jueves, 30 de junio de 2022

Amor ilimitado

Unlimited Love, título que, traducido, he usado también para este artículo, es el nombre del último disco de mi banda favorita. Pensaba escribir un artículo analizando el concierto del pasado 4 de junio que tuvo lugar en el Estadio Olímpico de La Cartuja, en Sevilla, a manos de Red Hot Chili Peppers. Quería analizar el espectáculo que se produjo por parte del grupo, siendo el primer concierto de su gira mundial con el nombre de Unlimited Love World Tour, en honor al nombre del nuevo disco, que salió el pasado mes de abril. Sin embargo, artículos como ese podéis encontrar en múltiples medios, ya que casi todos se hicieron eco del acontecimiento.

Hace unos meses escribí otro artículo para esta web en el que explicaba por qué esta gira era tan importante para el grupo, para los fans y para mí. Así que si queréis un poco de contexto, aquí tenéis dicho artículo para no tener que repetir la historia y entendáis un poco mejor lo que pude sentir aquel día.

Don´t Forget Me

He decidido, por tanto, escribir un artículo mucho menos objetivo y mucho más personal y sentimental; por lo que os dejo con la historia de cómo cumplí un sueño.

Desde octubre esperando el concierto cuando compré las entradas. Desde el año pasado cuando cancelaron el Mad Cool por la pandemia. Desde diciembre de 2019 cuando anunciaron la vuelta de John Frusciante a la banda. Toda una vida esperando ese concierto.

El plan era claro. Teníamos entradas de pista, por lo que iríamos bien temprano para pillar buen sitio. Cuando cumples tu sueño, quieres hacerlo bien. Me arrepentí, de hecho, de no haber comprado entradas del Golden Circle, que sí estaban más pegadas al escenario y pudieron disfrutar muchísimo mejor de cada detalle, gesto y sonrisa de los integrantes del grupo. La próxima vez será…

Ducha recién levantada, pantalón corto, que en junio en Sevilla fresquito no hace; y mi camiseta del grupo, que tengo desde hace tantos años que ni siquiera puedo recordar bien la fecha. Salimos del hotel bien temprano, hotel que como todos en Sevilla estaban a rebosar y sin hueco, porque gente de todo el mundo había venido a ver a esos tíos raros que tocaban por la noche. A las 10 de la mañana ya estábamos dando vueltas por las afueras del estadio, viendo cuánta gente había y por dónde teníamos que hacer cola; además de una eterna y no muy fructífera búsqueda de dónde desayunar. 

A las once nos pusimos oficialmente a hacer cola a pleno sol en el junio de Sevilla, lo cual pudo haber sido una tortura. Pero la compañía hace muchísimo y tuvimos la suerte de tener al lado a gente con un buen rollo impresionante. Gracias a esos desconocidos con los que compartimos esas horas con muy buen ambiente, las tortillas sin cocinar, el “¿me vendes un pan sin nada que soy vegana y no tengo dónde echar mis cositas raras?” y muchas risas con el pene gigante que había en uno de los baños públicos que pusieron y del que toda la cola se hizo eco. 

Pudimos ver gente que venía de todos los rincones de España, pero también había italianos, ingleses, brasileños, argentinos, chilenos, mexicanos,... y es que nadie quería perderse aquel debut del mismísimo John Frusciante de nuevo a las cuerdas en una gira de Red Hot. Además, pude ver a un amigo que también iba al concierto, solo que estaba en otra cola y solo pude pasarme a saludar un momento. Y, por fin, a las seis de la tarde aproximadamente, abrieron las puertas.

Los nervios que ocupaban todo mi ser son indescriptibles, casi tanto como mi dolor de pies. Pero eso no importaba. Conseguí ponerme justo donde quería. Primera fila, lado derecho, para estar lo más cerca posible de John. 

Thundercat salió a animar el cotarro como primer telonero con una energía brutal, aunque el sonido no era muy óptimo y las canciones parecían todas muy similares. A continuación fue el turno de Beck, que arrasó el escenario con un estilazo y un ánimo que sí animó a un público impaciente. También había un hilo musical con el que todo el estadio, que ya estaba casi lleno, cantó al unísono el temazo de Queen, Somebody to love. Y justo antes de empezar, a escasos minutos de que el grupo hiciera su aparición, pudimos disfrutar de un estadio completísimo, con 56.000 personas haciendo una ola enorme llena de espíritu y sentimiento.

Y fue entonces, a escasos minutos pasando las 22:00h, tras 12 horas esperando, cuando miles de voces comenzaron a gritar y aplaudir al ver salir a Chad Smith (batería), Flea (bajo), John Frusciante (guitarra) y, como siempre, un poco después, Anthony Kiedis (cantante). Fue en ese momento, cuando mi corazón dio el primer vuelco al ver, por fin, después de toda una vida esperando, salir a John Anthony Mother-f*cker Frusciante. Esa fue la primera vez durante la noche que se me saltaron las lágrimas, pero no fue la última. El sentimiento de emoción y querer llorar se mantuvo durante la hora y cuarenta y cinco minutos que estuvieron en el escenario, pero fueron cuatro o cinco ocasiones en las que no pude contenerme. 

Foto: @danipeppers

Arrancaron con la mitiquísima Can’t Stop, canción de mi disco favorito y canción perfecta para levantar al público. Siguieron con Black Summer, primer single del nuevo disco y única canción que grabamos, por petición de mi hija, de la que ahora es su canción favorita. Es por ello que todos los vídeos y fotos que tengo, excepto ese, han sido recopilados de otras personas, ya que yo aquel día solo quería disfrutar el momento.

A estas dos canciones les siguió Charlie, canción del Stadium Arcadium, con la que el público se animó bastante cantando. Y tras ella, la indispensable Scar Tissue, título también de la autobiografía del cantante del grupo, y con la que John nos emocionó con un solo de guitarra espectacular. Una más que disfrutable Aquatic Mouth Dance, también del nuevo álbum, fue la siguiente en el setlist; con la que muchos cantamos y bailamos. 

Foto: @lemosdesign

Volvieron al disco de 2006 con la preciosa Snow (Hey Oh) y después tocaron la más antigua de todas, y que fue una grata sorpresa, Nobody Weird Like Me, del álbum Mother’s Milk (1989). Con esta canción sacaron el lado más funky de este grupo que lleva dando la nota desde 1984.

Otra de las nuevas, Watchu Thinkin’,  fue la encargada de continuar la lista, y dejando paso a uno de los momentos más bonitos para mí del concierto. Y es que la novena canción que tocaron fue ni más ni menos que una de mis baladas favoritas del grupo: Hey (2006). El sueño de bailar lento esta canción en directo mientras tu pareja te abraza desde atrás es algo que no está pagado, os lo puedo asegurar. Porque si hay algo más bonito que cumplir un sueño, es compartirlo con alguien que tiene el mismo sueño por cumplir y que te entiende a la perfección. 

Foto: @lemosdesing

Siguió una animada Tell Me Baby (2006), canción que para mi gusto están repitiendo demasiado en esta gira. El nuevo disco volvió a hacer aparición con Here ever after, canción bastante cañera a su manera.

Tras esto, otro de los momentos inolvidables. Una de las cosas que más recuerdo (para mal) del concierto al que fui en 2011 fue la mítica e indispensable Californication. No es esta de mis canciones favoritas, pero es bien sabido por todo fan de la banda, que la intro en directo de este tema y el solo de guitarra siempre son un espectáculo. Sin embargo, en 2011, a manos de Josh Klinghoffer me dejó un sabor de boca muy decepcionante. Nada que ver con esta vez. En cuanto sonaron las primeras notas, la piel se me puso de gallina. Mi chico y yo nos miramos al mismo tiempo, ojos brillantes. Sí, sonaba muy parecido a la intro que hicieron en el Slane Castle en 2004; nuestro concierto favorito. No hizo falta hablar, solo con mirarnos sabíamos que estábamos pensando lo mismo. Y no pude evitar echarme a llorar emocionándome con esa guitarra y ese bajo compenetrándose de una manera casi mística y emocionando a un estadio entero. 

Foto: José Manuel Vidal (El Mundo)

Tras esta emocionante experiencia, continuaron el show con el último single que han sacado, These Are The Ways, una de las más animadas del nuevo álbum que fue cantada y bailada con gran éxito. 

A continuación, se animaron a tocar Soul to Squeeze, canción B-side del disco Blood Sugar Sex Magik (1991) que fue lanzada como single para la banda sonora de la película Caranonos y que es, además, una de mis canciones favoritas.

Tras este deleite de temazos mi corazón dio otro vuelco. Empezó a sonar Give it away. Pero no podía ser. Esta mítica canción siempre la tocan al final del concierto y para mí tan sólo habían pasado unos 15 minutos. Pero no… llevábamos hora y media de concierto cuando esta loca canción de 1991 levantó a todo el público y lo puso a cantar, saltar y bailar. 

Foto: José Manuel Vidal (El Mundo)

Esto llegaba a su final y yo no quería. Se me vovieron a saltar las lágrimas un poco al pensar en que ya se estaba acabando. Me alegró ver que me encontraba bien y que esta vez no me desmayaría con esta canción, como pasó en 2011; aunque sí había un muchacho a mi lado que estuvo a punto justo en esa misma canción.

Pero esto no había terminado aún. Nuestros chicos se marchaban del escenario, pero sabíamos que volverían a salir para al menos una canción más. Pero, ¿qué canciones serían? 

Fue entonces cuando miré super seria a mi chico y le dije: “No pueden irse sin tocarme Under the Bridge. En serio, no pueden. Me matan si se van sin tocarla”. Y de verdad, no os podéis imaginar lo que sentí cuando volvieron al escenario y empezaron a sonar las primeras notas de esa, mi canción favorita. Quizá pensáis que era algo predecible, pero creedme, no lo era. De hecho, apenas la están tocando en el resto de la gira. Mis mejillas se llenaron de lágrimas de emoción mientras me decían al oído: “Ahí la tienes”. Pero no fui la única que se emocionó. Y es que no hay palabras para describir lo que sentí al ver a mi dios, John Frusciante, emocionarse también y llorar con esta canción. En serio, es una conexión y una sensación que dudo que mucha gente pueda llegar a entender; pero a mí me hizo tocar el cielo. 

Foto: @lemosdesing

Al terminar mi canción favorita, yo ya no podía pedir nada más. Yo ya lo tenía todo. Era tremendamente feliz. Sin embargo, me dio por comentar: “Qué raro que no hayan tocado By the Way, ¿no?”. Pues sí, dicho y hecho. By the way, canción que da nombre y abre mi disco favorito fue la encargada de cerrar la noche y hasta ahora todas las de esta gira. ¡Y de qué manera lo cerraron!

Hace años, antes de irse John del grupo, en algunos conciertos, el guitarrista tenía un gesto durante esta canción, un gesto precioso y emotivo. Mientras Anthony cantaba, él se acercaba y apoyaba su cabeza en él. Un gesto que a muchos nos emocionó muchísimo, ya que estos dos han sufrido por tener ciertas rivalidades.

Os prometo que me pasé toda la canción pensando en lo bonito que sería vivir un momento así. Que si volvieran a hacer un gesto del estilo, me emocionaría muchísimo. Verlos de nuevo tan unidos, después de tantos años, tan felices, es para mí un sueño. Sin embargo la canción estaba llegando a su fin, y esto solían hacerlo antes, no al final de la canción; por lo que mi esperanza se había ido al garete. Pero, ¿sabéis qué? Aquella era mi noche y ellos no podían decepcionar. Cogieron mis expectativas y las dejaron bien atrás, superándolas de forma gigantesca. Y es que el cierre del concierto fue, acabando la canción, no sólo con John apoyando la cabeza sobre Anthony. Acabaron la canción John acercándose lentamente, agachándose con una sonrisa inmensa en la cara (algo hace años casi imposible de ver), apoyando su cabeza en el costado del cantante, y con Flea (una de mis personas favoritas en el mundo) abrazando a ambos desde atrás. No existen palabras para describir la emoción, el grito, el sentimiento y las lágrimas que produjeron ese momento. No existía cierre mejor, y nos lo dieron en Sevilla. 

Foto: @danipeppers

No quiero alargarme mucho más. No os contaré en detalle cómo al día siguiente, destrozados, fuimos a verlos salir del hotel en modo grupies. Ni os contaré cómo continúo siguiendo cada uno de los conciertos de la gira mediante retransmisiones en directo a cargo de los fans. Cómo he llegado a analizar cada setlist hasta el punto de encontrar patrones y apostar a cuáles serán las siguientes canciones. 

Pero sí quiero agradecer a quienes me hayáis acompañado leyendo esta pequeña historia sobre el día en que cumplí mi sueño. Sé que he hablado especialmente de John Frusciante y he dejado un poco de lado al resto del grupo, pero no quiero que penséis que los otros se quedan atrás. Flea, ese pequeño gran hombre a quien tanto admiro por tantísimas razones fue toda una bestia en el bajo. Solo a él podría perdonarle que secuestrase a Leia y golpease a Obi-Wan, mis dos personajes favoritos de Star Wars. Chad Smith es mi eterno olvidado, no puedo evitarlo. La batería siempre se me escapa y no consigo apreciar lo que este maestro de las baquetas merece realmente. En cuanto a Anthony, quien durante muchos años fue mi amor platónico pero con quien he pasado a tener una relación de amor-odio tampoco lo hizo nada mal, aunque sí que lo vi bastante más apagado que de costumbre, siendo Flea quien cogió las riendas como maestro de ceremonias. Pero lo he visto algo más animado en conciertos más recientes de la gira.

A todos ellos les debo mucho, muchísimo. Mucho más de lo que podáis llegar a imaginar. Y es por ello que necesitaba traeros este pequeño espacio en el que he intentado expresar un poquito del amor ilimitado que siento por estos cuatro señores que tantas alegrías me han dado a lo largo de mi vida desde que tengo memoria. Porque agradezco infinito haber disfrutado de las sonrisas de John, verlo más feliz y cómodo que nunca, sintiéndose en casa. Ver a Flea coger el mando animando al público y banda, incluso haciendo el pino y que se le levante la falda. 

Con ellos he crecido, con ellos me enamoré de la música, por ellos quise aprender inglés. Ellos me han dado canciones para cada momento de mi vida y cada estado de ánimo; baladas para acompañar momentos tristes, temas románticos cuando quería compartir sentimientos hermosos, temazos para cantar a voz en grito con amigos y bailar hasta caer rendida, canciones que te cargan las pilas y te levantan en los días de menos energía. Porque sí, ellos siempre han estado ahí y siempre van a estar en mi vida. 

Red Hot Chili Peppers - Sevilla, Spain 2022 [Full Concert/Multicam/1080p 60fps] (+Audio Remaster)


Fotos: Cristina de la Torre, @danipeppers, @lemosdesing y José Manuel Vidal (El Mundo)
Video: Red Hot Chili Peppers - Sevilla, Spain 2022 [Full Concert/Multicam/1080p 60fps] (+Audio Remaster)

Articulo escrito por Cristina de la Torre 

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