viernes, 28 de abril de 2023

Serendipity

Las últimas palabras que había dicho se habían quedado ahí, pese a que ella le había preguntado qué era lo que quería hablar. El muchacho le había dicho que al día siguiente se pasaría por la floristería para poder hablar con ella detenidamente sobre la propuesta.

Con esa total intriga que le había dejado se fue a casa, pensando en que tendría que levantarse temprano para bajar a la tienda para esperar a su proveedor. Era bastante tarde, pero si tenía sueño ya se acostaría al día siguiente más temprano.

 

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El día siguiente, empezó estando bastante cansada, pero no podía dar esa imagen delante de todos sus clientes. Tuvo algunas reuniones con algunos clientes que la querían para eventos, o que les pedía que le preparase una muestra para así poder decidirse.

Esas muestras fue las que empezó a realizar mientras que esperaba a que llegara Adriel para poder comentar con él lo que había dicho la noche anterior. No se había podido quitar de la cabeza que podía ser lo que quería hablar con ella, durante todo el día subconscientemente lo había pensado y había divagado sobre las distintas posibilidades que había en toda la lista de cosas que se había imaginado que le diría.

Mientras que estaba en la trastienda sonó un mensaje en su teléfono:

«Adriel: Ya estoy fuera»

Nada más leer el mensaje salió de la trastienda y lo vio esperando en la puerta de la tienda. Lo saludó con la mano mientras se acercaba a la puerta. Le abrió y después de que entrará volvió a cerrar y se encaminó de nuevo a la trastienda.

Sígueme por favor estoy terminando algo de trabajo, podremos hablar tranquilamente allí Pronunció mientras que caminaba hacia su destino.

Sin decir ni una sola palabra, el muchacho la siguió y la vio sentarse en su banqueta del trabajo. Se acerco para observar en lo que había estado trabajando, lo observó detenidamente sin tocarlo para no destrozarlo. Enfrente de ella había otra banqueta por lo que tomó asiento ahí.

Cada segundo que pasaba sin que el hablara era casi como una tortura para ella, ya que la incertidumbre la mataba. Aun así, él parecía no saber cómo iniciar la conversación y a ella la curiosidad la seguía matando.

¿De qué querías hablar? Preguntó la muchacha intentando iniciar la conversación.

Aun con la pregunta, aun así, le costó un poco encontrar las palabras para comentarle a ella, aquello que no le había dicho la noche anterior.

Como sabía que lo que ha pasado hoy iba a ocurrir, anoche llegué a la conclusión de que ahora mismo nos necesitamos mutuamente.

Las palabras del muchacho la hicieron sentir un calambre en un sitio bastante íntimo, ya que mal pensando aquello podía sonar a una propuesta casi indecente debido a la profesión de él.

¿Qué ha ocurrido hoy? Pregunta la joven intentado cortar directamente el hilo de sus pensamientos.

Mi madre me ha llamado para organizar una cena el domingo de dentro de dos semanas porque vuelven el miércoles de la semana que viene de viaje.

Con razón tu hermana me ha dicho que ha aplazado la reunión de antiguos alumnos hasta dentro de un mes.

Bueno mi propuesta es una que nos beneficia a ambos. No te cobraré mis servicios y a los eventos que nos inviten que esté mi familia nos acompañaremos mutuamente, al menos hasta que finjamos romper nuestra relación, porque si lo hiciéramos ahora sería tremendamente sospechoso. El tono era uno tranquilo, casi como si este estuviera destinado a no asustarla a ella.

Mientras que ella intentaba procesar esa propuesta, se notaba que él estaba casi desesperado porque ella le diera una respuesta. Aquello era una cosa que ella podía hacer, ya que no le costaba nada fingir ser pareja igual que lo habían hecho la noche anterior. Esa decisión tan rápida la había tomado debido a que la noche anterior, se habían compenetrado bastante bien a la hora de comportarse como una pareja, por lo que sería bastante sencillo para ella hacerlo.

Me gustaría decirte que quiero pagarte igualmente, pero se que te vas a negar a recibirlo, por lo que tu propuesta me parece bien.

El joven sintió un alivio tremendo al escuchar la respuesta que ella le había dado y sonrió levantando una comisura más que la otra.

Para este cometido tenemos que conocernos algo más que para el plan original comento el muchacho, por lo que ella asintió debido a que le parecía algo que era realmente lógico, ya que como una pareja que llevaba un año junta ya debía de conocerse algo más de lo que lo hacían. Realmente no te mentí, fuera de mi trabajo como acompañante soy inversor y no inversor en bolsa, sino en pequeñas empresas que generalmente me dan más beneficios monetarios que la inversión. En principio, eso era algo complementario a ser acompañante.

Perdona la pregunta, pero ¿tu trabajo como acompañante, es solo para acompañar? La pregunta no le pilló por sorpresa al muchacho, de hecho, sería una pregunta que el también haría si todo fuera al revés.

En la primera agencia que estuve si, una o dos veces, las mujeres que me contrataban la mayoría de las veces solo querían alguien con quien hablar y que les escuchara. La agencia en la que estoy ahora es mía, eso quiere decir que solo acepto trabajos de acompañante y los que piden algo más se los mando a alguno de mis compañeros, ya que ellos no trabajan para mí, me alquilan un puesto y ellos y ellas se ajustan a mis precios.

Continuara…

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