Buenas Amantes
de la Lectura,
Hoy os traigo una historia vivida en primera persona: mi asistencia a la pasada Japan Weekend de Madrid. Es cierto que no era mi estreno en un evento de tal magnitud, ni siquiera era mi estreno en una Japan Weekend en su versión madrileña, no, no lo ha sido, pero sí que fue una Japan diferente a las anteriores. A mi, este tipo de convenciones me apasionan. Me da la oportunidad de conocer a muchos artistas por descubrir, reencontrarme con otros tantos de anteriores ediciones u otros eventos, y ver a amigos creativos y editores con los que solo coincido en saraos como el que nos ha traído a este artículo. Entonces, ¿qué hay de nuevo para hablaros de un evento? ¿Otra crónica? Podría ser e, incluso, creo que sería un buen puntal al que aferrarme para iniciar este nuevo curso junto a mis compi-cuervos, pero voy a darle una vuelta de tuerca a la visión desde la que mostraros lo que ha sido para mí esta edición de la Japan Weekend Madrid Septiembre 2023.
Todo comienza y acaba con los acompañantes. Además de amigos y algún hijo de amigo, esta ocasión también ha venido mi hija mayor, y con ella, un amigo. Y esto lo ha cambiado todo. Debido a su edad, 12 años, al inicio de su independencia yendo ya al instituto y a que ya no se conformaban con ir a la sombra de un servidor, han vivido su propia experiencia en el evento. ¡Esto es maravilloso! Es decir, ver como las nuevas generaciones van tomando el relevo con un criterio propia, ni mejor ni peor, diferente y acorde a lo que ellas comienzan a descubrir sobre sus gustos, es emocionante. El modo en el que ya visitan los pabellones a su ritmo, con su impaciencia, haciendo que su pequeña asignación se estire como un chicle, es algo mágico.
No os voy a engañar, también tiene sus pero; y son unos cuantos. Os cuento una imagen que se repitió hasta en cuatro ocasiones, que eran los pabellones que había habilitado la Japan para este evento. El grupo entrábamos en un pabellón, la mirada de cada uno de nosotros intentaba abarcar todo lo que en él se contenía en un solo vistazo para, de forma rápida, pensar en los tesoros que se esconderían en sus stands.Tras ese minuto de expectación congelada en el tiempo, los pequeños infantes se preparaban para salir libres a galopar por esa sabana de ilustraciones, chapas, prints y resto de maravillas, acompañados de una advertencia: «en una hora en la puerta principal del pabellón».
Durante un tiempo indeterminado, podían ser solo treinta minutos o la hora acordada, podía disfrutar de la libertad de detenerme e ir a un ritmo propio, deleitándome en un puesto o saludando y conversando con algunas de esas increíbles personas de las que solo puedo disfrutar entre centenares de aficionados y con un volumen de decibelios elevado. Pero llegaba el momento de ir al punto de encuentro o de recibir una llamada al móvil con la implacable frase de: «Ya hemos visto este pabellón y queremos cambiarnos a otro». Esas pocas palabras desarmaban los planes y la estrategia para descubrir los tesoros ocultos del pabellón en el que me encontraba para acompañar a estos pequeños aficionados en su primer atisbo de libertad en un evento de tal magnitud. Esta operación se repitió con demasiada frecuencia, no os lo voy a negar, pero cualquier duda se disipaba a ver su alegría, la sonrisa continuamente en sus jóvenes rostros de aficionados y cargando con sus trofeos. Es cierto que esta experiencia se irá diluyendo con el paso de los eventos y los años, y con el tiempo la veré tan solo como el eco lejano de una anécdota, pero ha sido maravilloso darles esa seguridad y tranquilidad para que disfruten de su primer evento con total libertad de acción.
Aun así, viendo los stand a chispazos esporádicos, reinando el caos en mis visitas a los pabellones, pude saludar a unos cuantos cracks, hacerme con muchos tesoros de incalculable valor y recuerdos maravillosos.
Como conclusión, este evento no ha sido uno más, en realidad ninguno de sus predecesores lo fueron, pero la magia de este ha sido gracias a esas miradas y sonrisas de la juventud disfrutando de una cultura que les encantan, disfrutan y defienden.
Nos vemos en las Redes y Feliz Vuelo.
Fotos: Josema Beza y Japan Weeked (Logo)
Artículo escrito por Josema Beza
No hay comentarios:
Publicar un comentario