miércoles, 26 de octubre de 2022

Recomendación Halloween: The Hollow Woods

Buenas Amantes de la Lectura,

La festividad de la Noche de Difuntos/Halloween siempre ha estado cubierta de miedos, oscuridad, terror e historias. Aquí es donde quiero incidir en este breve artículo. Se trata de una recomendación para disfrutar de esas historias con tintes oscuros, repletas de tinieblas y de miedos que cobran vida. Como contador de historias, hay un tipo de juegos que me encantan y son los Storytelling o Juegos Narrativos.

Se trata de una modalidad que hace que nuestra imaginación se apoye en cartas, dados o cualquier elemento que pueda servirnos de ayuda para crear nuestras propias historias. Y como estamos en plena semana de Halloween, este juego que os traigo, tenía que tener esas tinieblas entre sus cartas. Sí, cartas, este storytelling es un card game o juego de cartas. Aquí os dejo la portada de la caja que contiene esas cartas.

Con una estética tenebrosa y unas cartas repletas de ilustraciones en tintas, a blanco y negro, se trata de una edición muy cuidada. Pero este juego de cartas tiene una peculiaridad: es una narración de una historia mediante una sucesión de cartas de orden infinito

Si, esa es la parte de atrás de las cartas, también cuidada pero que nos da una pista de que cualquier carta puede estar conectada. Si os fijáis atentamente en el dibujo de esas ramas con espinas, podréis comprobar que sus dibujos se conectan. Pues lo mismo sucede con sus ilustraciones. La idea principal es elegir una carta al azar y comenzar la narración. Tras esta primera introducción, volver a repetir la operación tomando una nueva carta. La suerte nos dirá como prosigue la historia y será la figura del narrador quien tenga que salvar la historia adaptándose a esa nueva ilustración que se conectará visualmente con la primera carta.

Puede parecer algo complejo, pero en cuanto le das la vuelta a una carta y luego a otra, y compruebas cómo se unen en sucesión perfecta, no puedes detenerte y quieres seguir sacando y volteando cartas. El mejor modo de mostrároslo es con un ejemplo. Allá vamos. Bajar la luz un poco, dejar que los ruidos de la noche os envuelvan y preparaos para un viaje en tres cartas:

Se disponen nuestras cartas en la mesa. Son tres las que van a realizar la magia para contar una historia aun no escrita y que descubriremos juntos. Espero que la disfrutéis tanto como yo. Los nervios se atenazan antes de iniciar esta travesía narrativa y espero que lleguemos de una pieza, juntos, a buen puerto. Bienvenidxs a mi primer viaje en The Hollow Woods:


«Una gélida noche era testigo del gran tesoro que se escondía en un tenebroso bosque, repleto de leyendas y mitos, que se entremezclaban y difuminaban la realidad con una tétrica ficción. En las poblaciones de alrededor de esa inhóspita arboleda, se transmite de una generación a la siguiente, historias no escritas sino narradas en las noches sin luna, sobre un inmenso tesoro. Muchos intentaron adentrarse en las sendas de aquel oscuro paraje, pero de los pocos que regresaban con la cordura intacta, ninguno alcanzó a verlo.»

«Durante años partieron aventureros y valientes amazonas, y al regresar, coincidían en lo que allí se divisaba. Durante el camino se podían encontrar trozos de armaduras, armas abandonadas y repletas de herrumbre, sobre las que la naturaleza había crecido a su alrededor, como queriendo empuñarlas para defenderse de un mal enorme y antiguo, un ser con muchos nombres y ninguno. Incluso alguno de estos supervivientes contaba con terror vibrando en su garganta, haber encontrado monturas extraviadas que, al acercarse a socorrerlas, se revolvían lanzando dentelladas y coces hasta caer desfallecidas.

Las miradas perdidas de los que regresaban, solo afianzaban las leyendas sobre el tesoro y aquella entidad que protegía al bosque y sus secretos de los osados visitantes irrespetuosos.»

«Solo una joven, hará unos años, encontró el valor suficiente y el escaso juicio, para adentrarse en ese tenebroso lugar. Su fin no era encontrar el tesoro ni poner su nombre en leyendas cantadas por los juglares de la región, tan solo quería escapar de su penosa vida, sin apenas comida y golpeada por la desgracia. En un atardecer de una noche sin luna, tomó sus pocas pertenencias y caminó sin rumbo por la linde del bosque. Un impulso inexplicable, acompañado de un calor interno, salvaje y primitivo, la animó a internarse entre las sombras y los ruidos de esa noche incipiente. Vagó durante horas, esquivando espinas y salvando desniveles imposible, como si su alma la orientase en ese rincón de tinieblas y desesperanza. Cuando el agotamiento apareció y las primeras luces del alba despuntaban en los jirones de cielo que las ramas no lograban ocultar, vio una pequeña cabaña construida en simple piedra. Desde la puerta semiabierta y con paso lento pero decidido, comenzó a descender hacia ella una mujer madura. Cuando estuvo a su altura, la joven pudo mirarla a los ojos y en ellos pudo observar eones de sabiduría. Durante un instante se sintió perdida, sumisa y débil, preparada para descansar de este penoso viaje que había sido su vida. Entonces, la mujer habló:

—Al fin has llegado

—¿Alguien me esperaba en este mundo tan cruel? —respondió la joven agotada.

—Por supuesto mi pequeña. Tú has de ser mi sucesora, aquella que hundirá naciones y protegerá a nuestra Madre Tierra de la locura de los hombres.»

Y hasta aquí ha llegado esta experiencia narrativa que he disfrutado mucho a vuestro lado. Mil gracias por acompañarme y Feliz Vuelo

Fotos: Josema Beza

Artículo realizado por Josema Beza

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