viernes, 24 de mayo de 2024

Hemeroteca del miedo 9: Aquí huele a muerto

 

La humanidad nunca deja de sorprenderme, y casi siempre para mal. Aunque la culpa de esto es solo mía, ¿quién me mandará a mí fisgonear las redes en busca de noticias escabrosas para escribir sobre ellas? Y esto viene a cuento de que hace unos días me topé con semejante titular en el diario El Confidencial: “Una mujer va al banco con el cadáver de su tío para cobrar un préstamo”. El macabro suceso sucedió en Río de Janeiro, donde la susodicha se personó en una sucursal bancaria para solicitar la retirada en efectivo de 3.000 euros correspondientes a un crédito a nombre de su tío. Como la sobrina necesitaba la firma de su familiar, y aparentemente éste se encontraba con movilidad reducida, acudió con él en silla de ruedas. El problema es que la movilidad del hombre era bastante reducida; todo lo reducida que la puede tener un cadáver. Ante tal situación una empleada del banco se decidió a grabar la escena y las imágenes dieron la vuelta al mundo. Quería mostraros el video, pero temo que Youtube lo ha eliminado.

¿No os parece escalofriante como la supuesta sobrina, que luego se demostró que era prima, coge la mano del fallecido para que firme los documentos con absoluta frialdad?

Este suceso, cuanto menos curioso, y mi debilidad por el cine de terror me hicieron recordar otras tantas situaciones en las que los vivos se han valido de los muertos según las circunstancias. ¿Os acordáis de la película Poltergeist? Sí, esa en el que la niña Carol Anne acaba metida dentro de la tele. Pues en esta joya ochentera se usaron cadáveres reales en una secuencia; aquella donde, casi al final del metraje, la madre de la malograda familia acaba precipitándose hacia una piscina llena de barro y de esqueletos. Pues bien, estos eran tan reales como tú y como yo, amigo lector. Y no, no se trata de un fake, pues el dato fue contrastado por Snopes.com, una reputada web de fact checking.

La propia JoBeth Williams (la actriz que interpretaba a la madre de Carol Anne), quien lo sufrió en primera persona, lo contó en algunas entrevistas: “Y con todos esos esqueletos a mi alrededor, gritando. En mi inocencia e ingenuidad di por hecho que no eran reales, que eran de atrezo. Me enteré, como todo el equipo, de que estaban usando esqueletos reales, porque es muy caro hacer esqueletos falsos de goma. Y creo que a todo el mundo le dio escalofríos la idea”. Declaraciones que posteriormente fueron ratificadas por el artista de maquillaje y efectos especiales Craig Reardon, que en un juicio a finales de 1982 lo declaró bajo juramento: “Obtuve varios esqueletos biológicos. Los venden para las escuelas, son esqueletos reales de personas. Creo que los huesos provienen de la India. Recibimos 13 de estos, y los adornamos para que parecieran cadáveres desintegrándose”. Pero no contentos con esto, el equipo de producción de la secuela Poltergeist II, el otro lado volvió a repetir la misma fórmula para otra secuencia. Aunque esta vez el reparto pidió que se realizara un exorcismo en el set para calmar las crecientes tensiones; un ritual que corrió a cargo de Will Sampson (el chamán indio en la película, que resultó ser un chamán indio en la vida real).

Muchos morbosos se preguntaron entonces si la maldición sufrida por parte del elenco de la película y el equipo de producción no tuvo algo que ver con semejante profanación, pues es sabido que Poltergeist forma parte de esa extraña colección de películas malditas de Hollywood. Y esto no es para menos si tenemos en cuenta los sucesos que acontecieron durante el rodaje de la trilogía original (sí, también hay un remake que no aportada nada). La actriz Dominique Dunne, que interpretó a la hermana de Carol Anne, murió estrangulada por su ex novio celoso; el actor que hacía de reverendo Kane, Julian Beck, falleció a causa de cáncer de estómago tras rodar la segunda parte; en medio del rodaje de Poltergeist III, Heather O´Rourke contrajo giardasis, enfermedad que contrajo al ser expuesta al agua de un lago, y acabaría falleciendo antes del estreno de la película el 1 de febrero de 1988; Will Sampson, el chamán, murió por complicaciones de un trasplante de corazón y pulmón; Lou Perryman (Pugsley, el obrero que roba la taza de café y prueba la salsa de Diane al principio de la primera parte) fue asesinado con un hacha en Austin, Texas, unos años después del rodaje.

Pero si el caso de Poltergeist os pone los pelillos como escarpias, lo de Disney os va a dejar ojipláticos. Y es que dentro de todos los mitos y leyendas que pululan sobre la productora, algo de lo que casi no se habla es de lo que ocurrió en su mítico parque de atracciones Disney World; donde supuestamente, dentro de una de las principales atracciones, la famosa Piratas del Caribe que diera lugar a la saga de películas, había cuerpos de personas reales pasando como atrezo. En definitiva, cadáveres humanos caracterizados como piratas como parte del entretenimiento de los visitantes. 

Se especula que dicha atracción fue la última supervisada por el propio Walt Disney antes de que perdiera la vida, pero había determinados detalles que no terminaba de convencer a los involucrados en el proyecto, como el asunto de los esqueletos que se mostraban. Por lo visto los muñecos animatrónicos usados en un principio no terminaron de dar el pego lo suficiente y se decidió hacer algo que más bien parece sacado de una peli de terror: usar esqueletos humanos reales para adornar el decorado. Supuestamente, todo se hizo cumpliendo con los trámites legales oportunos. Esto, que puede parecer más leyenda que ficción, se publicó de manera oficial en un libro escrito por el productor Jason Surrel: Pirates of the Caribbean: from the Magic Kindom to the Movies. Ahí se nos narra como Disney contactó con el UCLA Medical Center para que les ayudaran a conseguir esqueletos reales. Se dice que tiempo después se llevaría a cabo una remodelación completa de la atracción gracias a nuevos artistas que lograron crear esqueletos artificiales muy convincentes, y en consecuencia los cadáveres reales fueron llevados a sus respectivos países donde se les ofreció un entierro digno. Sin embargo, entre algunos operarios de Disney, corre el rumor de que no todos los muertos fueron sustituidos, incluso se cree que los cuerpos de algunos de los trabajadores originales fueron puestos en exhibición dentro de la propia atracción. Aunque esto ya es más propio de las leyendas urbanas que de la propia realidad, o quizá no.

Pero si habéis llegado a pensar que Poltergeist o la atracción de Piratas del Caribe eran casos aislados, estáis muy equivocados. En 2006 se estrenó Los que no descansan (Unrest), anunciada como la primera película que usaba cadáveres auténticos; deben ser que los técnicos de marketing no sabían nada de Poltergeist. Cabe resaltar que esta producción de After Dark Films, que versa sobre un grupo de estudiantes de medicina que trabaja en un laboratorio rodeado de cadáveres, fue ganadora de varios premios en festivales de terror: Austin Fantastic Festival, Chicago Horror Film Festival. El Apocalisis Now de Coppola tampoco se queda fuera de la polémica, pues en el set del rodaje en filipinas se usaron cuerpos que se sacaron de un cementerio cercano. Por lo visto, el hedor de los cuerpos en descomposición debido a las altas temperaturas hizo temer lo peor al equipo de rodaje y se destapó el pastel; el supuesto proveedor de utilería de origen local les había proporcionado cuerpos reales para una escena. Esto supuso la detención del mismo, junto con algunos miembros del equipo de rodaje, por la policía filipina. Sergio Leone y uno de sus spaghetti westerns más icónicos como fue El bueno, el feo y el malo tampoco escapan de la polémica. Esta película del año 1966 está llena de curiosidades como que Clint Eastwood aborrecía los cigarrillos que fumaba, que Lee Van Cleef casi acaba con las existencias de alcohol del catering. De hecho, se sabe que muchos divos del cine imponen determinadas exigencias durante el rodaje, la de Lee Van Cleef fue contar durante cada día de rodaje con seis cajas de cerveza que se bebía pestañeando aún menos que el propio pistolero al que interpretaba. Pues bien, entre todas estas anécdotas existe una algo más escabrosa, en la que Sergio Leone tenía que rodar una escena en la que se apreciaba un esqueleto falso que no lograba que se viera real. Entonces fue llevado ante una mujer de Madrid que alquilaba el esqueleto de su difunta madre, la cual había sido actriz en vida y antes de morir había expresado su deseo de que su cadáver se usara en películas. Increíble la dedicación de esta mujer, no entiendo como no le dieron el Premio a la Mujer Trabajadora.

Sorprendente, ¿no? Pues bien, si hay un caso de explotación postmortem realmente rocambolesco en Hollywood es el del ladrón de trenes y atracador de bancos Elmer McCurdy, que murió en un tiroteo con la policía tras asaltar un tren en Oklahoma durante 1911. Su cuerpo fue momificado y exhibido en la funeraria de Oklahoma, para convertirse en un accesorio de utilería del mundo del espectáculo desde los años veinte hasta los años setenta del pasado siglo XX. De hecho, se puede afirmar que McCurdy tuvo una prolífica carrera después de muerto apareciendo en numerosas producciones: She Freak de David Friedman (1967), Carnival of Spies (episodio de El Hombre de los seis millones de dólares, 1976), etc. Finalmente, alguien decidió que tras más de medio siglo de duro trabajo era hora de jubilar al cadáver y en 1977 se llevó a cabo una procesión fúnebre para transportar el cuerpo de McCurdy al cementerio de Summit View en Guthrie, Oklahoma.

En fin, llegado el momento de criar malvas, y después de leer todo esto, conviene plantearse la incineración antes que el sepelio. Jubilarse a los 67 años (suma y sigue) para que tu cadáver siga explotado otro medio siglo sin reconocimiento ni fama no tiene demasiado sentido. Y es que los vivos son muy desagradecidos.

Fuentes: Fotogramas, La Vanguardia, Expedientecine.blogspot.com, canal youtube: HeyEstee, Filmaffinity, El Confidencial.
Fotos: Univisión.com, Pinterest, cinefantástico.com 

Artículo escrito por Pablo C. Millán

No hay comentarios:

Publicar un comentario