viernes, 31 de mayo de 2024

EL RINCÓN DE VICTORIA. EL MUNDO NATURAL QUE NOS RODEA

PRESENTACIÓN de Victoria Sastre Sastre

Un nuevo rincón

Queridos lectores, siempre me ha interesado el mundo natural que nos rodea, como dicta esta nueva sección que, con el beneplácito de Jesús Mesado Sánchez, tengo el placer de inaugurar. Últimamente estoy trabajando en nuevos proyectos relacionados en esta área, y por tal motivo he decidido establecer una homogeneidad en mis ocupaciones cotidianas. Desde que me levanto hasta que me voy a dormir estoy en contacto, de un modo u otro, con la naturaleza. Me dedico al cuidado de mi jardín, al de mis animales, a estudiar un curso de zoología que he empezado hace poco, y a mantener mis colecciones ordenadas (plumas de aves, rocas y minerales, conchas marinas, entomología…) Es un listado largo y que ha ido aumentando poco a poco de tamaño. En realidad, todo es un aprendizaje constante. Esta es la causa por la que he tomado la decisión de compartir mi gran pasión con «Vuelo de Cuervos», ya que deseo colaborar con mis humildes conocimientos sobre las materias que tanto me agradan y al mismo tiempo, hacerme yo partícipe de las mismas.

Es un mundo muy amplio y con grandes expertos y conocedores. Admito que nunca dejo de aprender de los demás; por este motivo, me gustaría dejaros mi correo electrónico por si deseáis escribirme para dialogar sobre algún tema determinado, mandar alguna pregunta o sugerencia: vicmarsassas@outlook.com. También podréis ver mis redes sociales en el apartado de «¿Quienes somos?» de «Vuelo de Cuervos».

Mis primeros años

Guardo un grato recuerdo de la casa de campo de mis abuelos que, visitábamos los fines de semana durante mi niñez; una gran extensión de tierra rebosante de limoneros, naranjos, almendros, higueras y chumberas. Los árboles, las plantas y los fardos de paja eran elementos muy entretenidos, ya que nos servían de observatorios o de refugios para jugar. También había gallineros, aviarios y corrales donde vivían tantos animales que no los reconocíamos a todos. Recuerdo a las gallinas ponedoras y mi ilusión por ir a recoger los huevos, ¡Nunca escaseaban! Así como los conejos que se multiplicaban a menudo, aunque también desaparecían misteriosamente de vez en cuando, supongo que para realizar un buen guiso. Lo mismo ocurría con las palomas, pues mi abuela las dislocaba y las pelaba con naturalidad, habría que comer caldo o estofado esos días. La gente del campo vive con sencillez este tipo de cosas, y antiguamente tampoco había tantas sanciones como ahora.

Me gustaba pasear por un camino que transcurría cercano a la casa, solía hacer ramilletes con flores que luego regalaba a mi abuela o a mi madre. Los días de lluvia eran los mejores, porque eso significaba ir a buscar caracoles. Los había de varios tipos, pero me fijaba, sobre todo, con los «caragols bover» (Cornu aspersum), porque eran los más grandes, aunque tampoco les hacía ascos a los demás. Los guardaba con satisfacción en una bolsa de plástico y al regresar a casa, les enseñaba a todos con orgullo mi recolecta. En ocasiones, los alojaba en recipientes de cristal con sustrato de tierra y un poco de hinojo, y allí hacían sus puestas. Pasé divertidas jornadas jugando a «carrera de caracoles» con mi prima mayor; a veces marcábamos las conchas con un rotulador para saber cuáles nos pertenecían a cada una. En fechas navideñas íbamos todos juntos a la montaña a buscar musgo, plantas, setas, ramas, troncos, rocas y todo lo que nos pareciera apropiado para hacer el mejor Belén del mundo. Los belenes de esa época tenían vida de verdad, en cambio, hoy en día casi todo es artificial.

Estos son sólo algunos ejemplos de mi niñez, pero guardo muchos otros que marcaron mi vida y mi amor por la naturaleza, porque esos momentos que os he descrito fueron instantes que me llenaron de felicidad. Hacíamos cosas que hoy en día son impensables, porque son ilegales. Por ejemplo, teníamos varias tortugas de tierra mediterráneas (Testudo hermanni); casi todos poseían alguna en su propiedad, no era nada extraño de ver, y dada su longevidad, supongo que todavía habrá personas que tengan. Pero vivíamos en otros años, y sería anacrónico valorar hechos pasados con la mirada actual.

Un hecho que marcó mí pubertad fue el primer perro que tuvimos, un Bóxer, con el que entablé una relación más cercana que con los animales de granja; era muy noble y leal, y guardo grandes recuerdos. A continuación, tuvimos un «Ca de Bestiar» o un Perro de Pastor Mallorquín. También me gustaba mucho, pero lo interesante es que pude compararlo con el primero y darme cuenta de sus diferencias. Cada raza es un mundo, el Bóxer es un perro de trabajo y compañía de tipo moloso, que en su momento fue un perro de guerra importante. Y el segundo, es de pastoreo y también se utiliza para defender las posesiones. Se podrían escribir muchas líneas sobre cada uno, pero no es mi intención en este preciso momento. El can que nos acompaña a fecha de hoy, es un « Dachund», un gran cazador y un poco impulsivo.

También aprendí que los gatos son diferentes, pues adquirí uno común europeo que todavía tengo. Éstos buscan la tranquilidad y los mimos espontáneos cuando les conviene. En definitiva, comprendí que cada animal es distinto y que todos tienen sus particularidades. 

La pasión por los artrópodos

Hace más de diez años me compré una tarántula, ese animal me llamó poderosamente la atención, era una «Grammostola proteri», una especie muy tranquila y buena para empezar en la afición. Así es; hay un gran interés en torno al mundo de las tarántulas y de los artrópodos en general, yo lo fui descubriendo despacio, navegando por la red, indagando y descubriendo grupos sorprendentes con gran información al respecto; así fui aprendiendo y adquiriendo cada vez más especies. Llegué a mantener un largo listado de animales que sumaron aproximadamente una treintena de ejemplares: a las tarántulas se les sumaron arañas, escorpiones, ciempiés, mantis, caracoles gigantes…

Invertía tiempo en cada uno de ellos, porque todos tenían sus necesidades específicas, los había de más sencillos que otros: temperatura, humedad, tipo de sustrato, alimentación, etcétera. Lo que más me gustaba –y me sigue gustando- es recrear ambientes. A cada uno lo instauro en un sitio decorado según sus características. Por ejemplo, a un escorpión Hadogenes paudicens, lo coloqué en un «tupper» con piedras y algunas de ellas planas, dado que se trata de un artrópodo con una forma chata que no duda en refugiarse debajo de cualquier lugar, porque así se lo permite su complexión.

Hadogenes Paudicens

Otros artrópodos:

Archispirostreptus gigas

Damon diadema

Extatosoma tiaratum

Gongylus gongyloides

Grammostola porteri

Los primeros ejemplares que tuve fueron los siguientes, la lista no se queda corta:

-Acanthoscurria geniculata

-Achatina achatina

-Anthia sexmaculata

-Aphonopelma seemani

-Archispirostreptus gigas

-Avicularia purpurea

-Blaberus black wings

-Brachypelma albopilosum

-Brachypelma smithi

-Damon diadema

-Eucratoscelus pachypus

-Eurycantha calcarata

-Extatosoma tiaratum

-Gonlyus gonglyoides

-Grammostola porteri

-Grammostola rosea

-Hadógenes paucidens

-Heterometus spinifer

-Hysterocrates hercules

-Lasyodora parahybana

-Linothele fallax

-Megaphobema robustum

-Nandhu coloravillosum

-Pandinus cavimanus

-Phidippus regius

-Phormictopus cancerides

-Phyllium sp.

-Poecilhoteria regalis

-Princsia vanwaerebecki

-Pterinochilus murinus <<Usambara>>

-Sparassidae Indonesia

-Stromatopelma calceatum

-Therea bernharditi

-Tonkinbolus Dollfusi

-Viridasius Sylvestrisform

Algunas de estas especies murieron, aunque la mayoría perduraron. Nunca tiré los ejemplares sin vida, porque son seres únicos que no se ven a diario por estos lares, ¡Son exóticos!; de modo que miré tutoriales por Internet para aprender a disecarlos. Los resultados al principio fueron discutibles, pero poco a poco fui mejorando. Llegué a realizar un curso, a distancia sobre taxidermia del cual me titulé. Éste es un oficio muy complejo que no se puede aprender sin un maestro ni las correctas instalaciones, pero al tratarse sólo de artrópodos, el cometido es mucho más sencillo. Así que, con la ayuda de ese curso y mis propias habilidades, logré buenos resultados. Finalmente, ya no sólo disequé «bichos», sino también réptiles e incluso pequeños mamíferos. No obstante, ningún animal fue sacrificado para ese fin. Los conseguía a raíz de una veterinaria con la que entablé contacto.

Algunos de mis trabajos de taxidermia (ningún animal fue sacrificado para este fin):

   

Años posteriores: Afición por toda clase de animales

Los años que sobrevinieron fueron parecidos, mi fiebre por los animales no había mermado, pero un mundo de posibilidades se había abierto ante mí. ¡No sólo existían esos maravillosos animales denominados artrópodos! Empecé a interesarme por la herpetología y por los pequeños mamíferos. Fueron años donde tuve diferentes periodos. En algunos de ellos, me centré más en tortugas, camaleones, iguanas, geckos, sapos, serpientes… En otros, me especialicé en roedores y lagomorfos, tales como: conejos, cobayas, jerbos, degús, ratas, ratones, hámsters… En esta ocasión, no tengo a mano un listado, pero os aseguro que mi vida gira en torno a esta vocación desde hace mucho tiempo. He ido aprendiendo mucho con el devenir de los días, pero la experiencia es un grado, no me cabe la menor duda.

Eublepharis macularius

Bufotes boulengeri

Pogona vitticeps

Si bien lo que más he tenido han sido animales denominados exóticos, también he vivido mis propias experiencias con pájaros, por ejemplo, diamantes o gorriones de java; e incluso llegué a tener un cerdo vietnamita, una experiencia bonita, pero poco recomendable, ya que estos animales son de campo y necesitan mucho terreno. Aunque nos informemos, todos podemos cometer errores –de eso hablaré luego- y el jardín no le fue suficiente. En estos momentos, se encuentra en una casa de campo pastando libremente y fortaleciendo sus pezuñas.

Lo último en lo que me he inmiscuido es en el mundo de los peces y acuarios o acuariofilia. Está siendo una experiencia positiva, pero es algo nuevo para mí y me está costando un poco adaptarme. Suelo informarme en grupos de Internet como muchas veces he hecho, aunque las redes sociales tienen un doble rasero: hay personas que brindan sus conocimientos con amabilidad y empatía, y las hay que lo critican todo. El saber nunca ocupa lugar, pero un consejo es que no hay que dejarse llevar por todo lo que se diga, sino nunca estaríamos satisfechos.

La acuariofilia también me ha dado pie a poner de manifiesto mi pasión por el paisajismo que ya os comenté antes, dado que, eligiendo buenos materiales, se pueden hacer mil cosas interesantes: colocar piedras, troncos, musgo y plantas acuáticas, e incluso plantas de exterior que puedan subsistir con agua como los potos que la purifican, etcétera. Siempre teniendo en cuenta las necesidades de cada espécimen.

Pez Betta cola de rosa

Otras pasiones

Queridos lectores, tengo muchas más aficiones relacionadas con el mundo natural, son tan variadas que tendría que realizar múltiples apartados, así que sólo voy a mencionarlas: amante de la jardinería, de la criptozoología (pseudociencia y subcultura que intenta probar la existencia de animales extintos, mitológicos o folclóricos), coleccionista de plumas de aves, de rocas y minerales, de conchas marinas, de fósiles, de cajas entomológicas… Gusto de hacer mis propios cuadernos de campo naturalistas, pues me encanta ilustrar e indagar por el campo y la montaña.

Hace poco he empezado un curso de cuidador de zoológicos, mi objeción principal es el aprendizaje, pero si pudiera trabajar de algo que me satisface sería una batalla ganada. Los zoos desde siempre me han fascinado, reconozco su importancia como lugares de conservación de fauna y de estudio. Yo comprendo que actualmente vivimos en unos tiempos ambiguos, hay mucha polémica en torno a nuestro planeta, y en este rincón que estreno con ilusión voy a intentar evitar a toda costa tocar temas conflictivos. Quizás algunas cosas no gusten a todos los lectores y otras sí, pero mi intención no es faltar a nadie.

¡Espero que os sintáis a gusto y regresar pronto!

Aliotis tuberculata


Fotos: Todas las imágenes utilizadas para este documento son propias.

Artículo escrito por Victoria Sastre Sastre

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