Buenas a
todos. Me presento ante vosotros con el corazón en la punta de un ala, muerto
de miedo y aunque parezca mentira, con la esperanza de que todos nos
entretengamos un poco en esta nueva aventura que se abre en este nido de
cuervos.
Soy un
pajarraco muy particular, mis amigos de plumas negras me llaman Óscar, no sé si
tendrá algo que ver con ese muñeco de oro que tanto ansían las estrellas de
cine. Lo sé es raro ver a un cuervo hablando de directores de cine, pero que
queréis que os diga, me mola más que ir robando metales brillantes a los
humanos o sacando ojos a los padres. Acabo de aterrizar sobre la cúpula de esta
jauría de mentes prodigiosas y me dispongo a mostraros mi visión personal sobre
esos directores de cine a los que muchos consideráis genios y otros no tanto.
Evidentemente, tenéis total libertad para opinar sobre las cosas que os cuente
asomado a este tejado en el que mi vértigo se acentúa por momentos.
De toda la
vida he sido un cinéfilo de tomo y lomo. No me considero ninguna eminencia y
para gustos ya tenemos una gama muy amplia en el arcoíris, aun así es cierto
que la aves que me conocen bien siempre me ha pedido consejo a la hora de ver
una u otra película cuando se asoman a la ventana del salón de una familia para
verla por la cara. Mi porcentaje de aciertos es bastante alto.
Sin más
dilación y tras observar la tremenda ilustración que nos ha dejado nuestra brillante
y alada azabache María, vamos a hablar del director más perfeccionista del
séptimo arte, Stanley Kubrick.
No voy a
contaros su historia personal, con un solo click os podéis informar en la
Wikipedia esa que tanto os gusta a los animales de dos patas. Yo os vengo a
hablar de las películas que he visto de este director y en cómo han influido en
mí, no solo a nivel personal, sino sobre todo, a nivel profesional, sino que se
lo digan al bueno de Poe. Acentuando las diferentes emociones que provoca su
cine y la atmósfera que recrea con tanta calidad el rey de la simetría.
De toda su
filmografía, os contaré un poco de los clásicos que he disfrutado y no
precisamente por orden de estreno, pues la primera película que vi de Kubrick
fue "La chaqueta metálica". Si no recuerdo mal, su tercera película bélica. En
ella nos muestran las vivencias de un grupo de jóvenes que se alistan en la
marina para combatir en la guerra de Vietnam. Sin embargo, el camino hasta ella
será muy duro, pues enfrente tienen a un sargento tan sádico y despiadado que
los hace pasar por un previo infierno a lo que se les venía encima. Por eso la
película se puede dividir en dos fases.
Una banda
sonora cuidada al detalle con la mítica "Surfin’ Bird" de The Trashmen como
inconfundible piel del largometraje, unos personajes tan inolvidables como el
traumatizado Recluta patoso interpretado por el gran Vincent D’Onofrio que
junto a sargento Hartman, R. Lee Ermey (dejaron
en cueros a Matthew Modine), hacen del resto de la película un entretenimiento
puro y siempre mostrando la crudeza de una guerra como la de Vietnam durante la
ofensiva llamada Tet del 68.
Este film nos
hace retomar de nuevo las preguntas que en toda guerra el ser humano se hace:
¿Para qué sirve una guerra si nunca hay un ganador? No dejéis de verla.
Ahora nos metemos de lleno en la versión que hizo el director de uno de los mejores libros que ha escrito el Dios del terror, evidentemente os hablo de El resplandor de Stephen King. Tardé años en verla y no precisamente porque me diera pánico, si no por el simple hecho de tener la misma visión que aquellos que leyeron primero la novela (en otra ocasión os diré como me las apañé para leer la novela). Aunque la película es una obra maestra y Jack Nicholson como Jack Torrance es descomunal, aquí en España se le conoce como la del peor doblaje de la historia de la humanidad, sobre todo gracias a Verónica Forquet en el papel de Wendy, mujer de Torrance y madre del pequeño Danny.
Todos
conocemos la historia, yo me voy a centrar en el asfixiante ambiente que va
creciendo en ese inmenso hotel encantado. Los silencios llenados con tanta
ansiedad por el director, los escenarios y evidentemente los personajes
icónicos que han marcado una época. Esas niñas al final del pasillo cuando
Danny va pedaleando su inocente triciclo. El mar de sangre que se apodera de
las estancias (escena que no aparece en el libro) y evidentemente, el
incipiente crecimiento de la locura de Torrance mientras el hotel le abduce e
incita a retomar su alcoholismo para matar a su familia.
La forma en
la que Kubrick navega con la cámara en cada una de los planos y en especial el
seguimiento a Nicholson al final de la película por ese agonizante laberinto,
es brutal. De todos es sabida la animadversión de King por esta obra, pero es
innegable que el bueno de Kubrick nos lo hace pasar bastante mal, como en el
libro.
Es el turno
de La naranja mecánica, la más polémica de sus obras, al menos para mí, trata
un tema que por desgracia no pasa de moda: la ultraviolencia. Malcolm McDowell
debe ser uno de los actores a los que más se le ha copiado el disfraz que
llevaba interpretando a Alex DeLarge y a pesar de su larga trayectoria, este
personaje es el que lo ha etiquetado, algo que odia cualquier actor que se
precie.
No he leído
la novela en la que se basa esta película, pero conozco amigos que lo han hecho
y dicen que el director no marcó tanto el nuevo idioma o vocabulario que se
marcó el loco de DeLarge con sus amigotes.
Escenas como
el asalto a la casa de ese matrimonio bien avenido o el proceso de cura del
personaje de McDowell con esos artilugios forzando al actor a no cerrar los
ojos para ver una y mil imágenes, son parte ya de la historia del séptimo arte.
Sin olvidar el concepto marcado en nuestras retinas de los ojos Sanpaku del
protagonista mientras sus pensamientos viajaban por infinitos algoritmos de
violencia. En resumen, una película que marca mucho y nos solo por las
vestimentas antes comentadas y tanto utilizadas en carnavales o Halloween.
Me quedan
dos, sé que hay muchas más y eso es lo bueno que tiene el cine. Me quedan
pendientes películas como: ¿Teléfono rojo?, volamos hacia Moscú, Barry Lyndon,
Lolita, 2001 odisea en el espacio y Senderos de Gloria, protagonizada por el inconmensurable Kirk Douglas
del que os hablo ahora en otra de las películas icónicas de este director,
Espartaco. Una superproducción de Hollywood que nos lleva a la época gloriosa
de Roma y como un gladiador tracio puso casi en jaque al mayor imperio conocido
en la antigüedad.
Poco se puede
comentar de Douglas, solo que tuviera que esperar a un Óscar honorífico para
reconocer su aplastante carrera y no lo consiguiera por esta brutal
interpretación o en tantas otras.
Alzada al top
10 de las películas épicas de la historia del cine y considerada cultural,
histórica y estéticamente significativa, puedo añadir tras mi ignorancia
absoluta y tras investigar un poco, que fue rodada en Alcalá de Henares. Particularmente,
una de las historias reales que más me han impactado en la vida, sobre todo por
el trágico final del personaje. Os suplico que no dejéis de verla.
Y por último,
os dejo el sello póstumo del director y que tiene una de las escenas del cine
que más sobrecogen el alma de este avechucho y me deja sin respiración por más
veces que la veo. Esa melodía masónica o sectaria que se escucha en plena
"homilía" llena de caretas venecianas, me parece una de las cosas más
maravillosas que he sufrido en mi vida como espectador. Por supuesto os hablo
de Eyes Wide Shut.
Evidentemente,
parte de su desarrollo ha inspirado parte de mis escritos. Siempre intentando
plasmar con palabras la belleza de ese ambiente que este genio creaba con los
juegos de luces, fotografía y la recalcada imprimación de perfección enfermiza
que exigía a los actores. Se llegó a decir que Kidman y Cruise terminaron un
poco hasta los mismos del director. Sin embargo, con los años, han valorado
públicamente sus enseñanzas y eso que no soy un especial fan de estos dos
actores, en especial de Tom.
del rodaje de "Eyes Wide Shut"
El viaje en
el que sumerge Kubrick al protagonista es sublime, agotador, enigmático y de
una paranoia constante tras los acontecimientos que surgen a su alrededor. No
os quiero destripar nada si aún no la habéis visto, pero si os puedo decir que
el mundo que nos muestra existe y que cosas como estas llevan ocurriendo a
través de los siglos como si nada. El dinero da poder y este última es la
herramienta que mueve por desgracia todos los escalones de esta sociedad
corrupta que vive bajo el yugo de ese famoso uno por ciento del uno por ciento
que os maneja a su antojo.
Nunca lo
olvidéis. El cine no es solo entretenimiento. Es una prolongación visual del
conocimiento más fidedigno para no atrofiar vuestras mentes televisivas e
internautas. Y esa raíz primordial se halla en los libros.
Buenos días a todos. Bato mis alas hacia otro rincón donde esconderme de vosotros y comer tranquilo algún que otro gusano. Ha sido un inmenso placer estar con vosotros por aquí y os emplazo a una nueva visión personal de otro genio del séptimo arte, que os adelanto, será el inclasificable Quentin Tarantino.
Fotos: kalasniblog.com, filmgoblin.com, elcorreo.com, lalunadealcala.com, elpais.com y monjesfanaticos.com
Enhorabuena por el trabajo que nos dejas. Me parece un análisis completo y original de la obra de uno de los grandes del cine. Deseando ver qué más nos tienes preparado...
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