Muy buenas a todos y todas. De nuevo nos vemos en estos lares. Me encanta poder escribir sabiendo que voy a estar rodeado de cuervos y cuervas que quieren escribir, que su pasión es la literatura y que muchas veces no saben por dónde o cómo comenzar.
Déjame decirte una cosa, para romper el hielo, para que nos sintamos un poquito más cerca y con más confianza entre nosotros y sobre todo contigo mismo o misma: si lo que te gusta es escribir y contar historias, ya has empezado a dar el primer y más importante paso.
Dejando a un lado lo cursi que me he puesto, quiero seguir mi andadura en Vuelo de Cuervos, tal y como os dije, empezando la casa por los cimientos, o el nido por la rama.
Como siempre os voy a decir, estos son consejos míos, podéis quedaros los que más os resuenen y los que no pues los mandáis a la porra porque lo que vale para unos no vale para otros y viceversa.
Veréis, cuando yo comencé a escribir, bueno, más bien antes de comenzar, lo que empecé a hacer es leer mucho, todos los días sin excepción. Empecé a meter la cabecita en círculos literarios (más adelante, en otra ocasión, hablaremos de esto) y ahí fui cogiendo ideas que poco a poco convertí en mi forma de trabajo y, tal y como os he dicho, los fui moldeando a mi manera. Lo que no me servía, porque no me sentía a gusto, lo pasaba por alto, el resto fue una forma muy sencilla y real de aprender a escribir relatos como churros.
Un relato corto tiene entre 1000 palabras y hasta 8000, de hecho, los grandes escritores escribían relatos y cuentos cortos. Es con lo que más oportunidad vas a darte a conocer puesto que hay tantos concursos como escritores y escritoras existen, vamos cantidad que flipas.
En mi caso, peco mucho de tener demasiada imaginación y hacer llegar mis historias en relatos cortos me era bastante complicado, pero al final aprendí.
Esta forma de escribir es muy buena para ir practicando y después acercarte a las novelas cortas o largas, sin presión, porque en este mundo literario no se miden las ******, se cuentan las palabras (también hablaremos de esto en otra ocasión y todo el caos que conlleva y como superarlo).
Voy a contaros lo que a mi me sirvió y una cosa buena y otra mala que tiene escribir relatos cortos.
Bueno, empecemos, los inicios no son fáciles, así que lo haré de la mejor forma que sé:
- Piensa en algo que te guste, deja que esa imaginación aflore, sin ello poco puedes hacer, pero si estás aquí es porque tienes esas ideas y viajes mentales como yo les llamo. También hay gente, como he hecho yo en alguna ocasión, que coge ideas de su día a día: la doctora sexy que te atiende, el mecánico que no encuentra la avería, el supermercado y los jubilados que se cuelan… ¿Alguna vez habéis prestado atención a las conversaciones en las colas de los súpers? Hacedlo.
- Ten claro el tema que vas a tratar. Es decir, ¿va a ser terror, ciencia ficción, fantasía…? Es importante para que cuando esa imaginación aflore tengas claro por donde ir. Sí es verdad que a veces ocurre que empiezas por una temática y acabas con otra, o se mezclan; oye pues si te sale bien, adelante, puede ser fascinante. Tampoco es que debas ceñirte solo a eso, tan solo ocurre cuando en un concurso te piden que sea temática cerrada sin hacer nada más. Ataditos y ataditas, no me seáis…
- No me voy a meter en asuntos técnicos de trama, nudo y desenlace. Te voy a explicar lo que hago yo, pienso en una película, así no me presiono por cuándo y cómo debo llegar a cada parte importante del relato, cada punto que le da una estructura lógica; imagino cómo sería mi relato si fuese una peli o un capítulo de una serie, aunque el final sea abierto, quizás eso te de pie a escribir más sobre ello y así, a veces, nacen las novelas. Siempre lo he hecho así y he conseguido crear relatos cortos con un contenido más que suficiente, es más, la práctica en esto hace que consigas pasar del relato a la novela.
- No te líes demasiado, es decir, no expliques en una página que el cielo es azul y todos los matices y sentimientos que produce para hacer que el lector se sumerja, no es necesario tanto en un relato, créeme, es mejor que pienses en un final muy inesperado que en todo lo que puede transmitir el azul del cielo, las estelas de los aviones que nos intoxican y el rojo del sol mientras amanece. Sé directo y directa. Un relato tiene que enganchar en cada frase que se lee y en cada párrafo que muestra lo que quieres contar. Pim, pam, pum, así lo resumo.
- El resposito. Esto quiere decir, que primeramente lo escribas con el tiempo que se necesite, sin presión. Si tardas una semana pues una semana, dos pues dos. Un mes ya no, no te pases porque si eso te sucede es mejor que pases a otra historia y ya recuperarás la anterior. A lo que iba, déjalo reposar, estate unos días sin tocarlo. Con dos o tres es suficiente. Y ahora viene la peor parte.
- Corregir nuestra
criatura. Dale tu primero un lavado de cara. No abuses de los gerundios ni los
adverbios. No son malos, pero tampoco buenos si en un párrafo de 5 líneas pones
8 o 10. No repitas palabras muy seguidas, coge un diccionario de sinónimos y
varíalos, tampoco me hagas un Joey como cuando escribió la carta de
recomendación cuando Mónica y Chaendler iban a adoptar…
No importa que el relato te haya quedado más largo de lo que te piden, siempre hay recortes, como en este país llamado España, hasta en los relatos llegan. La tijera hay que cogerla sí o sí para perfeccionar lo que hemos escrito. Pero tranquilo y tranquila, no te agobies, te vas a pasar la primera vez, seguro, y lo contrario será que no llegarás, no pasa nada. Date tiempo, relee el relato, no hay prisa para hacerlo bien y que tú sientas que lo conseguiste. Como todo en la vida. - Ten un amigo o amiga que sea muy lector y que le eche un ojo a tu relato, que sea sincero, sin florituras, si es una mierda que te lo diga, si es maravilloso también; que no sea un pelota ni un envidioso y que (al principio) sea alguien que no se dedique a escribir. Sé que suena fuerte y duro lo de mierda, porque para lo segundo muchos y muchas como que no nos lo creemos a veces, es la mejor forma de pulirte e ir mejorando como escritor: tener sinceridad al otro lado de tu relato, de tu imaginación, de lo que quieres dar a tus futuros lectores. Por eso no envíes como un loco a loca relatos a concursos porque pueden frustrarte mucho cuando te rechazan, no lo hagas por hacer y por probar, date tiempo hasta que estés seguro y segura de que puedes enviarlo. Te puedo asegurar que eso se siente, cuando escribes algo bueno lo sabes sin necesidad de que te lo digan. No es soberbia, es profesionalidad.Después, si quieres y lo consideras, contrata a un corrector, aunque yo en este caso te lo recomiendo para las novelas o cortas o largas.En mi caso pude confiar en personas que ya eran escritores que me ayudaron a corregir, algunos fueron sinceros, otros solo fueron… (esto también lo contaré en otro momento).
- Registra tu relato en safecreative de forma gratuita (esto lo explicaré muy pronto, pero si necesitas ayuda puedes escribirnos y te lo explicamos). También lo puedes registrar en el registro de la propiedad, pero mi consejo es que no lo hagas de uno en uno, si no cuando ya tengas varios. De ahí safecreative que es una plataforma on line y gratuita (tiene la versión pagando, pero no es necesario, la verdad).
- Y ante todo y por último, lee, lee mucho, lee a los grandes y a los no tan grandes, lee hasta los componentes de la pasta de dientes, o el funcionamiento de un tampón, da igual, LEE.
Bueno, hasta aquí los consejos que me sirvieron a mí. Hay muchos más, cada persona es un mundo, pero como ya he dicho escribo desde mi experiencia que no es poca ni es mucha, pero la pongo a vuestra disposición.
Tengan un buen día cuervitos y cuervitas, me vuelvo a mi lugar de anonimato a pensar cómo puedo seguir ayudándoos.
Artículo escrito por Gorski
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