viernes, 18 de septiembre de 2020

DESPLUMANDO DIRECTORES/AS - Toma 1: Stanley Kubrick

Ilustración realizada por María Pizarro / artmpizarro.com

Buenas a todos. Me presento ante vosotros con el corazón en la punta de un ala, muerto de miedo y aunque parezca mentira, con la esperanza de que todos nos entretengamos un poco en esta nueva aventura que se abre en este nido de cuervos.

Soy un pajarraco muy particular, mis amigos de plumas negras me llaman Óscar, no sé si tendrá algo que ver con ese muñeco de oro que tanto ansían las estrellas de cine. Lo sé es raro ver a un cuervo hablando de directores de cine, pero que queréis que os diga, me mola más que ir robando metales brillantes a los humanos o sacando ojos a los padres. Acabo de aterrizar sobre la cúpula de esta jauría de mentes prodigiosas y me dispongo a mostraros mi visión personal sobre esos directores de cine a los que muchos consideráis genios y otros no tanto. Evidentemente, tenéis total libertad para opinar sobre las cosas que os cuente asomado a este tejado en el que mi vértigo se acentúa por momentos.

De toda la vida he sido un cinéfilo de tomo y lomo. No me considero ninguna eminencia y para gustos ya tenemos una gama muy amplia en el arcoíris, aun así es cierto que la aves que me conocen bien siempre me ha pedido consejo a la hora de ver una u otra película cuando se asoman a la ventana del salón de una familia para verla por la cara. Mi porcentaje de aciertos es bastante alto.

Sin más dilación y tras observar la tremenda ilustración que nos ha dejado nuestra brillante y alada azabache María, vamos a hablar del director más perfeccionista del séptimo arte, Stanley Kubrick.

No voy a contaros su historia personal, con un solo click os podéis informar en la Wikipedia esa que tanto os gusta a los animales de dos patas. Yo os vengo a hablar de las películas que he visto de este director y en cómo han influido en mí, no solo a nivel personal, sino sobre todo, a nivel profesional, sino que se lo digan al bueno de Poe. Acentuando las diferentes emociones que provoca su cine y la atmósfera que recrea con tanta calidad el rey de la simetría.

De toda su filmografía, os contaré un poco de los clásicos que he disfrutado y no precisamente por orden de estreno, pues la primera película que vi de Kubrick fue "La chaqueta metálica". Si no recuerdo mal, su tercera película bélica. En ella nos muestran las vivencias de un grupo de jóvenes que se alistan en la marina para combatir en la guerra de Vietnam. Sin embargo, el camino hasta ella será muy duro, pues enfrente tienen a un sargento tan sádico y despiadado que los hace pasar por un previo infierno a lo que se les venía encima. Por eso la película se puede dividir en dos fases. 


Matthew Modine y Stanley Kubrick en el rodaje de "La Chaqueta Metálica"

Una banda sonora cuidada al detalle con la mítica "Surfin’ Bird" de The Trashmen como inconfundible piel del largometraje, unos personajes tan inolvidables como el traumatizado Recluta patoso interpretado por el gran Vincent D’Onofrio que junto a sargento Hartman, R. Lee Ermey  (dejaron en cueros a Matthew Modine), hacen del resto de la película un entretenimiento puro y siempre mostrando la crudeza de una guerra como la de Vietnam durante la ofensiva llamada Tet del 68.

Este film nos hace retomar de nuevo las preguntas que en toda guerra el ser humano se hace: ¿Para qué sirve una guerra si nunca hay un ganador? No dejéis de verla.

Ahora nos metemos de lleno en la versión que hizo el director de uno de los mejores libros que ha escrito el Dios del terror, evidentemente os hablo de El resplandor de Stephen King. Tardé años en verla y no precisamente porque me diera pánico, si no por el simple hecho de tener la misma visión que aquellos que leyeron primero la novela (en otra ocasión os diré como me las apañé para leer la novela). Aunque la película es una obra maestra y Jack Nicholson como Jack Torrance es descomunal, aquí en España se le conoce como la del peor doblaje de la historia de la humanidad, sobre todo gracias a Verónica Forquet en el papel de Wendy, mujer de Torrance y madre del pequeño Danny.

Todos conocemos la historia, yo me voy a centrar en el asfixiante ambiente que va creciendo en ese inmenso hotel encantado. Los silencios llenados con tanta ansiedad por el director, los escenarios y evidentemente los personajes icónicos que han marcado una época. Esas niñas al final del pasillo cuando Danny va pedaleando su inocente triciclo. El mar de sangre que se apodera de las estancias (escena que no aparece en el libro) y evidentemente, el incipiente crecimiento de la locura de Torrance mientras el hotel le abduce e incita a retomar su alcoholismo para matar a su familia.

La forma en la que Kubrick navega con la cámara en cada una de los planos y en especial el seguimiento a Nicholson al final de la película por ese agonizante laberinto, es brutal. De todos es sabida la animadversión de King por esta obra, pero es innegable que el bueno de Kubrick nos lo hace pasar bastante mal, como en el libro.

Jack Nicholson y Stanley Kubrick en el rodaje de "El Resplandor"

Es el turno de La naranja mecánica, la más polémica de sus obras, al menos para mí, trata un tema que por desgracia no pasa de moda: la ultraviolencia. Malcolm McDowell debe ser uno de los actores a los que más se le ha copiado el disfraz que llevaba interpretando a Alex DeLarge y a pesar de su larga trayectoria, este personaje es el que lo ha etiquetado, algo que odia cualquier actor que se precie.

No he leído la novela en la que se basa esta película, pero conozco amigos que lo han hecho y dicen que el director no marcó tanto el nuevo idioma o vocabulario que se marcó el loco de DeLarge con sus amigotes.

Escenas como el asalto a la casa de ese matrimonio bien avenido o el proceso de cura del personaje de McDowell con esos artilugios forzando al actor a no cerrar los ojos para ver una y mil imágenes, son parte ya de la historia del séptimo arte. Sin olvidar el concepto marcado en nuestras retinas de los ojos Sanpaku del protagonista mientras sus pensamientos viajaban por infinitos algoritmos de violencia. En resumen, una película que marca mucho y nos solo por las vestimentas antes comentadas y tanto utilizadas en carnavales o Halloween.

Stanley Kubrick y Malcom McDowell en el rodaje de "La Naranja Mecánica"

Me quedan dos, sé que hay muchas más y eso es lo bueno que tiene el cine. Me quedan pendientes películas como: ¿Teléfono rojo?, volamos hacia Moscú, Barry Lyndon, Lolita, 2001 odisea en el espacio y Senderos de Gloria, protagonizada por el inconmensurable Kirk Douglas del que os hablo ahora en otra de las películas icónicas de este director, Espartaco. Una superproducción de Hollywood que nos lleva a la época gloriosa de Roma y como un gladiador tracio puso casi en jaque al mayor imperio conocido en la antigüedad.

Poco se puede comentar de Douglas, solo que tuviera que esperar a un Óscar honorífico para reconocer su aplastante carrera y no lo consiguiera por esta brutal interpretación o en tantas otras.

Alzada al top 10 de las películas épicas de la historia del cine y considerada cultural, histórica y estéticamente significativa, puedo añadir tras mi ignorancia absoluta y tras investigar un poco, que fue rodada en Alcalá de Henares. Particularmente, una de las historias reales que más me han impactado en la vida, sobre todo por el trágico final del personaje. Os suplico que no dejéis de verla.

Kirk Douglas y Stanley Kubrick
Woody Strode y Kirk Douglas, rudean una escena a las ordenes de Stanley Kubrick en el film "Espartaco"

Y por último, os dejo el sello póstumo del director y que tiene una de las escenas del cine que más sobrecogen el alma de este avechucho y me deja sin respiración por más veces que la veo. Esa melodía masónica o sectaria que se escucha en plena "homilía" llena de caretas venecianas, me parece una de las cosas más maravillosas que he sufrido en mi vida como espectador. Por supuesto os hablo de Eyes Wide Shut.

Evidentemente, parte de su desarrollo ha inspirado parte de mis escritos. Siempre intentando plasmar con palabras la belleza de ese ambiente que este genio creaba con los juegos de luces, fotografía y la recalcada imprimación de perfección enfermiza que exigía a los actores. Se llegó a decir que Kidman y Cruise terminaron un poco hasta los mismos del director. Sin embargo, con los años, han valorado públicamente sus enseñanzas y eso que no soy un especial fan de estos dos actores, en especial de Tom.

Tom Cruise, Stanley Kubrik y Nicole Kidman,
del rodaje de "Eyes Wide Shut"

El viaje en el que sumerge Kubrick al protagonista es sublime, agotador, enigmático y de una paranoia constante tras los acontecimientos que surgen a su alrededor. No os quiero destripar nada si aún no la habéis visto, pero si os puedo decir que el mundo que nos muestra existe y que cosas como estas llevan ocurriendo a través de los siglos como si nada. El dinero da poder y este última es la herramienta que mueve por desgracia todos los escalones de esta sociedad corrupta que vive bajo el yugo de ese famoso uno por ciento del uno por ciento que os maneja a su antojo.

Nunca lo olvidéis. El cine no es solo entretenimiento. Es una prolongación visual del conocimiento más fidedigno para no atrofiar vuestras mentes televisivas e internautas. Y esa raíz primordial se halla en los libros.

Buenos días a todos. Bato mis alas hacia otro rincón donde esconderme de vosotros y comer tranquilo algún que otro gusano. Ha sido un inmenso placer estar con vosotros por aquí y os emplazo a una nueva visión personal de otro genio del séptimo arte, que os adelanto, será el inclasificable Quentin Tarantino.  


Fotos: kalasniblog.com, filmgoblin.com, elcorreo.com, lalunadealcala.com, elpais.com y monjesfanaticos.com

Artículo escrito por Óscar Lamela Méndez
Ilustración realizada por María Pizarro


1 comentario:

  1. Enhorabuena por el trabajo que nos dejas. Me parece un análisis completo y original de la obra de uno de los grandes del cine. Deseando ver qué más nos tienes preparado...

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