lunes, 22 de marzo de 2021

Vuelos ilustrados 7: Memoria de la nieve (Julio Llamazares/Adolfo Serra)

Hace relativamente poco, unas abundantes nevadas se desplomaron con intensa fuerza sobre alguna de las ciudades de las personas que estáis leyendo estas líneas. Por suerte, donde yo vivo tan solo hizo un frío del carajo, aún así, las estalactitas que se formaban en mis fosas nasales luchaban por despojarse de la mascarilla que las aprisionaban.

En esos momentos de mantita, confinamiento y tazón de caldito calentito, la genial Nórdica editorial, me envió un fantástico ejemplar al cual le habían otorgado el primer premio Nacional al mejor libro editado 2020. No me extraña en absoluto después de haber leído y disfrutado de cada una de las páginas que lo componen.

Ya sabéis que soy muy asidua a perderme entre diversos géneros ilustrados, y hoy os empujo, sobre todo a los que aún no lo hayáis hecho, a que le deis una oportunidad a la poesía. Os aseguro que no os decepcionará.

Después de hablaros del frío y las nevadas, era lógico que el tema siguiera por esos derroteros. Hoy os traigo:

Memoria de la nieve (Julio Llamazares)

SINOPSIS:

Premio Nacional al Libro Mejor Editado 2020

Publicado en 1982 Memoria de la nieve es el segundo libro que escribió Julio Llamazares. Su escritura está vinculada estrechamente a aquel paisaje perdido y reencontrado en su memoria. Como el propio autor señala: «Son símbolos de mi biografía: la nieve, los bueyes, las montañas, etcétera. Otros tendrían el mar, los cañaverales, el sol, como paisaje de su historia. Pero la mía es ésta, de esta simbología parte lo que digo, y surge lo mismo en prosa que en poesía. Ese título, resume muy bien no solo la poesía sino toda mi obra. Creo, además, que es una redundancia: la memoria es como la nieve, escribes sobre ella, y mientras escribes se va derritiendo. Es como si siempre escribiera sobre la nieve, no sobre el papel».

«Llamazares es sobre todo un poeta; de hecho, el ritmo de su escritura en prosa es deudor de esa ambición de asociar las palabras (y la memoria, que es su fuente) con el ritmo; la música es consustancial con su narrativa, y eso le viene de la poesía». Juan Cruz, El País

«Llamazares es sobre todo un poeta; de hecho, el ritmo de su escritura en prosa es deudor de esa ambición de asociar las palabras (y la memoria, que es su fuente) con el ritmo; la música es consustancial con su narrativa, y eso le viene de la poesía».

FICHA TÉCNICA:

Autor: Julio Llamazares
Ilustrador: Adolfo Serra
Editorial: NORDICA
Número de páginas: 96 páginas
Encuadernación: Cartoné
Tamaño: 15x21
Idioma: Castellano
Año de edición: 2019
Fecha de lanzamiento: 08/04/2019
ISBN: 978-84-17651-24-4

RESEÑA:

Nada más comenzar a leer las primeras páginas, su autor Julio Llamazares, nos cuenta que este libro ya se publicó por primera vez en 1982, y que tres años más tarde fue reeditado en un volumen conjunto con la lentitud de los bueyes. En 2009 añadieron más poemas dándole un carácter de obra completa con el título de “Versos y ortigas” (Poesía 1973-2008). En mi caso me gusta mucho la poesía, y conocía algunos del escritor, pero casualidades de la vida, de él que si soy fielmente seguidora es de los trabajos del ilustrador Adolfo Serra. Ha sido Nórdica Editorial, con esta preciosa edición ilustrada, la que llamó mi atención desde el primer momento.

Después de enterarme de que estos magníficos poemas llevaban tantos años en circulación, y que desconocía por completo su existencia, me he sentido tremendamente pardilla. No obstante, nunca es tarde para zambullirse en terrenos inhóspitos, y dejarse llevar por las emociones que estos despierten en ti. Debe ser bonito para un artista que su obra perdure, y que llegue a distintas generaciones conectando de nuevo con ellas.

Considero que es tremendamente difícil conseguir que una estrofa, llegue a crear una imagen tan nítida en tu cerebro de un paisaje. Está claro que ayuda muchísimo las estupendas ilustraciones que las acompaña, pero en este caso, este poemario está cargado de sensaciones que te transportan a lugares donde casi sientes el frio en tus mejillas, o el chasquido de la nieve bajo tus pies mientras caminas y te dejas abrazar por el sonido del gélido aire entre las ramas de los árboles secos.

Llamazares nos lleva a los recuerdos olvidados de una España rural, donde el calor de los braseros o la memoria constante de los ancianos que poblaban estas tierras, son los encargados de transmitirnos esa calidez en contraste con las frías noches estrelladas.

Os dejo uno de mis poemas preferidos, y así vosotros mismos podéis sacar vuestras propias conclusiones:

    Aquí, la muerte es amarilla como el sabor del pan.

    Yo la he visto rondar los braseros donde hierbas antiguas ahuyentan

     el miedo.

    Y he escuchado su grito de nieve entre los tallos tiernos de las

     enredaderas.

    Nunca bastaron las lenguas de aceite para alejar el frío de las 

     habitaciones.

    Jamás fue suficiente la vigilia del fuego, ni la zozobra de las bestias en

     las cuadras hinchadas por el heno.

    La muerte llegó con helada añoranza y, al amanecer, en el

     asombro de los perros podía recordársela.

Como ya comentaba en un principio, soy fiel seguidora de las ilustraciones de Adolfo Sera. Hasta ahora conocía muchos de sus cuentos infantiles ilustrados, y siempre me llamó mucho la atención de su estilo fluido y desdibujado que dotaban a los personajes de un movimiento muy característico, como si estuviéramos visionando una película de Stop motion, o para que nos entendamos mejor como si la imagen adquiriera movimiento fotograma a fotograma.

En esta ocasión encontraremos unas acuarelas, aparentemente simples, y digo aparentemente, porque para nada es fácil con tan poco color valerse solo de la pincelada para recrear un paisaje nevado. Las aguas diluidas con los azules y negros, crean una sutil niebla que encajan como un guante con los versos del poeta.


Esta combinación de los dos artistas, junto con la cuidada edición de Nórdica, nos hace creer que estamos ante el auténtico cuaderno de esbozos de un dibujante, que a su vez es poeta. Por lo que la unión de ambos, es tan perfecta que casi parece que la nieve derretida de los versos del autor, se valía para el ilustrador para pintar las ilustraciones.

Una autentica delicia, que recomiendo encarecidamente, sobre todo a los amantes de estas dos artes fusionadas.

SOBRE EL AUTOR:

Julio Alonso Llamazares (Vegamián, León, 28 de marzo de 1955) es un guionista de cine, narrador y poeta español.

Licenciado en Derecho, abandonó el ejercicio de la profesión para dedicarse al periodismo escrito, radiofónico y televisivo en Madrid, donde reside actualmente. 

En 1983 comenzó a escribir  Luna de lobos, su primera novela (1985), y en 1988 publicó La lluvia amarilla. Ambas fueron finalistas al  Premio Nacional de Literatura en la modalidad de Narrativa. Tras estas obras, en Escenas de cine mudo (1994) dio forma literaria a algunas de sus experiencias de niñez. 

En 2016 quedó finalista del Premio de la Crítica de Castilla y León con su novela Distintas formas de mirar el agua. Antes del fallo del premio, emitió un comunicado anunciando que no aspiraba a él y que lo rechazaría en caso de que le fuera concedido. En una convocatoria anterior (2014) ya había sido candidato a dicho galardón, con Las lágrimas de San Lorenzo, sin obtenerlo.


SOBRE EL ILUSTRADOR:

Adolfo Serra, Teruel (1980), ilustrador, creador de libros, profesor.

Técnico Superior de Artes Plásticas y Diseño en Ilustración. Escuela de Artes y Oficios Arte Diez. Madrid (España). Licenciatura en Publicidad y Relaciones Públicas. UCM Universidad Complutense de Madrid (España). Explorador de hojas en blanco. Estudió Publicidad y Relaciones Públicas, pero pronto volvió a su pasión de la infancia: dibujar, retomando los lápices y las acuarelas en la Escuela de Arte 10 de Madrid. Desde entonces su mesa se ha llenado de colores, papeles y texturas. Para él ilustrar es decidir, ilustrar es contar, ilustrar es observar, ilustrar es… sentir.

Trabaja principalmente en el campo de la ilustración infantil y juvenil.

Sus ilustraciones han sido seleccionadas en Bologna Children´s Book Fair (Italia), Bienal de Ilustración de Bratislava (Eslovaquia), Sharjah Childrens Book Fair (Emiratos Árabes), Catálogo Iberoamericano de Ilustración (México), CJ Picture Book Awards (Corea), Mostra Internazionale d’Illustrazione per l’Infanzia Sàrmede (Italia) o China Shanghai International Children’s Book Fair (China).

Parte de su actividad profesional se dedica al desarrollo de talleres y laboratorios de creatividad vinculados con la ilustración y el dibujo.

Fotos: Nordicalibros.com

Reseña escrita por María Pizarro

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