cada día. Mira que sois complicados los humanos, madre mía.
¡Uy!
¡Mirad! No me lo puedo creer, si está de nuevo aquí el bueno de Russell y esta
vez en el papel de Robin Hood, pero con un toque diferente. Es curioso, porque
en el reparto vuelve a coincidir con él actores de la película anteriormente
nombrada, como Óscar Isaac (el príncipe heredero Juan) y Mark Strong (noble
inglés). Tras la muerte del Ricardo Corazón de León, este noble intenta robar
la corona que debe heredar el joven Juan y que custodia Robert Loxley. Aquí
viene la variación de la historia original. Aparece en medio de la emboscada
Robin Longstride (Crowe) con sus compañeros y ayuda en la contienda, pero
Loxley muere. Antes de ello le hace prometer a Robin que entregará la corona.
Así es como éste y sus amigos, suplantan a los caballeros y se embarcan en una
aventura sin precedentes. La hermosa y talentosa Cate Blanchett, en el papel de
Lady Marian, aparece en escena y el amor crece sin remedio entre ella y el bueno
de Russell Crowe. El resto os lo podéis imaginar. Un juego de poder entre nobles
y herederos al trono en los que se meten de por medio los franceses. Con ello
os podéis imaginar cómo se vuelven a pasar por debajo del ala la historia
original, cambiando no solo las conquistas sino lo siglos en los que transcurren
los hechos. Os podéis hacer una idea de lo que es el cine de Ridley Scott,
jamás le deis credibilidad histórica a sus películas, porque con la ayuda de
los guionistas te hacen un salmorejo que ni los de Córdoba. Bueno, al menos son
largometrajes entretenidos.
Llegó
el momento y como dije al principio, muchos trataréis de lincharme por tardar
tantos años en ver una de las películas más icónicas del séptimo arte. Blade
Runner el Neo−noir y de ciencia ficción que marcó una época, un antes y un
después en el cine distópico futurista. Curiosamente situada en el año 2019 (ya
que se estrenó en 1982) nos habla de cómo la bioingeniería forma parte de la
sociedad y se fabrican humanos artificiales a los que se les bautiza como
replicantes. Estos derivados son utilizados para trabajos peligrosos por sus
características físicas y su incapacidad emocional, simples máquinas, pero
llega la eterna pregunta ¿Y si algún día toman conciencia?
Tras
una rebelión de los mismos y una cruenta matanza, se crea un grupo especial de
policía en la ciudad de Los Ángeles, cuyo nombre da título al film. Ellos son
los encargados de dar caza o desconectar a los replicantes insurgentes.
Harrison Ford, en pleno auge por su papel de Han Solo en Star Wars da vida a
Rick Deckard, un blade runner retirado y contratado para eliminar a un grupo
suelto por las calles de la ciudad.
Si
he de ser sincero, mi valoración de esta historia no puede ser objetiva y me
siento como los jóvenes de hoy en día que ven clásicos que yo vi en su estreno.
Si la tuviera que valorar en términos generales, me parecería una película más,
pero si soy objetivo y la analizo trasladándome a la época de su estreno, debo
decir que es una película de culto y que cambió por completo la visualización
de esos mundos futuristas que todos hemos imaginado alguna vez. Decadencia
plasmada a la perfección con una fotografía atrayente y acompañada a la
perfección por una banda sonora exquisita de la mano del griego Vangelis.
Atmósfera asfixiante con el juego de luces brillantes y la oscuridad de los
suburbios, con la lluvia como constante amiga de unos escenarios perfectos y
sacados de los lugares más exóticos del mundo.
Está
basada en parte en la novela de Philip K. Dick ¿Sueñan los androides con ovejas
eléctricas? de 1968…el título se las trae. Se dice que hubo hasta siete guiones
diferentes pero el elegido, nos dio una de las escenas más emblemáticas de la
historia y un monólogo por parte del replicante Nexus−6 llamado Roy Batty y que
el actor Rutger Hauer reescribió y convenció a Scott sin margen de dudas para
interpretarlo. Completan el reparto Sean Young, replicante que se cree humana
por los recuerdos implantados por su creador y de la que se enamora Ford.
Edward James Olmos, da ese toque diferente a la película en su papel de
compañero de Deckard al que se le sacó partido por sus raíces étnicas y Daryl
Hannah, como Pris, otra replicante usada como simple carnaza sexual y que marcó
con su impronta belleza. Como curiosidad, este papel fue ofrecido inicialmente
a la cantante de Blondie, la exuberante Debbie Harry.
Podría
tirarme horas graznando sobre esta obra maestra. Miles de detalles y anécdotas rodearon
el set, como la imposición de Harrison Ford de eliminar su voz en off por
escenas de investigación de su personaje, los conflictos entre productores y el
equipo de filmación entre otras, terminaron por revestir esta cinta de lo que
es, algo esencial en la vida del amante del cine en general. Espero que la
vierais en su momento, seguro que la disfrutasteis más que yo, sobre todo por
la novedosa capacidad de explotar por entonces todos los recursos posibles de
los efectos especiales de aquellos tiempos.
¿Saltamos
de nuevo en el tiempo? Vamos a hablar del único remake hecho por el director y
que evidentemente era imposible ni siquiera de igualar. "Exodus", versión moderna
de Los diez mandamientos de Charlton Heston nos traslada a la historia que
todos conocemos de Moisés, interpretado por Christian Bale y Joel Edgerton como
Ramsés II. Captar el espíritu y la grandeza de las antiguas películas de
Hollywood es una ardua misión, ya se intentó con Ben−Hur, y a pesar de que
aquel fue un fracaso estrepitoso, debo decir que mi opinión personal sobre esta
producción es bastante digna. El reparto está a la altura con Aaron Paul, John
Turturro, Ben Kingsley, Sigourney Weaver y nuestra María Valverde que se
estrenaba en un film americano en el papel de Séfora, el eterno amor de Moisés.
A
pesar de superar la inversión inicial en taquilla, no superó las expectativas
mediáticas y no llegó al aprobado. La parte positiva para nuestro país es que
el rodaje en Almería dejó grandes beneficios para la ciudad…hasta yo salí en
ella sobrevolando la zona. Se puede decir que fui uno de esos 4500 extras que
contrató el equipo de producción. Alberto Iglesias, nominado en tres ocasiones
a los Óscar, fue el encargado de la banda sonora, muy a la altura de las
circunstancia. Como último detalle, decir que a pesar de los avances
tecnológicos de los efectos especiales en el cine, jamás se podrá superar la
estética original, la magia y el impacto que dejó para muchos la escena de
Heston cuando abrió las aguas para que su pueblo pudiera escapar de las garras
del mítico Yul Brynner.
Siguiente
parada, el espacio exterior. Marte, nuestro destino. Una película que nos lleva
a través de la supervivencia de un astronauta en el desértico planeta que con
tanta insistencia el ser humano intenta poblar. Aquí, el director nos trae como
protagonista a Matt Damon, con el que no había trabajado hasta ahora y que
particularmente para mí, aprueba con nota, de ahí su nominación a los Óscar
como mejor actor. Le acompaña otra de mis debilidades humanas, lo sé, tengo el
pico muy largo, pero la capacidad interpretativa de Jessica Chastain está
incluso por encima de su incuestionable belleza.
Imaginaos
que una tormenta de arena os separa del resto de vuestro equipo en un planeta
desconocido, estos se van al darte por muerto y cuando cobras la conciencia te
das cuenta de que tienes que sobrevivir como sea durante cuatro años, que es
cuando volverá la siguiente misión al planeta rojo. Sus conocimientos y su
increíble buen humor (pues yo me habría arrancado todas las plumas del cuerpo),
hacen del astronauta Mark Watney un héroe solitario. Muy entretenida y llena de
los elementos necesarios para tener al espectador en tensión con los avatares
de un superviviente espacial.
Fue
grabada en Uadi Rum, Jordania. Cuya arena rojiza le vino como anillo al dedo al
bueno de Scott. El equipo de localización hizo un buen trabajo al respecto.
Siete nominaciones a las estatuillas de oro, entre ellas como dije antes, al
mejor actor y mejor película, pues la crítica la alabó con creces. Una buena
adaptación de la novela de Andy Weir. No os la perdáis.
Ahora
soy yo el que da un salto atrás en el tiempo, pues esta fue una película que me
negué a ver desde hacía mucho tiempo y finalmente, mi buen juicio original no
me falló. Personalmente, Scott debió dejar las cosas como estaban y no meterse
en el famoso mundo de las precuelas. "Prometheus" es de esas películas que no son
necesarias para entender el origen de un clásico del cine. Concebida como la
madre de Alien, se quedó, y perdonad mis palabras, como la mujer que nunca
debió tener hijos. Buen reparto, pero con papeles obsoletos. Noomi Rapace, mi
eterna Lisbeth Salander en la trilogía de Stieg Larsson intenta sacar partido a
una mala copia de Ripley. Otra de mis debilidades femeninas, Charlize Theron
hace lo que puede como comandante de la misión de una nave espacial en busca de
los orígenes de la humanidad explorando a una civilización extraterrestre. Y
para rematar la faena, me ponen a Michael Fassbender, un actor al que admiro
enormemente, en el papel de una especie de androide de apoyo para la
tripulación, que lo que hace más bien es joder la marrana durante toda la
película por sus órdenes programadas y que parece estar hasta arriba de peyote
de principio a fin. Lo siento, no puedo sacar nada bueno de esta cinta y ya me
he excedido en hablar más de lo normal sobre ella. No os molestéis.
Y
bueno, después de intentar desgranar el cine que yo he visto de uno de los
directores más emblemáticos de la historia del cine, solo os puedo comentar que
para mí, Ridley Scott está lleno de luces y sombras, pero prevalece sobre toda
esa malgama de colores su aporte esencial al cine de varias obras maestras y
que a pesar de sus acrónimos y a veces falta de tacto con la historia, nos ha
llenado la vida de buenas películas y a este cuervo lo ha entretenido en
demasía. Un hombre valiente que se ha atrevido con muchos géneros
cinematográficos en los que no siempre ha estado acertado, pero le honra su capacidad
artística. Ahora me voy con Roy Batty a Orión, antes de que me derrita con este
insoportable calor, a ver si allí corre un poquito el aire.
En
la recamara dejo algunas de sus obras que aún no vi, como Los impostores, The
Counselor, Alien: Covenant (miedo me da verla), Todo el dinero del mundo y la
pendiente de estreno El último duelo, que tiene muy muy buena pinta.
Por supuesto, os emplazo a una nueva toma en la que esta vez os hablaré de un “Tiburón” del séptimo arte. Feliz vuelo a todos.
Fotos: culturainquieta.com, bolsamania.com, panoraa-wordpress.com, laprovincia.es, larazon.es y fotogramas.es, rodajedepeliculas.nlogspot.com, canalhollywood.es. filmaffinity.com, espinof.com, elotrodiaviwordpress.com, cubcinefilos.blogspot.com, elpais.com, ñunesdepelicula1.blogspot.com, cinefiliasantmiquel.blogspot.com, sensacine.com
Artículo
escrito por Óscar Lamela Méndez
Ilustración realizada por María Pizarro
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