viernes, 31 de mayo de 2024

EL RINCÓN DE VICTORIA. EL MUNDO NATURAL QUE NOS RODEA

PRESENTACIÓN de Victoria Sastre Sastre

Un nuevo rincón

Queridos lectores, siempre me ha interesado el mundo natural que nos rodea, como dicta esta nueva sección que, con el beneplácito de Jesús Mesado Sánchez, tengo el placer de inaugurar. Últimamente estoy trabajando en nuevos proyectos relacionados en esta área, y por tal motivo he decidido establecer una homogeneidad en mis ocupaciones cotidianas. Desde que me levanto hasta que me voy a dormir estoy en contacto, de un modo u otro, con la naturaleza. Me dedico al cuidado de mi jardín, al de mis animales, a estudiar un curso de zoología que he empezado hace poco, y a mantener mis colecciones ordenadas (plumas de aves, rocas y minerales, conchas marinas, entomología…) Es un listado largo y que ha ido aumentando poco a poco de tamaño. En realidad, todo es un aprendizaje constante. Esta es la causa por la que he tomado la decisión de compartir mi gran pasión con «Vuelo de Cuervos», ya que deseo colaborar con mis humildes conocimientos sobre las materias que tanto me agradan y al mismo tiempo, hacerme yo partícipe de las mismas.

Es un mundo muy amplio y con grandes expertos y conocedores. Admito que nunca dejo de aprender de los demás; por este motivo, me gustaría dejaros mi correo electrónico por si deseáis escribirme para dialogar sobre algún tema determinado, mandar alguna pregunta o sugerencia: vicmarsassas@outlook.com. También podréis ver mis redes sociales en el apartado de «¿Quienes somos?» de «Vuelo de Cuervos».

Mis primeros años

Guardo un grato recuerdo de la casa de campo de mis abuelos que, visitábamos los fines de semana durante mi niñez; una gran extensión de tierra rebosante de limoneros, naranjos, almendros, higueras y chumberas. Los árboles, las plantas y los fardos de paja eran elementos muy entretenidos, ya que nos servían de observatorios o de refugios para jugar. También había gallineros, aviarios y corrales donde vivían tantos animales que no los reconocíamos a todos. Recuerdo a las gallinas ponedoras y mi ilusión por ir a recoger los huevos, ¡Nunca escaseaban! Así como los conejos que se multiplicaban a menudo, aunque también desaparecían misteriosamente de vez en cuando, supongo que para realizar un buen guiso. Lo mismo ocurría con las palomas, pues mi abuela las dislocaba y las pelaba con naturalidad, habría que comer caldo o estofado esos días. La gente del campo vive con sencillez este tipo de cosas, y antiguamente tampoco había tantas sanciones como ahora.

Me gustaba pasear por un camino que transcurría cercano a la casa, solía hacer ramilletes con flores que luego regalaba a mi abuela o a mi madre. Los días de lluvia eran los mejores, porque eso significaba ir a buscar caracoles. Los había de varios tipos, pero me fijaba, sobre todo, con los «caragols bover» (Cornu aspersum), porque eran los más grandes, aunque tampoco les hacía ascos a los demás. Los guardaba con satisfacción en una bolsa de plástico y al regresar a casa, les enseñaba a todos con orgullo mi recolecta. En ocasiones, los alojaba en recipientes de cristal con sustrato de tierra y un poco de hinojo, y allí hacían sus puestas. Pasé divertidas jornadas jugando a «carrera de caracoles» con mi prima mayor; a veces marcábamos las conchas con un rotulador para saber cuáles nos pertenecían a cada una. En fechas navideñas íbamos todos juntos a la montaña a buscar musgo, plantas, setas, ramas, troncos, rocas y todo lo que nos pareciera apropiado para hacer el mejor Belén del mundo. Los belenes de esa época tenían vida de verdad, en cambio, hoy en día casi todo es artificial.

Estos son sólo algunos ejemplos de mi niñez, pero guardo muchos otros que marcaron mi vida y mi amor por la naturaleza, porque esos momentos que os he descrito fueron instantes que me llenaron de felicidad. Hacíamos cosas que hoy en día son impensables, porque son ilegales. Por ejemplo, teníamos varias tortugas de tierra mediterráneas (Testudo hermanni); casi todos poseían alguna en su propiedad, no era nada extraño de ver, y dada su longevidad, supongo que todavía habrá personas que tengan. Pero vivíamos en otros años, y sería anacrónico valorar hechos pasados con la mirada actual.

Un hecho que marcó mí pubertad fue el primer perro que tuvimos, un Bóxer, con el que entablé una relación más cercana que con los animales de granja; era muy noble y leal, y guardo grandes recuerdos. A continuación, tuvimos un «Ca de Bestiar» o un Perro de Pastor Mallorquín. También me gustaba mucho, pero lo interesante es que pude compararlo con el primero y darme cuenta de sus diferencias. Cada raza es un mundo, el Bóxer es un perro de trabajo y compañía de tipo moloso, que en su momento fue un perro de guerra importante. Y el segundo, es de pastoreo y también se utiliza para defender las posesiones. Se podrían escribir muchas líneas sobre cada uno, pero no es mi intención en este preciso momento. El can que nos acompaña a fecha de hoy, es un « Dachund», un gran cazador y un poco impulsivo.

También aprendí que los gatos son diferentes, pues adquirí uno común europeo que todavía tengo. Éstos buscan la tranquilidad y los mimos espontáneos cuando les conviene. En definitiva, comprendí que cada animal es distinto y que todos tienen sus particularidades. 

La pasión por los artrópodos

Hace más de diez años me compré una tarántula, ese animal me llamó poderosamente la atención, era una «Grammostola proteri», una especie muy tranquila y buena para empezar en la afición. Así es; hay un gran interés en torno al mundo de las tarántulas y de los artrópodos en general, yo lo fui descubriendo despacio, navegando por la red, indagando y descubriendo grupos sorprendentes con gran información al respecto; así fui aprendiendo y adquiriendo cada vez más especies. Llegué a mantener un largo listado de animales que sumaron aproximadamente una treintena de ejemplares: a las tarántulas se les sumaron arañas, escorpiones, ciempiés, mantis, caracoles gigantes…

Invertía tiempo en cada uno de ellos, porque todos tenían sus necesidades específicas, los había de más sencillos que otros: temperatura, humedad, tipo de sustrato, alimentación, etcétera. Lo que más me gustaba –y me sigue gustando- es recrear ambientes. A cada uno lo instauro en un sitio decorado según sus características. Por ejemplo, a un escorpión Hadogenes paudicens, lo coloqué en un «tupper» con piedras y algunas de ellas planas, dado que se trata de un artrópodo con una forma chata que no duda en refugiarse debajo de cualquier lugar, porque así se lo permite su complexión.

Hadogenes Paudicens

Otros artrópodos:

Archispirostreptus gigas

Damon diadema

Extatosoma tiaratum

Gongylus gongyloides

Grammostola porteri

Los primeros ejemplares que tuve fueron los siguientes, la lista no se queda corta:

-Acanthoscurria geniculata

-Achatina achatina

-Anthia sexmaculata

-Aphonopelma seemani

-Archispirostreptus gigas

-Avicularia purpurea

-Blaberus black wings

-Brachypelma albopilosum

-Brachypelma smithi

-Damon diadema

-Eucratoscelus pachypus

-Eurycantha calcarata

-Extatosoma tiaratum

-Gonlyus gonglyoides

-Grammostola porteri

-Grammostola rosea

-Hadógenes paucidens

-Heterometus spinifer

-Hysterocrates hercules

-Lasyodora parahybana

-Linothele fallax

-Megaphobema robustum

-Nandhu coloravillosum

-Pandinus cavimanus

-Phidippus regius

-Phormictopus cancerides

-Phyllium sp.

-Poecilhoteria regalis

-Princsia vanwaerebecki

-Pterinochilus murinus <<Usambara>>

-Sparassidae Indonesia

-Stromatopelma calceatum

-Therea bernharditi

-Tonkinbolus Dollfusi

-Viridasius Sylvestrisform

Algunas de estas especies murieron, aunque la mayoría perduraron. Nunca tiré los ejemplares sin vida, porque son seres únicos que no se ven a diario por estos lares, ¡Son exóticos!; de modo que miré tutoriales por Internet para aprender a disecarlos. Los resultados al principio fueron discutibles, pero poco a poco fui mejorando. Llegué a realizar un curso, a distancia sobre taxidermia del cual me titulé. Éste es un oficio muy complejo que no se puede aprender sin un maestro ni las correctas instalaciones, pero al tratarse sólo de artrópodos, el cometido es mucho más sencillo. Así que, con la ayuda de ese curso y mis propias habilidades, logré buenos resultados. Finalmente, ya no sólo disequé «bichos», sino también réptiles e incluso pequeños mamíferos. No obstante, ningún animal fue sacrificado para ese fin. Los conseguía a raíz de una veterinaria con la que entablé contacto.

Algunos de mis trabajos de taxidermia (ningún animal fue sacrificado para este fin):

   

Años posteriores: Afición por toda clase de animales

Los años que sobrevinieron fueron parecidos, mi fiebre por los animales no había mermado, pero un mundo de posibilidades se había abierto ante mí. ¡No sólo existían esos maravillosos animales denominados artrópodos! Empecé a interesarme por la herpetología y por los pequeños mamíferos. Fueron años donde tuve diferentes periodos. En algunos de ellos, me centré más en tortugas, camaleones, iguanas, geckos, sapos, serpientes… En otros, me especialicé en roedores y lagomorfos, tales como: conejos, cobayas, jerbos, degús, ratas, ratones, hámsters… En esta ocasión, no tengo a mano un listado, pero os aseguro que mi vida gira en torno a esta vocación desde hace mucho tiempo. He ido aprendiendo mucho con el devenir de los días, pero la experiencia es un grado, no me cabe la menor duda.

Eublepharis macularius

Bufotes boulengeri

Pogona vitticeps

Si bien lo que más he tenido han sido animales denominados exóticos, también he vivido mis propias experiencias con pájaros, por ejemplo, diamantes o gorriones de java; e incluso llegué a tener un cerdo vietnamita, una experiencia bonita, pero poco recomendable, ya que estos animales son de campo y necesitan mucho terreno. Aunque nos informemos, todos podemos cometer errores –de eso hablaré luego- y el jardín no le fue suficiente. En estos momentos, se encuentra en una casa de campo pastando libremente y fortaleciendo sus pezuñas.

Lo último en lo que me he inmiscuido es en el mundo de los peces y acuarios o acuariofilia. Está siendo una experiencia positiva, pero es algo nuevo para mí y me está costando un poco adaptarme. Suelo informarme en grupos de Internet como muchas veces he hecho, aunque las redes sociales tienen un doble rasero: hay personas que brindan sus conocimientos con amabilidad y empatía, y las hay que lo critican todo. El saber nunca ocupa lugar, pero un consejo es que no hay que dejarse llevar por todo lo que se diga, sino nunca estaríamos satisfechos.

La acuariofilia también me ha dado pie a poner de manifiesto mi pasión por el paisajismo que ya os comenté antes, dado que, eligiendo buenos materiales, se pueden hacer mil cosas interesantes: colocar piedras, troncos, musgo y plantas acuáticas, e incluso plantas de exterior que puedan subsistir con agua como los potos que la purifican, etcétera. Siempre teniendo en cuenta las necesidades de cada espécimen.

Pez Betta cola de rosa

Otras pasiones

Queridos lectores, tengo muchas más aficiones relacionadas con el mundo natural, son tan variadas que tendría que realizar múltiples apartados, así que sólo voy a mencionarlas: amante de la jardinería, de la criptozoología (pseudociencia y subcultura que intenta probar la existencia de animales extintos, mitológicos o folclóricos), coleccionista de plumas de aves, de rocas y minerales, de conchas marinas, de fósiles, de cajas entomológicas… Gusto de hacer mis propios cuadernos de campo naturalistas, pues me encanta ilustrar e indagar por el campo y la montaña.

Hace poco he empezado un curso de cuidador de zoológicos, mi objeción principal es el aprendizaje, pero si pudiera trabajar de algo que me satisface sería una batalla ganada. Los zoos desde siempre me han fascinado, reconozco su importancia como lugares de conservación de fauna y de estudio. Yo comprendo que actualmente vivimos en unos tiempos ambiguos, hay mucha polémica en torno a nuestro planeta, y en este rincón que estreno con ilusión voy a intentar evitar a toda costa tocar temas conflictivos. Quizás algunas cosas no gusten a todos los lectores y otras sí, pero mi intención no es faltar a nadie.

¡Espero que os sintáis a gusto y regresar pronto!

Aliotis tuberculata


Fotos: Todas las imágenes utilizadas para este documento son propias.

Artículo escrito por Victoria Sastre Sastre

viernes, 24 de mayo de 2024

Hemeroteca del miedo 9: Aquí huele a muerto

 

La humanidad nunca deja de sorprenderme, y casi siempre para mal. Aunque la culpa de esto es solo mía, ¿quién me mandará a mí fisgonear las redes en busca de noticias escabrosas para escribir sobre ellas? Y esto viene a cuento de que hace unos días me topé con semejante titular en el diario El Confidencial: “Una mujer va al banco con el cadáver de su tío para cobrar un préstamo”. El macabro suceso sucedió en Río de Janeiro, donde la susodicha se personó en una sucursal bancaria para solicitar la retirada en efectivo de 3.000 euros correspondientes a un crédito a nombre de su tío. Como la sobrina necesitaba la firma de su familiar, y aparentemente éste se encontraba con movilidad reducida, acudió con él en silla de ruedas. El problema es que la movilidad del hombre era bastante reducida; todo lo reducida que la puede tener un cadáver. Ante tal situación una empleada del banco se decidió a grabar la escena y las imágenes dieron la vuelta al mundo. Quería mostraros el video, pero temo que Youtube lo ha eliminado.

¿No os parece escalofriante como la supuesta sobrina, que luego se demostró que era prima, coge la mano del fallecido para que firme los documentos con absoluta frialdad?

Este suceso, cuanto menos curioso, y mi debilidad por el cine de terror me hicieron recordar otras tantas situaciones en las que los vivos se han valido de los muertos según las circunstancias. ¿Os acordáis de la película Poltergeist? Sí, esa en el que la niña Carol Anne acaba metida dentro de la tele. Pues en esta joya ochentera se usaron cadáveres reales en una secuencia; aquella donde, casi al final del metraje, la madre de la malograda familia acaba precipitándose hacia una piscina llena de barro y de esqueletos. Pues bien, estos eran tan reales como tú y como yo, amigo lector. Y no, no se trata de un fake, pues el dato fue contrastado por Snopes.com, una reputada web de fact checking.

La propia JoBeth Williams (la actriz que interpretaba a la madre de Carol Anne), quien lo sufrió en primera persona, lo contó en algunas entrevistas: “Y con todos esos esqueletos a mi alrededor, gritando. En mi inocencia e ingenuidad di por hecho que no eran reales, que eran de atrezo. Me enteré, como todo el equipo, de que estaban usando esqueletos reales, porque es muy caro hacer esqueletos falsos de goma. Y creo que a todo el mundo le dio escalofríos la idea”. Declaraciones que posteriormente fueron ratificadas por el artista de maquillaje y efectos especiales Craig Reardon, que en un juicio a finales de 1982 lo declaró bajo juramento: “Obtuve varios esqueletos biológicos. Los venden para las escuelas, son esqueletos reales de personas. Creo que los huesos provienen de la India. Recibimos 13 de estos, y los adornamos para que parecieran cadáveres desintegrándose”. Pero no contentos con esto, el equipo de producción de la secuela Poltergeist II, el otro lado volvió a repetir la misma fórmula para otra secuencia. Aunque esta vez el reparto pidió que se realizara un exorcismo en el set para calmar las crecientes tensiones; un ritual que corrió a cargo de Will Sampson (el chamán indio en la película, que resultó ser un chamán indio en la vida real).

Muchos morbosos se preguntaron entonces si la maldición sufrida por parte del elenco de la película y el equipo de producción no tuvo algo que ver con semejante profanación, pues es sabido que Poltergeist forma parte de esa extraña colección de películas malditas de Hollywood. Y esto no es para menos si tenemos en cuenta los sucesos que acontecieron durante el rodaje de la trilogía original (sí, también hay un remake que no aportada nada). La actriz Dominique Dunne, que interpretó a la hermana de Carol Anne, murió estrangulada por su ex novio celoso; el actor que hacía de reverendo Kane, Julian Beck, falleció a causa de cáncer de estómago tras rodar la segunda parte; en medio del rodaje de Poltergeist III, Heather O´Rourke contrajo giardasis, enfermedad que contrajo al ser expuesta al agua de un lago, y acabaría falleciendo antes del estreno de la película el 1 de febrero de 1988; Will Sampson, el chamán, murió por complicaciones de un trasplante de corazón y pulmón; Lou Perryman (Pugsley, el obrero que roba la taza de café y prueba la salsa de Diane al principio de la primera parte) fue asesinado con un hacha en Austin, Texas, unos años después del rodaje.

Pero si el caso de Poltergeist os pone los pelillos como escarpias, lo de Disney os va a dejar ojipláticos. Y es que dentro de todos los mitos y leyendas que pululan sobre la productora, algo de lo que casi no se habla es de lo que ocurrió en su mítico parque de atracciones Disney World; donde supuestamente, dentro de una de las principales atracciones, la famosa Piratas del Caribe que diera lugar a la saga de películas, había cuerpos de personas reales pasando como atrezo. En definitiva, cadáveres humanos caracterizados como piratas como parte del entretenimiento de los visitantes. 

Se especula que dicha atracción fue la última supervisada por el propio Walt Disney antes de que perdiera la vida, pero había determinados detalles que no terminaba de convencer a los involucrados en el proyecto, como el asunto de los esqueletos que se mostraban. Por lo visto los muñecos animatrónicos usados en un principio no terminaron de dar el pego lo suficiente y se decidió hacer algo que más bien parece sacado de una peli de terror: usar esqueletos humanos reales para adornar el decorado. Supuestamente, todo se hizo cumpliendo con los trámites legales oportunos. Esto, que puede parecer más leyenda que ficción, se publicó de manera oficial en un libro escrito por el productor Jason Surrel: Pirates of the Caribbean: from the Magic Kindom to the Movies. Ahí se nos narra como Disney contactó con el UCLA Medical Center para que les ayudaran a conseguir esqueletos reales. Se dice que tiempo después se llevaría a cabo una remodelación completa de la atracción gracias a nuevos artistas que lograron crear esqueletos artificiales muy convincentes, y en consecuencia los cadáveres reales fueron llevados a sus respectivos países donde se les ofreció un entierro digno. Sin embargo, entre algunos operarios de Disney, corre el rumor de que no todos los muertos fueron sustituidos, incluso se cree que los cuerpos de algunos de los trabajadores originales fueron puestos en exhibición dentro de la propia atracción. Aunque esto ya es más propio de las leyendas urbanas que de la propia realidad, o quizá no.

Pero si habéis llegado a pensar que Poltergeist o la atracción de Piratas del Caribe eran casos aislados, estáis muy equivocados. En 2006 se estrenó Los que no descansan (Unrest), anunciada como la primera película que usaba cadáveres auténticos; deben ser que los técnicos de marketing no sabían nada de Poltergeist. Cabe resaltar que esta producción de After Dark Films, que versa sobre un grupo de estudiantes de medicina que trabaja en un laboratorio rodeado de cadáveres, fue ganadora de varios premios en festivales de terror: Austin Fantastic Festival, Chicago Horror Film Festival. El Apocalisis Now de Coppola tampoco se queda fuera de la polémica, pues en el set del rodaje en filipinas se usaron cuerpos que se sacaron de un cementerio cercano. Por lo visto, el hedor de los cuerpos en descomposición debido a las altas temperaturas hizo temer lo peor al equipo de rodaje y se destapó el pastel; el supuesto proveedor de utilería de origen local les había proporcionado cuerpos reales para una escena. Esto supuso la detención del mismo, junto con algunos miembros del equipo de rodaje, por la policía filipina. Sergio Leone y uno de sus spaghetti westerns más icónicos como fue El bueno, el feo y el malo tampoco escapan de la polémica. Esta película del año 1966 está llena de curiosidades como que Clint Eastwood aborrecía los cigarrillos que fumaba, que Lee Van Cleef casi acaba con las existencias de alcohol del catering. De hecho, se sabe que muchos divos del cine imponen determinadas exigencias durante el rodaje, la de Lee Van Cleef fue contar durante cada día de rodaje con seis cajas de cerveza que se bebía pestañeando aún menos que el propio pistolero al que interpretaba. Pues bien, entre todas estas anécdotas existe una algo más escabrosa, en la que Sergio Leone tenía que rodar una escena en la que se apreciaba un esqueleto falso que no lograba que se viera real. Entonces fue llevado ante una mujer de Madrid que alquilaba el esqueleto de su difunta madre, la cual había sido actriz en vida y antes de morir había expresado su deseo de que su cadáver se usara en películas. Increíble la dedicación de esta mujer, no entiendo como no le dieron el Premio a la Mujer Trabajadora.

Sorprendente, ¿no? Pues bien, si hay un caso de explotación postmortem realmente rocambolesco en Hollywood es el del ladrón de trenes y atracador de bancos Elmer McCurdy, que murió en un tiroteo con la policía tras asaltar un tren en Oklahoma durante 1911. Su cuerpo fue momificado y exhibido en la funeraria de Oklahoma, para convertirse en un accesorio de utilería del mundo del espectáculo desde los años veinte hasta los años setenta del pasado siglo XX. De hecho, se puede afirmar que McCurdy tuvo una prolífica carrera después de muerto apareciendo en numerosas producciones: She Freak de David Friedman (1967), Carnival of Spies (episodio de El Hombre de los seis millones de dólares, 1976), etc. Finalmente, alguien decidió que tras más de medio siglo de duro trabajo era hora de jubilar al cadáver y en 1977 se llevó a cabo una procesión fúnebre para transportar el cuerpo de McCurdy al cementerio de Summit View en Guthrie, Oklahoma.

En fin, llegado el momento de criar malvas, y después de leer todo esto, conviene plantearse la incineración antes que el sepelio. Jubilarse a los 67 años (suma y sigue) para que tu cadáver siga explotado otro medio siglo sin reconocimiento ni fama no tiene demasiado sentido. Y es que los vivos son muy desagradecidos.

Fuentes: Fotogramas, La Vanguardia, Expedientecine.blogspot.com, canal youtube: HeyEstee, Filmaffinity, El Confidencial.
Fotos: Univisión.com, Pinterest, cinefantástico.com 

Artículo escrito por Pablo C. Millán

viernes, 17 de mayo de 2024

Entrevista a Luis Manuel Nieto + Reseña de «Escalofríos en la noche»

Hoy os traemos la entrevista a Luis Manuel Nieto y la reseña de su antología de relatos «Escalofríos en la noche». Autor de la trilogía formada por: La cicatriz del mal, La venganza de Némesis y La venganza de Hibrys.

Pregunta: ¿Quién es Luis Manuel Nieto?

Respuesta: Luis Manuel Nieto es un escritor madrileño, apasionado de la literatura, y amante del género de terror y de novela negra. Un hombre que desde niño fue creciendo de la mano de los grandes de la literatura, y que alguna vez soñó con poder publicar un libro, habiendo cumplido al fin ese sueño. Le encanta pasar tiempo con su pareja y sus amigos, y también amante de los animales, de la cultura y un forofo empedernido de su Atlético de Madrid.

 

P: ¿Qué es la literatura para ti?

R: Es ese lugar o rincón donde poder evadirme de la realidad que nos rodea, una realidad que cada día está más podrida. El poder coger un libro y adentrarte en él, es esa magia que tan solo crean los libros. Y dar las gracias a todos esos autores y autoras que hacen eso posible. Y como escritor, la literatura significa ese rincón donde el escribir me lleva a una paz absoluta, y donde disfruto creando personajes e historias para aquellos lectores que decidan apostar por mis libros.

P: ¿Cómo y cuándo te iniciaste en la escritura?

R: Fue algo que me vino solo, a eso de los trece o catorce años, cuando comencé a escribir poesía, ya que un grande como Gustavo Adolfo Bécquer hizo que me llamase la atención el escribir algunas rimas. Desde bien pequeño, a eso de los siete u ocho años, ya comenzó a llamarme el mundo de los libros, y todo gracias a mi padre, quien fue el que me hizo descubrir este gran mundo. Y ya digo, después pasé a escribir mis primeros relatos, hasta que al fin con el tiempo me atreví a escribir mi primera obra; y ahora mírame, cinco libros ya publicados.

P: ¿Has tenido algún autor o alguna persona de tu día a día que te haya impulsado a escribir?

R: Por supuesto. Como he mencionado anteriormente, Bécquer fue quien hizo que me animase a escribir mis primeras palabras en forma de poesía; después, autores de la talla como Edgar Allan Poe, HP Lovecraft e incluso Arthur Conan Doyle y Agatha Christie fueron quienes de algún modo introdujeron en mi mente el hábito de escribir.

P: ¿Cuáles son tus gustos literarios?

R: El género de terror, por supuesto, y después la novela negra, thriller y misterio.

P: Si tuvieras que elegir un libro que leerías una y otra vez, ¿cuál sería?

R: Buff, difícil elección, ya que tengo varios, pero apostaría por “Dracula” de Bram Stoker, o “Cabal” de Clive Barker.

P: ¿Qué se siente al tener en la mano tu libro?

R: Un orgullo y una satisfacción tremenda al ver cumplido uno de mis sueños, ya que escribir un libro es como ofrecer una pequeña parte de ti en dichas páginas, para que el lector pueda de algún modo conocerte mejor. 

P: ¿Qué es lo que más te gusta de ser escritor?

R: El poder crear historias donde el lector pueda sentirse atrapado, y de alguna manera conozca esos personajes que salen de mi mente, y una vez conseguido eso, que mis obras lleguen al corazón de mis lectores, pasando a ser uno de sus autores predilectos. Y también me gusta escribir para evadirme del mundo y la sociedad que nos rodea, adentrándome en esa realidad paralela que existe dentro de mi cabeza, y donde la magia brota y nace para después ser reflejada entre las páginas de mis libros.

P: ¿Qué fue lo que le llevó hacia la temática de terror?

R: Para ser sincero, creo que el terror nació conmigo, a mi lado. Hay ciertas cosas que no sabrías explicar el cómo suceden, y esta es una de ellas. Siempre me sentí atraído por el terror, tanto en la literatura como en el cine; la atmosfera que le rodea, las historias... El terror consigue que todo tenga una mayor profundidad. Por así decirlo, el terror ha ido ligado de la mano siempre conmigo.

P: ¿Qué esperas conseguir en el mundo literario?

R: Para mí es un hobby, el poder escribir y alternar mi trabajo con ello; y me siento completamente satisfecho y feliz de saber que mis libros han llegado lejos, incluso hasta a lectores de fuera de mi país. Y para ser sincero, espero algún día poder vivir directamente de la literatura y de mis libros, pero si algo he conseguido ya y de lo cual estoy satisfecho, es saber que mis libros han llegado a calar entre mis lectores. Ellos son la fuerza que hace que un escritor siga creando historias.

P: ¿Qué significan para ti tus lectores?

R: Lo he dicho muchas veces y jamás me cansaré de repetirlo. Sin los lectores, los autores no somos nadie. Nuestro éxito se lo debemos a ellos. Por lo tanto, gracias a cada lector o lectora que ha apostado alguna vez por alguna de mis obras.

P: ¿Quiénes han sido los que más te han apoyado?

R: Mi padre siempre me apoyó desde bien joven a que perdiese el miedo escribir y dar a conocer mis historias. Y aparte de él, quien siempre me ha apoyado desde el principio, me ha ayudado en el tema de las presentaciones de mis libros, como lectora beta, ayudándome también en todo lo referente a la hora de maquetar los libros, las portadas, y sobre todo confiando siempre ciegamente en mí, ha sido mi pareja, Vero. Sin ella no habría crecido tanto como autor. Y después, también están esos amigos que nunca fallan y también te apoyan.

P: ¿Qué te ha inspirado a hacer tu antología de relatos de terror?

R: Pues si te digo la verdad, fue mi pareja, Vero, quien me animó a que todos esos relatos que había escrito durante estos años formasen parte de una antología. Y no puedo estar más agradecido a ello, ya que esta antología ha tenido bastante más repercusión que el resto de mis obras, llegando a estar durante más de ocho meses entre las más vendidas en Amazon.

P: ¿Qué le llevo a hacer su antología «Escalofríos en la noche»?

R: Como he explicado anteriormente, fue mi pareja, Vero, quien me animó a ello, y acto seguido, escribí varios relatos nuevos, que junto a los que ya tenía, conforman esta primera antología de relatos de terror. Y aparte, también me animé por emular a otros grandes autores, como Poe, Lovecraft o incluso Clive Barker con sus “Libros de sangre”. Creo que todo autor de terror, aparte de sus novelas, debe tener mínimo alguna antología de relatos.

P: ¿Qué fue lo que le inspiró a hacer el primer relato de la antología antes mencionada: «El cobertizo»?

R: Mira, mencionas un relato que tiene su propia historia detrás. «El cobertizo», es de alguna manera un pequeño homenaje a Bécquer y sus leyendas, entre ellas, «Las tres fechas»«La ajorca de oro» «El cristo de la calavera». Quise crear un relato que sucediese a principios del siglo veinte, y que sobre todo tuviese lugar en Toledo. Así es como nació la idea de escribir este relato.

P: ¿Y la novia de negro?

R: Pues la inspiración sobre este relato me vino una noche, de repente, y siempre sabiendo que una caja musical debía conformar alguno de mis relatos. Por lo que comencé a crear el relato en torno a esta caja musical, naciendo así «La novia de negro», uno de los mejores relatos que he escrito junto a «Escalofríos en la noche», o eso creo.

P: ¿Tienes pensado añadir alguna otra antología más a su colección de antologías?

R: Si, de hecho, ya estoy trabajando de lleno en la siguiente antología, la cual espero poder publicar para este octubre, a finales, aprovechando la llegada de Halloween.

Por último, darte las gracias por contestar estas preguntas y por sacar tiempo para contestarlas.


Reseña de «Escalo fríos en la noche» de Luís Manuel Nieto

Sinopsis:

Dentro de esta antología encontraremos varios relatos que serán las delicias de cualquier amante del suspense y terror. Podremos disfrutar de grandes historias como «El cobertizo», viéndonos inmersos en el Toledo del siglo XIX, entre famosas leyendas que nos arrastrarán por sus calles llenas de sangre y horror; «Escalofríos en la medianoche», donde viviremos el sufrimiento de una familia cuando se encuentren cara a cara con aquello que se esconde dentro del bosque de Walker Woods; también acompañaremos a cuatro jóvenes en «Detrás del espejo», los cuales deben hacer frente a una oscura maldición; esto es una pequeña parte de lo que encontraremos a lo largo de cada página.

«Escalofríos en la medianoche» es un compendio que revive nuestras peores pesadillas, abriendo una compuerta a nuestro subconsciente, siendo capaz de adentrarse en nuestros miedos más profundos, y llegando a crear dentro de nuestras mentes imágenes aterradoras y estremecedoras.

Reseña:

Lo primero que tengo que decir es que empecé a leerlo y el mismo día me lo había terminado. Cada relato te atrae más a seguir leyendo el siguiente de forma que quedas fascinado y satisfecho cada vez que el relato termina, ya que proporciona lo esperado en un relato de terror dejándote así un buen sabor de boca tanto al terminar cada uno de ellos como al terminar el libro. Cada uno de ellos consigue envolverte dentro y mantenerte intrigado y deseando saber el desenlace de cada uno de ellos. Cada relato pese a ser distinto al siguiente hace que disfrutes de ese suspense y ese terror en cada una de las palabras y frases que lo conforman dando una sensación en la que pareces experimentar cada uno de los sucesos de los relatos. Cada uno tiene un desarrollo distinto e inesperado que hace que te mantengas expectante en cada uno de ellos y hace pensar en que los sucesos podrían pasar en la realidad, dándole así ese toque de terror que tanto gusta. En definitiva, es una antología que animo a leer y disfrutar.


 Fotos: Proporcionadas por el autor

    Entrevista y reseña realizadas por Noelia MHS